1 PEDRO 4:4-11
1 PEDRO 4:4-11 La Palabra (versión española) (BLP)
Ahora, ellos se extrañan y os insultan porque no os lanzáis junto con ellos a ese torrente desbordado de lujuria. Pero tendrán que rendir cuentas al que está preparado para juzgar a vivos y muertos. Por eso precisamente, también a los que ya murieron se les anunció el mensaje de salvación, a fin de que, juzgados como mortales, obtengan de Dios la vida del espíritu. Se aproxima el final de todas las cosas. Sed, por tanto, juiciosos y sobrios, para que podáis dedicaros a la oración. Ante todo, amaos entrañablemente unos a otros, pues el amor alcanza el perdón de los pecados por muchos que sean. Practicad de buen grado la hospitalidad mutua. Que todos, como buenos administradores de los múltiples dones de Dios, pongan al servicio de los demás el don que recibieron. El que habla, que comunique palabra de Dios; el que presta un servicio, hágalo consciente de que es Dios quien le da las fuerzas. Así, en todo lo que hagáis, Dios resultará glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por siempre y para siempre. Amén.
1 PEDRO 4:4-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Ahora, como ya no los acompañáis en los excesos de su mala vida, se extrañan y hablan mal de vosotros. Pero tendrán que rendir cuentas ante aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Pues incluso a los muertos se les anunció la buena noticia, para que pudieran vivir en el espíritu según Dios, aunque en este mundo hubieran sido juzgados en el cuerpo según los hombres. Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por eso, sed juiciosos y dedicaos seriamente a la oración. Haya sobre todo mucho amor entre vosotros, porque el amor perdona muchos pecados. Recibíos unos a otros en vuestras casas, sin murmurar de nadie. Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de vosotros sirva a los demás según el don que haya recibido. Si alguien habla, sean sus palabras como palabras de Dios. Si alguien presta un servicio, préstelo con las fuerzas que Dios le da. Todo lo que hagáis, hacedlo para que Dios sea alabado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder para siempre. Amén.
1 PEDRO 4:4-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
A estos ahora les parece extraño que vosotros ya no participéis con ellos en el mismo desenfreno de libertinaje, y por eso hablan mal de vosotros. Pero ellos tendrán que dar cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Pues, por eso precisamente, también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en su cuerpo, según criterios humanos, pero vivan en el espíritu, según Dios. El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sensatos y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados. Practicad con amor la hospitalidad los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, ponedlo al servicio de los demás entre vosotros mismos, como buenos administradores de la variada gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a las fuerzas que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
1 PEDRO 4:4-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
A ellos les parece extraño que vosotros ya no corráis con ellos en ese mismo desbordamiento de inmoralidad, y por eso os insultan. Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. Por esto también se les predicó el evangelio aun a los muertos, para que, a pesar de haber sido juzgados según criterios humanos en lo que atañe al cuerpo, vivan conforme a Dios en lo que atañe al espíritu. Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manteneos sobrios y con la mente despejada. Sobre todo, amaos los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. Practicad la hospitalidad entre vosotros sin quejaros. Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas. El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios; el que presta algún servicio, hágalo como quien tiene el poder de Dios. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.