2 CORINTIOS 3:5-11
2 CORINTIOS 3:5-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
No que seamos capaces por nosotros mismos, como para pensar que es algo que surge de nosotros mismos; sino que nuestra capacidad es de parte de Dios, quien también hizo que seamos ministros capaces del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. Y si el ministerio que conducía a la muerte, con sus letras grabadas en piedras, fue tan glorioso, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar sus ojos en el rostro de Moisés a causa del resplandor de su rostro, aunque era un resplandor pasajero, ¿no será aún más glorioso el ministerio del Espíritu? Si el ministerio de condenación fue glorioso, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. Porque de hecho, lo que fue tan glorioso en su momento, ya no lo es al compararlo con esta gloria más excelente. Si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
2 CORINTIOS 3:5-11 La Palabra (versión española) (BLP)
No presumimos, pues, de estar capacitados para hacer algo por cuenta propia; nuestra capacidad proviene de Dios. Él fue quien nos capacitó para ser ministros de una alianza nueva, basada no en la letra de la ley, sino en la fuerza del Espíritu; y la letra de la ley es causa de muerte, mientras que el Espíritu lo es de vida. Y si lo que era instrumento de muerte, grabado con letras sobre piedra, fue proclamado con tal gloria que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés a causa de su resplandor —que era perecedero—, ¿no será mucho más glorioso lo que es instrumento del Espíritu? Pues si lo que es instrumento de condenación estuvo rodeado de gloria, ¿no lo estará mucho más lo que es instrumento de salvación? En efecto, lo que fue glorioso ha dejado de serlo al quedar eclipsado por una gloria más excelsa. Porque si ya lo perecedero fue glorioso, mucho más glorioso será lo permanente.
2 CORINTIOS 3:5-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
No es que nosotros mismos estemos capacitados para considerar algo como nuestro; al contrario, todo cuanto podemos hacer viene de Dios, pues él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no escrito sino espiritual. La ley escrita condena a muerte, pero el Espíritu de Dios da vida. Esta ley, grabada en letras sobre tablas de piedra, vino con tal resplandor que los israelitas ni siquiera podían mirar la cara de Moisés a causa de su intenso brillo. Sin embargo, aquel resplandor había de terminar por apagarse. Y si esa ley que condena a muerte fue promulgada con tanta gloria, ¡cuánta más será la gloria del anuncio de un nuevo pacto fundado en el Espíritu! Es decir, que si fue tan gloriosa la promulgación de una ley que sirvió para condenarnos, ¡cuánto más glorioso será el anuncio de que Dios nos hace justos! Porque la gloria anterior ya no es nada en comparación con esto, que es mucho más glorioso. Y si fue glorioso lo que había de terminar por apagarse, mucho más glorioso será lo que permanece para siempre.
2 CORINTIOS 3:5-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra, sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. El ministerio que causaba muerte, el que estaba grabado con letras en piedra, fue tan glorioso que los israelitas no podían mirar la cara de Moisés debido a la gloria que se reflejaba en su rostro, la cual ya se estaba extinguiendo. Pues bien, si aquel ministerio fue así, ¿no será todavía más glorioso el ministerio del Espíritu? Si es glorioso el ministerio que trae condenación, ¡cuánto más glorioso será el ministerio que trae la justicia! En efecto, lo que fue glorioso ya no lo es, si se compara con esta excelsa gloria. Y, si vino con gloria lo que ya se estaba extinguiendo, ¡cuánto mayor será la gloria de lo que permanece!