2 REYES 2:1-14
2 REYES 2:1-14 Reina Valera 2020 (RV2020)
Aconteció que cuando el Señor iba a alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal. Y Elías dijo a Eliseo: —Quédate ahora aquí, porque el Señor me ha enviado a Bet-el. —¡Vive el Señor y vive tu alma, que no te dejaré! —le dijo Eliseo. Descendieron, pues, a Bet-el. Salieron al encuentro de Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Bet-el, y le dijeron: —¿Sabes que el Señor va a arrebatarte hoy a tu señor? —Sí, lo sé; pero callad —respondió él. Elías le volvió a decir: —Eliseo, quédate aquí ahora, porque el Señor me ha enviado a Jericó. —¡Vive el Señor y vive tu alma, que no te dejaré! —le respondió Eliseo. Siguieron, pues, hacia Jericó. Se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó, y le dijeron: —¿Sabes que el Señor va a arrebatarte hoy a tu señor? —Sí, lo sé; pero callad —respondió él. Luego Elías le dijo: —Te ruego que te quedes aquí, porque el Señor me ha enviado al Jordán. —¡Vive el Señor y vive tu alma, que no te dejaré! —le respondió Eliseo. Y se fueron los dos. Pero llegaron cincuenta hombres de los hijos de los profetas y se pararon enfrente, a lo lejos, mientras ellos dos se detenían junto al Jordán. Tomó entonces Elías su manto, lo dobló y golpeó las aguas, que se apartaron a uno y a otro lado, y ambos pasaron por lo seco. En cuanto pasaron, Elías dijo a Eliseo: —Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea arrebatado de tu lado. Eliseo dijo: —Te ruego que me dejes una doble porción de tu espíritu. —Cosa difícil has pedido —le respondió Elías—. Si me ves cuando sea separado de ti, te será concedido; pero si no, no. Aconteció que mientras ellos iban de camino y conversaban, un carro de fuego, con caballos de fuego, los apartó a los dos, y Elías subió al cielo en un torbellino. Al ver esto, Eliseo clamó: —¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su caballería! Y nunca más lo vio. Entonces Eliseo tomó sus vestidos y los rasgó en dos partes. Después recogió el manto que se le había caído a Elías, y regresó al Jordán, donde se detuvo a la orilla. Golpeó entonces las aguas con el manto que se le había caído a Elías y exclamó: —¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías? Apenas hubo golpeado las aguas del mismo modo que Elías, estas se apartaron a uno y a otro lado, y Eliseo pasó.
2 REYES 2:1-14 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando el Señor iba a ascender a Elías al cielo en el torbellino, Elías y Eliseo partieron de Guilgal. Elías dijo a Eliseo: —Quédate aquí, pues el Señor me ha ordenado ir a Betel. Pero Eliseo contestó: —Juro por el Señor y por tu vida que no te abandonaré. Bajaron a Betel y la comunidad de profetas que vivía allí salió a recibir a Eliseo y le dijo: —¿No sabes que el Señor te arrebatará hoy a tu maestro? Él respondió: —¡Ya lo sé! ¡Callaos! Luego Elías dijo a Eliseo: —Quédate aquí, pues el Señor me ha ordenado ir a Jericó. Pero Eliseo contestó: —Juro por el Señor y por tu vida que no te abandonaré. Fueron a Jericó y los profetas que vivían allí formando un grupo se acercaron a Eliseo y le dijeron: —¿No sabes que el Señor te arrebatará hoy a tu maestro? Él respondió: —¡Ya lo sé! ¡Callaos! Después le dijo Elías: —Quédate aquí, pues el Señor me ha ordenado ir al Jordán. Pero Eliseo contestó: —Juro por el Señor y por tu vida que no te abandonaré. Y se fueron los dos. Fueron también cincuenta profetas y se detuvieron a cierta distancia, frente a ellos. Ellos dos se detuvieron junto al Jordán. Entonces Elías agarró el manto, lo enrolló y golpeó con él las aguas, que se partieron por la mitad y ellos atravesaron por lo seco. Cuando cruzaron, Elías dijo a Eliseo: —Pídeme lo que quieras, antes de que sea arrebatado de junto a ti. Eliseo le dijo: —Déjame recibir dos tercios de tu espíritu. Elías respondió: —¡Me pides demasiado! Pero si logras verme cuando sea arrebatado de tu lado, lo tendrás. Si no me ves, no lo tendrás. Mientras ellos seguían caminando y hablando, un carro de fuego tirado por caballos de fuego los separó y Elías subió al cielo en el torbellino. Eliseo lo miraba y gritaba: —¡Padre mío, padre mío, carro y caballería de Israel! Cuando dejó de verlo, rompió en dos su vestido, recogió el manto que se le había caído a Elías, se volvió y se detuvo a orillas del Jordán. Golpeó entonces las aguas con el manto que se le había caído a Elías y exclamó: —¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías? ¿Dónde está? Volvió a golpear las aguas, que se partieron por la mitad, y Eliseo las atravesó.
