1 PEDRO 4:7-19
1 PEDRO 4:7-19 La Palabra (versión española) (BLP)
Se aproxima el final de todas las cosas. Sed, por tanto, juiciosos y sobrios, para que podáis dedicaros a la oración. Ante todo, amaos entrañablemente unos a otros, pues el amor alcanza el perdón de los pecados por muchos que sean. Practicad de buen grado la hospitalidad mutua. Que todos, como buenos administradores de los múltiples dones de Dios, pongan al servicio de los demás el don que recibieron. El que habla, que comunique palabra de Dios; el que presta un servicio, hágalo consciente de que es Dios quien le da las fuerzas. Así, en todo lo que hagáis, Dios resultará glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por siempre y para siempre. Amén. Queridos, no os asombre como algo inesperado la tremenda prueba desatada contra vosotros. Alegraos, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, para que el día de su gloriosa manifestación también vosotros saltéis de júbilo. Dichosos si sois ultrajados por seguir a Cristo; eso quiere decir que el Espíritu glorioso de Dios alienta en vosotros. Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por asesino, ladrón, malhechor o entrometido. Pero si es por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar ese nombre. Porque ha llegado el tiempo del juicio, que ha de comenzar por el mismo pueblo de Dios. Y si comienza por nosotros, ¿qué pueden esperar los que se niegan a aceptar el evangelio de Dios? Pues si el bueno a duras penas se salva, ¿qué suerte correrán el impío y el pecador? Así que, incluso los que sufren en conformidad con la voluntad divina, deben confiarse a la fidelidad del Creador, sin dejar de hacer el bien.
1 PEDRO 4:7-19 Reina Valera 2020 (RV2020)
El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sensatos y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados. Practicad con amor la hospitalidad los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, ponedlo al servicio de los demás entre vosotros mismos, como buenos administradores de la variada gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a las fuerzas que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Amados, no os sorprendáis de la tremenda prueba de fuego que os ha sobrevenido, como si fuera algo insólito. Al contrario, alegraos de participar en los sufrimientos de Cristo, para que cuando su gloria se revele también os gocéis en triunfo. Dichosos si sois insultados por el nombre de Cristo, eso quiere decir que el Espíritu de gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros. Ciertamente, por lo que respecta a ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Así que, ninguno de vosotros padezca como asesino, ladrón o malhechor, o por ser codicioso de los bienes ajenos. Pero si alguno padece por ser cristiano, que no se avergüence, sino que glorifique a Dios por ello. Ya es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y si el justo con dificultad se salva, ¿qué pasará con el malvado y el pecador? De modo que los que sufren según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador y hagan el bien.
1 PEDRO 4:7-19 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por eso, sed juiciosos y dedicaos seriamente a la oración. Haya sobre todo mucho amor entre vosotros, porque el amor perdona muchos pecados. Recibíos unos a otros en vuestras casas, sin murmurar de nadie. Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de vosotros sirva a los demás según el don que haya recibido. Si alguien habla, sean sus palabras como palabras de Dios. Si alguien presta un servicio, préstelo con las fuerzas que Dios le da. Todo lo que hagáis, hacedlo para que Dios sea alabado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder para siempre. Amén. Queridos hermanos, no os extrañéis de veros sometidos al fuego de la prueba, como si fuera algo extraordinario. Al contrario, alegraos de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también os llenéis de alegría cuando su gloria se manifieste. Dichosos vosotros, si alguien os insulta por causa de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios está continuamente sobre vosotros. Si alguno de vosotros sufre, que no sea por asesino, ladrón o criminal, ni por meterse en asuntos ajenos. Pero si sufre por ser cristiano, no debe avergonzarse, sino alabar a Dios por ello. Ya ha llegado el tiempo en que el juicio ha de comenzar por la propia familia de Dios. Y si el juicio está comenzando así, por nosotros, ¿cómo será el fin de quienes no obedecen al mensaje de Dios? Y si el justo con dificultad se salva, ¿qué pasará con el malvado y el pecador? De manera que los que sufren según la voluntad de Dios, deben seguir haciendo el bien y deben poner su alma en manos del Dios que los creó, pues él es fiel.
1 PEDRO 4:7-19 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manteneos sobrios y con la mente despejada. Sobre todo, amaos los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. Practicad la hospitalidad entre vosotros sin quejaros. Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas. El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios; el que presta algún servicio, hágalo como quien tiene el poder de Dios. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Queridos hermanos, no os extrañéis del fuego de la prueba que estáis soportando, como si fuera algo insólito. Al contrario, alegraos de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también sea inmensa vuestra alegría cuando se revele la gloria de Cristo. Dichosos vosotros, si os insultan por causa del nombre de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Que ninguno tenga que sufrir por asesino, ladrón o delincuente, ni siquiera por entrometido. Pero, si alguien sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo. Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios; y, si comienza por nosotros, ¡cuál no será el fin de los que se rebelan contra el evangelio de Dios! «Si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y del pecador?» Así pues, los que sufrís según la voluntad de Dios, entregaos a vuestro fiel creador y seguid practicando el bien.