1 REYES 18:22-24
1 REYES 18:22-24 La Palabra (versión española) (BLP)
Elías dijo a la gente: —De los profetas del Señor he quedado yo solo, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Pues bien, que nos den dos novillos y que ellos escojan uno, lo descuarticen y lo pongan sobre la leña sin prenderle fuego; yo haré lo mismo con el otro novillo. Vosotros invocaréis a vuestro dios y yo invocaré al Señor; el que responda enviando fuego será el verdadero Dios. Toda la gente asintió: —Es una buena propuesta.
1 REYES 18:22-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces Elías añadió: ―Yo soy el único que ha quedado de los profetas del SEÑOR; en cambio, Baal cuenta con cuatrocientos cincuenta profetas. Traednos dos bueyes. Que escojan ellos uno, lo descuarticen y pongan los pedazos sobre la leña, pero sin prenderle fuego. Yo prepararé el otro buey y lo pondré sobre la leña, pero tampoco le prenderé fuego. Entonces invocaréis vosotros el nombre de vuestro dios, y yo invocaré el nombre del SEÑOR. ¡El que responda con fuego, ese es el Dios verdadero! Y todo el pueblo estuvo de acuerdo.
1 REYES 18:22-24 Reina Valera 2020 (RV2020)
Elías prosiguió ante el pueblo: —Solo yo he quedado como profeta del Señor, mientras que de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres. Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno; córtenlo en pedazos y pónganlo sobre la leña, pero que no le prendan fuego. Yo prepararé el otro buey, lo pondré sobre la leña, y tampoco le prenderé fuego. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses; yo invocaré el nombre del Señor. La deidad que responda por medio del fuego, ese es Dios. —Bien dicho —respondió todo el pueblo.
1 REYES 18:22-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
y Elías continuó diciendo: –Yo soy el único profeta del Señor que ha quedado con vida, en tanto que de Baal hay cuatrocientos cincuenta profetas. Pues bien, que se nos den dos becerros, y que ellos escojan uno, que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, pero que no le prendan fuego. Yo, por mi parte, prepararé el otro becerro y lo pondré sobre la leña, pero tampoco le prenderé fuego. Luego vosotros invocaréis a vuestros dioses, y yo invocaré al Señor, ¡y el dios que responda enviando fuego, ése es el Dios verdadero! –¡Buena propuesta! –respondió todo el pueblo.