2 REYES 2:1-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando llegó el momento en que el Señor iba a llevarse a Elías al cielo en un torbellino, Elías y Eliseo salieron de Guilgal. Elías le dijo a Eliseo: –Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado a Betel. Pero Eliseo le contestó: –Juro por el Señor, y por ti mismo, que no te dejaré solo. Entonces fueron juntos hasta Betel. Pero los profetas que vivían en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: –¿Sabes que el Señor va a quitarte hoy a tu maestro? –Sí, ya lo sé –contestó Eliseo–, pero no digáis nada. Después Elías dijo a Eliseo: –Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado a Jericó. Pero Eliseo le contestó: –Juro por el Señor, y por ti mismo, que no te dejaré solo. Entonces fueron juntos hasta Jericó. Pero los profetas que vivían en Jericó salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: –¿Sabes que el Señor va a quitarte hoy a tu maestro? –Sí, ya lo sé –respondió Eliseo–, pero no digáis nada. Luego le dijo Elías: –Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado al Jordán. Pero Eliseo le contestó: –Te juro por el Señor, y por ti mismo, que no te dejaré solo. Entonces fueron los dos. Pero llegaron cincuenta profetas y se detuvieron a cierta distancia, frente a ellos; Elías y Eliseo, por su parte, se detuvieron a la orilla del río Jordán. Entonces Elías tomó su capa, la enrolló y golpeó el agua, y el agua se hizo a uno y otro lado, y los dos cruzaron el río como por tierra seca. En cuanto cruzaron, dijo Elías a Eliseo: –Dime qué quieres que haga por ti antes que sea yo separado de tu lado. Eliseo respondió: –Quiero recibir una doble porción de tu espíritu. –No es poco lo que pides –dijo Elías–. Pero si logras verme cuando sea yo separado de ti, te será concedido. De lo contrario, no se te concederá. Y de pronto, mientras ellos iban caminando y hablando, apareció un carro de fuego, con caballos también de fuego, que los separó, y Elías subió al cielo en un torbellino. Al ver esto, Eliseo gritó: “¡Padre mío, padre mío, que has sido para Israel como un poderoso ejército!” Después de esto no volvió a ver a Elías. Entonces Eliseo tomó su ropa y la rasgó en dos. Luego recogió la capa que se le había caído a Elías, y regresó al Jordán y se detuvo en la orilla. Después golpeó el agua con la capa, y exclamó: “¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?” Apenas hubo golpeado el agua, cuando esta se hizo a uno y otro lado, y Eliseo volvió a cruzar el río.
2 REYES 2:1-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando se acercaba la hora en que el SEÑOR se iba a llevar a Elías al cielo en un torbellino, Elías y Eliseo salieron de Guilgal. Entonces Elías le dijo a Eliseo: ―Quédate aquí, pues el SEÑOR me ha enviado a Betel. Pero Eliseo le respondió: ―Tan cierto como que el SEÑOR y tú estáis vivos, te juro que no te dejaré solo. Así que fueron juntos a Betel. Allí los miembros de la comunidad de profetas de Betel salieron a recibirlos y le preguntaron a Eliseo: ―¿Sabes que hoy el SEÑOR va a quitarte a tu maestro, y a dejarte sin guía? ―Lo sé muy bien; ¡callad! Elías, por su parte, volvió a decirle: ―Quédate aquí, Eliseo, pues el SEÑOR me ha enviado a Jericó. Pero Eliseo le repitió: ―Tan cierto como que el SEÑOR y tú estáis vivos, te juro que no te dejaré solo. Así que fueron juntos a Jericó. También allí los miembros de la comunidad de profetas de la ciudad se acercaron a Eliseo y le preguntaron: ―¿Sabes que hoy el SEÑOR va a quitarte a tu maestro y a dejarte sin guía? ―Lo sé muy bien; ¡callad! Una vez más Elías le dijo: ―Quédate aquí, pues el SEÑOR me ha enviado al Jordán. Pero Eliseo insistió: ―Tan cierto como que el SEÑOR y tú estáis vivos, te juro que no te dejaré solo. Así que los dos siguieron caminando y se detuvieron junto al río Jordán. Cincuenta miembros de la comunidad de profetas fueron también hasta ese lugar, pero se mantuvieron a cierta distancia, frente a ellos. Elías tomó su manto y, enrollándolo, golpeó el agua. El río se partió en dos, de modo que ambos lo cruzaron en seco. Al cruzar, Elías le preguntó a Eliseo: ―¿Qué quieres que haga por ti antes de que me separen de tu lado? ―Te pido que sea yo el heredero de tu espíritu por partida doble —respondió Eliseo. ―Has pedido algo difícil —le dijo Elías—, pero, si logras verme cuando me separen de tu lado, te será concedido; de lo contrario, no. Iban caminando y conversando cuando, de pronto, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en medio de un torbellino. Eliseo, viendo lo que pasaba, se puso a gritar: «¡Padre mío, padre mío, carro y fuerza conductora de Israel!» Pero no volvió a verlo. Entonces agarró su ropa y la rasgó en dos. Luego recogió el manto que se le había caído a Elías y, regresando a la orilla del Jordán, golpeó el agua con el manto y exclamó: «¿Dónde está el SEÑOR, el Dios de Elías?» En cuanto golpeó el agua, el río se partió en dos, y Eliseo cruzó.