1 REYES 9:3-9
1 REYES 9:3-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
y le dijo: —He oído tu oración y el ruego que has hecho en mi presencia. He santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días. Y si tú andas delante de mí como anduvo David, tu padre, en integridad de corazón y en equidad, y haces todas las cosas que yo te he mandado y guardas mis estatutos y mis decretos, yo afirmaré el trono de tu reino sobre Israel para siempre, como le prometí a tu padre David, cuando dije: «Nunca faltará un descendiente tuyo en el trono de Israel». Pero si obstinadamente os apartáis de mí vosotros y vuestros hijos y no guardáis los mandamientos y estatutos que yo he puesto delante de vosotros, sino que vais y servís a dioses ajenos, y los adoráis, yo eliminaré a Israel de sobre la faz de la tierra que les he entregado. Y esta casa que he santificado a mi nombre, la echaré de delante de mí, e Israel será motivo de burla y escarnio entre todos los pueblos. Cualquiera que pase por esta casa, antes sublime, se asombrará y se burlará. Con lo que se preguntará: «¿Por qué ha hecho así el Señor a esta tierra y a esta casa?». Y le dirán: «Por cuanto abandonaron al Señor, su Dios, que sacó a sus padres de la tierra de Egipto, y echaron mano a dioses ajenos, los adoraron y los sirvieron; por eso ha traído el Señor sobre ellos todo este mal».
1 REYES 9:3-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
y le dijo: “He escuchado la oración y el ruego que me has hecho, y he consagrado este templo que has construido como residencia perpetua de mi nombre. Siempre lo cuidaré y lo tendré presente. Ahora bien, si tú te comportas en mi presencia como lo hizo David, tu padre, con un corazón intachable y recto, poniendo en práctica todo lo que te he ordenado y obedeciendo mis leyes y decretos, yo confirmaré para siempre tu reinado en Israel, como se lo prometí a David, tu padre, cuando le dije que nunca faltaría un descendiente suyo en el trono de Israel. Pero si vosotros y vuestros hijos os apartáis de mí y no cumplís los mandamientos y leyes que os he dado, sino que servís y adoráis a otros dioses, yo arrancaré a Israel de la tierra que le he dado, arrojaré de mi presencia el templo que he consagrado, e Israel será motivo de burla constante entre todas las naciones. En cuanto a este templo, será convertido en un montón de ruinas, y todo el que pase junto a él se asombrará y se burlará, y preguntará por qué actuó el Señor así con este país y con este templo. Y le responderán que fue porque abandonaron al Señor su Dios, que sacó de Egipto a sus antepasados, y porque se aferraron a adorar y servir a otros dioses; que por eso el Señor hizo venir sobre ellos tan grande mal.”
1 REYES 9:3-9 La Palabra (versión española) (BLP)
y le dijo: —He escuchado las súplicas y plegarias que me has dirigido. He consagrado este Templo que has construido como residencia perpetua de mi nombre: aquí estarán siempre mis ojos y mi corazón. Si tú procedes conmigo, como hizo tu padre David, con rectitud e integridad de corazón, cumpliendo lo que te he mandado y guardando mis preceptos y decretos, reafirmaré para siempre tu reinado sobre Israel, tal como prometí a tu padre David: «No te faltarán descendientes en el trono de Israel». Pero si vosotros y vuestros hijos me abandonáis, si dejáis de observar los mandamientos y preceptos que os he dado y os vais a servir y a adorar a otros dioses, arrancaré a Israel de la tierra que le he dado, rechazaré este Templo que he consagrado a mi nombre, e Israel quedará convertido en refrán y burla de todos los pueblos. Este Templo quedará en ruinas y todo el que pase a su lado silbará extrañado y preguntará: «¿Por qué ha tratado así el Señor a este país y a este Templo?». Entonces le responderán: «Porque abandonaron al Señor, su Dios, que sacó a sus antepasados de Egipto, y se aferraron a otros dioses para adorarlos y servirlos. Por eso el Señor ha hecho caer sobre ellos todos estos castigos».
1 REYES 9:3-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
y le dijo: «He oído la oración y la súplica que me has hecho. Consagro este templo que tú has construido para que yo habite en él para siempre. Mis ojos y mi corazón siempre estarán allí. »En cuanto a ti, si me sigues con integridad y rectitud de corazón, como hizo tu padre David, y me obedeces en todo lo que yo te ordene y cumples mis decretos y leyes, yo afirmaré para siempre tu trono en el reino de Israel, como le prometí a tu padre David cuando le dije: “Nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel”. »Pero, si vosotros o vuestros hijos dejáis de cumplir los mandamientos y decretos que os he dado, y os apartáis de mí para servir y adorar a otros dioses, yo arrancaré a Israel de la tierra que le he dado y repudiaré el templo que he consagrado en mi honor. Entonces Israel será el hazmerreír de todos los pueblos. Y, aunque ahora este templo es imponente, llegará el día en que todo el que pase frente a él quedará asombrado y, en son de burla, preguntará: “¿Por qué el SEÑOR ha tratado así a este país y a este templo?” Y le responderán: “Porque abandonaron al SEÑOR su Dios, que sacó de Egipto a sus antepasados, los israelitas, y se echaron en los brazos de otros dioses, a los cuales adoraron y sirvieron. Por eso el SEÑOR ha dejado que les sobrevenga tanto desastre”».