2 CORINTIOS 5:8-11
2 CORINTIOS 5:8-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pero estamos confiados, y preferimos mucho más dejar el cuerpo para ir a habitar junto al Señor. Pero tanto si estamos en este cuerpo, como si lo dejamos, procuramos agradarle, porque todos nosotros hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba el pago según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo. Dado que conocemos el temor del Señor, procuramos convencer a todo el mundo. Para Dios es evidente quienes somos, y espero que también en vuestra conciencia está claro quienes somos.
2 CORINTIOS 5:8-11 La Palabra (versión española) (BLP)
Rebosamos confianza, a pesar de todo, y preferiríamos abandonar el cuerpo para ir a vivir junto al Señor. Por eso, tanto si vivimos en este cuerpo como si lo abandonamos, lo que deseamos es agradar al Señor. Porque todos nosotros tenemos que presentarnos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba el premio o el castigo que le corresponda por lo que hizo durante su vida mortal. Conscientes del respeto que merece el Señor, nos esforzamos en convencer a los demás, pues lo mismo que nuestra vida no tiene secretos para Dios, espero que tampoco los tenga para vosotros.
2 CORINTIOS 5:8-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor. Por eso nos empeñamos en agradarle, ya sea que vivamos en nuestro cuerpo o que lo hayamos dejado. Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo. Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para vuestra conciencia.
2 CORINTIOS 5:8-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
pero tenemos confianza, y quisiéramos más bien salir de este cuerpo para ir a presentarnos ante el Señor. En todo caso, procuramos agradar siempre al Señor, ya sea que dejemos este cuerpo o que sigamos en él. Porque todos tenemos que presentarnos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo. Por eso, sabiendo que hay que tener reverencia al Señor, procuramos convencer a los hombres. Dios nos conoce muy bien, y espero que también vosotros nos conozcáis.