1 SAMUEL 15:22-24
1 SAMUEL 15:22-24 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces Samuel dijo: —¿Acaso se complace el Señor tanto en los holocaustos y sacrificios como en la obediencia a las palabras del Señor? Mejor es obedecer que sacrificar; prestar atención es mejor que la grasa de los carneros. Como pecado de adivinación es la rebelión, como ídolos e idolatría es la obstinación. Por cuanto rechazaste la palabra del Señor, también él te ha rechazado para que no seas rey. Saúl dijo a Samuel: —He pecado, pues he desobedecido el mandamiento del Señor y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado.
1 SAMUEL 15:22-24 La Palabra (versión española) (BLP)
Samuel respondió: —¿Acaso el Señor valora más los holocaustos y sacrificios que la obediencia a su palabra? Mira, la obediencia vale más que el sacrificio y la docilidad más que la grasa de carneros. En cambio, la rebeldía es como el pecado de espiritismo, y la arrogancia, como el delito de idolatría. Puesto que has rechazado la palabra del Señor, él te rechaza como rey. Entonces Saúl dijo a Samuel: —He pecado, pues he violado el mandato del Señor y tus palabras, y he obedecido a la gente por miedo.
1 SAMUEL 15:22-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces Samuel dijo: “Más agrada al Señor que se le obedezca, que no que se le ofrezcan sacrificios y holocaustos; vale más obedecerle y prestarle atención, que ofrecerle sacrificios y grasa de carneros. Tanto peca el que se rebela contra él como el que practica la adivinación; semejante a quien adora a los ídolos es aquel que le desobedece. Y como tú has rechazado sus mandatos, ahora él te rechaza como rey.” Entonces Saúl dijo a Samuel: –Sí, he pecado, pues pasé por alto la orden del Señor y tus instrucciones, porque tuve miedo de la gente y atendí su petición.
1 SAMUEL 15:22-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Samuel respondió: «¿Qué le agrada más al SEÑOR: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros. La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia, como el pecado de la idolatría. Y, como tú has rechazado la palabra del SEÑOR, él te ha rechazado como rey». ―¡He pecado! —admitió Saúl—. He quebrantado el mandato del SEÑOR y tus instrucciones. Los soldados me intimidaron y les hice caso.