2 CORINTIOS 3:1-3
2 CORINTIOS 3:1-3 La Palabra (versión española) (BLP)
¿Estamos ya otra vez haciéndonos la propaganda? ¿Es que necesitamos, como ciertos individuos, presentarnos a vosotros con cartas de recomendación o recibirlas de vosotros? ¡Nuestra carta de recomendación sois vosotros mismos! La llevamos escrita en el corazón y todo el mundo puede conocerla y leerla. Y bien se os nota que sois carta de Cristo redactada por nosotros; una carta escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en frías tablas de piedra, sino en las páginas palpitantes del corazón.
2 CORINTIOS 3:1-3 Reina Valera 2020 (RV2020)
¿Otra vez comenzamos a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso, como hacen algunos, tenemos necesidad de presentar cartas de recomendación para vosotros o que vosotros nos deis cartas de recomendación? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todo el mundo. Y es manifiesto que sois una carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
2 CORINTIOS 3:1-3 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando decimos esto, ¿os parece que estamos empezando de nuevo a alabarnos? ¿O acaso tendremos que presentarnos ante vosotros con cartas de recomendación, como hacen algunos, o incluso pedíroslas a vosotros? Vosotros sois la única carta de recomendación que necesitamos; una carta escrita en nuestro corazón, la cual todos conocen y pueden leer. Y se ve claramente que sois una carta escrita por Cristo mismo y entregada por nosotros; una carta escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; una carta no grabada en tablas de piedra, sino en corazones humanos.
2 CORINTIOS 3:1-3 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
¿Acaso comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos que presentaros o pediros a vosotros cartas de recomendación, como hacen algunos? Vosotros mismos sois nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos. Es evidente que vosotros sois una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones.