1 PEDRO 4:1-8
1 PEDRO 4:1-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Si Cristo padeció en su cuerpo, haceos a la idea de que también vosotros tenéis que padecer, pues el que está sufriendo corporalmente se supone que ha roto con el pecado para vivir el resto de su vida mortal conforme a la voluntad de Dios y no conforme a las pasiones humanas. Porque bastante tiempo habéis pasado ya viviendo al estilo de los paganos, es decir, entregados al desenfreno y a la liviandad, a crápulas, orgías, borracheras y abominables cultos idolátricos. Ahora, ellos se extrañan y os insultan porque no os lanzáis junto con ellos a ese torrente desbordado de lujuria. Pero tendrán que rendir cuentas al que está preparado para juzgar a vivos y muertos. Por eso precisamente, también a los que ya murieron se les anunció el mensaje de salvación, a fin de que, juzgados como mortales, obtengan de Dios la vida del espíritu. Se aproxima el final de todas las cosas. Sed, por tanto, juiciosos y sobrios, para que podáis dedicaros a la oración. Ante todo, amaos entrañablemente unos a otros, pues el amor alcanza el perdón de los pecados por muchos que sean.
1 PEDRO 4:1-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Puesto que Cristo sufrió por nosotros en su cuerpo, vosotros también preparaos, adoptando esa misma actitud, pues quien sufre en su cuerpo ha roto con el pecado, para vivir el resto de su vida aquí en la tierra, no según las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios. Porque nos debe bastar que en tiempos pasados de nuestra vida hayamos hecho lo que agrada a los gentiles, cuando vivíamos entregados al libertinaje, a los placeres, a las borracheras, a las orgías, a los banquetes y a los abominables cultos idolátricos. A estos ahora les parece extraño que vosotros ya no participéis con ellos en el mismo desenfreno de libertinaje, y por eso hablan mal de vosotros. Pero ellos tendrán que dar cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Pues, por eso precisamente, también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en su cuerpo, según criterios humanos, pero vivan en el espíritu, según Dios. El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sensatos y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados.
1 PEDRO 4:1-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por eso, así como Cristo sufrió en su cuerpo, también vosotros debéis estar dispuestos a sufrir. Pues el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado para vivir el resto de su vida conforme a la voluntad de Dios y no conforme a los deseos humanos. Durante mucho tiempo hicisteis las mismas cosas que hacen los paganos, pues entonces vivíais en vicios, malos deseos, borracheras y orgías, bebiendo con exceso y adorando ídolos abominables. Ahora, como ya no los acompañáis en los excesos de su mala vida, se extrañan y hablan mal de vosotros. Pero tendrán que rendir cuentas ante aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Pues incluso a los muertos se les anunció la buena noticia, para que pudieran vivir en el espíritu según Dios, aunque en este mundo hubieran sido juzgados en el cuerpo según los hombres. Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por eso, sed juiciosos y dedicaos seriamente a la oración. Haya sobre todo mucho amor entre vosotros, porque el amor perdona muchos pecados.
1 PEDRO 4:1-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Por tanto, ya que Cristo sufrió en el cuerpo, asumid también vosotros la misma actitud; porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado, para vivir el resto de su vida terrenal no satisfaciendo sus pasiones humanas, sino cumpliendo la voluntad de Dios. Pues ya basta con el tiempo que habéis desperdiciado haciendo lo que agrada a los incrédulos, entregados al desenfreno, a las pasiones, a las borracheras, a las orgías, a las parrandas y a las idolatrías abominables. A ellos les parece extraño que vosotros ya no corráis con ellos en ese mismo desbordamiento de inmoralidad, y por eso os insultan. Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Por esto también se les predicó el evangelio aun a los muertos, para que, a pesar de haber sido juzgados según criterios humanos en lo que atañe al cuerpo, vivan conforme a Dios en lo que atañe al espíritu. Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manteneos sobrios y con la mente despejada. Sobre todo, amaos los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados.