Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

1 REYES 22:17-28

1 REYES 22:17-28 Reina Valera 2020 (RV2020)

Entonces él dijo: —He visto a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor. El Señor ha dicho: «Estos no tienen señor. Que cada cual vuelva a su casa en paz». El rey de Israel dijo a Josafat: —¿No te lo había dicho yo? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente el mal. Entonces Micaías dijo: —Oye, pues, la palabra del Señor: Yo he visto al Señor sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda. Y el Señor decía: ¿Quién inducirá a Acab para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Uno respondía de una manera y el otro replicaba de otra. Entonces se adelantó un espíritu, se puso delante del Señor y le dijo: «Yo le induciré». El Señor le preguntó: «¿De qué manera?». Él dijo: «Saldré y seré un espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas». El Señor le dijo: «Tú conseguirás inducirle; ve, pues, y hazlo así». Ahora el Señor ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y ha decretado el mal en contra tuya. Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, y le dijo: —¿Por dónde se me fue el espíritu del Señor para hablarte a ti? Micaías respondió: —Tú mismo lo verás el día en que vayas a toda prisa de aposento en aposento para esconderte. Entonces el rey de Israel dijo: —Toma a Micaías y llévalo ante Amón, gobernador de la ciudad, y ante Joás, hijo del rey. Tú les dirás: «Así ha dicho el rey: “Echad a este en la cárcel y mantenedlo con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz”». Micaías respondió: —Si logras volver en paz, el Señor no ha hablado por mi boca. Y a continuación dijo: —Oíd, pueblos todos.

1 REYES 22:17-28 La Palabra (versión española) (BLP)

Entonces Miqueas dijo: —He visto a todo Israel disperso por los montes como un rebaño sin pastor y el Señor decía: No tienen dueño; que vuelvan en paz a sus casas. El rey de Israel dijo a Josafat: —¿Qué te decía yo? No me profetiza venturas, sino desgracias. Miqueas añadió: —Por eso, escucha esta palabra de parte del Señor: He visto al Señor sentado en su trono y toda la corte celeste estaba de pie ante él, a derecha e izquierda. El Señor preguntó: «¿Quién confundirá a Ajab para que ataque a Ramot de Galaad y perezca?». Unos decían una cosa y otros, otra. Entonces un espíritu se presentó ante el Señor y le dijo: «Yo lo confundiré». Y el Señor preguntó: «¿Cómo lo harás?». El espíritu respondió: «Iré y me convertiré en espíritu de mentira en boca de todos sus profetas». El Señor le dijo: «¡Conseguirás confundirlo! Vete y hazlo así». Así que ahora ya sabes que el Señor ha inspirado mentiras a todos estos profetas tuyos y ha anunciado tu desgracia. Entonces Sedecías, el hijo de Quenaná, se acercó a Miqueas, le dio una bofetada y le dijo: —¿Es que me ha abandonado el espíritu del Señor para hablarte a ti? Miqueas le respondió: —Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de casa en casa. Entonces el rey de Israel ordenó: —Prended a Miqueas, entregádselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y al príncipe Joel y decidles: «El rey ha ordenado que lo metáis en la cárcel y que le racionéis el pan y el agua hasta que el rey regrese sano y salvo». Miqueas le dijo: —Si consigues regresar sano y salvo, es que el Señor no ha hablado por mi boca.

1 REYES 22:17-28 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Entonces Micaías dijo: “He visto a todos los israelitas desparramados por los montes, como ovejas sin pastor. Y el Señor ha dicho: ‘Estos no tienen dueño; que cada cual vuelva en paz a su casa.’ ” El rey de Israel dijo a Josafat: –¿No te he dicho que este hombre nunca me anuncia cosas buenas, sino solo cosas malas? Micaías añadió: –Por eso que has dicho, escucha la palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono, y a todo el ejército del cielo que estaba de pie, junto a él, a su derecha y a su izquierda. Entonces el Señor preguntó quién iría a incitar a Ahab para que atacara a Ramot de Galaad y cayera allí. Unos decían una cosa y otros otra, pero un espíritu se presentó ante el Señor y dijo que él lo haría. El Señor le preguntó cómo lo iba a hacer, y el espíritu respondió que iba a inspirar mentiras en todos los profetas del rey. Entonces el Señor le dijo que, en efecto, conseguiría engañarle, y que fuera a hacerlo. Y ahora ya sabes que el Señor ha puesto un espíritu mentiroso en labios de todos estos profetas tuyos, y que ha determinado tu ruina. Entonces Sedequías, hijo de Quenaaná, acercándose a Micaías le dio una bofetada, y dijo: –¿Por dónde se me fue el espíritu del Señor para hablarte a ti? Micaías le respondió: –Lo sabrás el día que andes escondiéndote de habitación en habitación. Entonces el rey de Israel ordenó: –¡Apresad a Micaías y llevadle ante Amón, el gobernador de la ciudad, y ante Joás, mi hijo! Decidles que yo ordeno meterle en la cárcel y tenerle a ración corta de pan y agua, hasta que yo regrese sano y salvo. Todavía añadió Micaías

1 REYES 22:17-28 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Ante esto, Micaías respondió: ―Vi a todo Israel esparcido por las colinas, como ovejas sin pastor. Y el SEÑOR dijo: “Esta gente no tiene amo. ¡Que cada cual se vaya a su casa en paz!” El rey de Israel le dijo a Josafat: ―¿No te dije que jamás me profetiza nada bueno, y que solo me anuncia desastres? Micaías prosiguió: ―Por lo tanto, oye la palabra del SEÑOR: Vi al SEÑOR sentado en su trono con todo el ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda. Y el SEÑOR dijo: “¿Quién inducirá a Acab para que ataque a Ramot de Galaad y vaya a morir allí?” Uno sugería una cosa, y otro sugería otra. Por último, un espíritu se adelantó, se puso delante del SEÑOR y dijo: “Yo le induciré”. “¿Por qué medios?”, preguntó el SEÑOR. Y aquel espíritu respondió: “Saldré y seré un espíritu mentiroso en la boca de todos sus profetas”. Entonces el SEÑOR ordenó: “Ve y hazlo así, que tendrás éxito en inducirlo”. Así que ahora el SEÑOR ha puesto un espíritu mentiroso en la boca de todos tus profetas. El SEÑOR ha decretado el mal para ti. Al oír esto, Sedequías hijo de Quenaná se levantó y le dio una bofetada a Micaías. ―¿Por dónde se fue el espíritu del SEÑOR cuando salió de mí para hablarte? —le preguntó. Micaías contestó: ―Lo sabrás el día en que andes de escondite en escondite. Entonces el rey de Israel ordenó: ―Tomad a Micaías y llevádselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás, mi hijo. Decidles que les ordeno echar en la cárcel a ese tipo, y no darle más que pan y agua, hasta que yo regrese sin contratiempos. Micaías manifestó: ―Si regresas sin contratiempos, el SEÑOR no ha hablado por medio de mí. ¡Tomad nota todos vosotros de lo que estoy diciendo!