1 PEDRO 3:13-16
1 PEDRO 3:13-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
¿Quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Pero también si tenéis que sufrir por causa de la justicia, sois dichosos. Por tanto, no tengáis miedo de nadie ni os inquietéis. Al contrario, santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con humildad y respeto ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. Mantened limpia vuestra conciencia, para que sean avergonzados aquellos que os tratan de malhechores y hablan mal de vosotros por vuestra buena conducta en Cristo.
1 PEDRO 3:13-16 La Palabra (versión española) (BLP)
Y ¿quién podrá haceros daño, si os entregáis con ardor a la práctica del bien? Pero, aun cuando tengáis que sufrir por comportaros rectamente, ¡dichosos vosotros! No les tengáis miedo ni os acobardéis. Glorificad en vuestro corazón a Cristo, el Señor, estando dispuestos en todo momento a dar razón de vuestra esperanza a cualquiera que os pida explicaciones. Pero, eso sí, hacedlo con dulzura y respeto, como quien tiene limpia la conciencia, para que quienes critican vuestra buena conducta cristiana queden avergonzados de sus calumnias.
1 PEDRO 3:13-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
¿Quién podrá haceros daño, si vosotros os empeñáis siempre en hacer el bien? Pero incluso si por actuar con rectitud habéis de sufrir, ¡dichosos vosotros! No tengáis miedo a nadie ni os asustéis, sino honrad a Cristo, como Señor, en vuestros corazones. Estad siempre preparados para responder a cualquiera que os pida razón de la esperanza que tenéis, pero hacedlo con humildad y respeto. Portaos de tal modo que tengáis tranquila la conciencia, para que quienes hablan mal de vuestra buena conducta como creyentes en Cristo, se avergüencen de sus propias palabras.
1 PEDRO 3:13-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Y a vosotros, ¿quién os va a hacer daño si os esforzáis por hacer el bien? ¡Dichosos si sufrís por causa de la justicia! «No temáis lo que ellos temen, ni os dejéis asustar». Más bien, honrad en vuestro corazón a Cristo como Señor. Estad siempre preparados para responder a todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros. Pero hacedlo con gentileza y respeto, manteniendo la conciencia limpia, para que los que hablan mal de vuestra buena conducta en Cristo se avergüencen de sus calumnias.