2 REYES 2:19-22
2 REYES 2:19-22 Reina Valera 2020 (RV2020)
Los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: —Mira, el lugar en donde está ubicada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; pero las aguas son malas y la tierra es estéril. —Traedme una vasija nueva y poned en ella sal —dijo él. Cuando se la trajeron, Eliseo fue hacia los manantiales de las aguas, echó dentro la sal y dijo: —Así ha dicho el Señor: Yo sané estas aguas, ya no habrá en ellas muerte ni enfermedad. Y fueron purificadas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que pronunció Eliseo.
2 REYES 2:19-22 La Palabra (versión española) (BLP)
Los habitantes de Jericó dijeron a Eliseo: —Mira, la situación de la ciudad es buena, como puedes ver. Pero el agua es mala y la tierra, estéril. Eliseo les dijo: —Traedme un plato nuevo con sal. Cuando se lo llevaron, Eliseo fue al manantial y echó en él la sal, diciendo: —Así dice el Señor: He purificado estas aguas y no volverán a causar muerte ni esterilidad. Y las aguas quedaron purificadas hasta el presente, conforme al oráculo pronunciado por Eliseo.
2 REYES 2:19-22 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Los habitantes de la ciudad dijeron entonces a Eliseo: –Mira, la ciudad tiene una buena situación, como puedes ver, pero el agua es mala y la tierra estéril. –Traedme un tazón nuevo, con sal –respondió Eliseo. En cuanto le llevaron el tazón, Eliseo fue al manantial y arrojó allí la sal, diciendo: –Así dice el Señor: ‘Yo he purificado esta agua y nunca más causará muerte ni hará estéril a la tierra.’ Desde entonces el agua quedó purificada, tal como lo había dicho Eliseo.
2 REYES 2:19-22 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Luego, los habitantes de la ciudad le dijeron a Eliseo: ―Señor, como tú puedes ver, nuestra ciudad está bien ubicada, pero el agua es mala, y por eso la tierra ha quedado estéril. ―Traedme una vasija nueva, y echadle sal —les ordenó Eliseo. Cuando se la entregaron, Eliseo fue al manantial y, arrojando allí la sal, exclamó: ―Así dice el SEÑOR: “¡Yo purifico esta agua para que nunca más cause muerte ni esterilidad!” A partir de ese momento, y hasta el día de hoy, el agua quedó purificada, según la palabra de Eliseo.