2 REYES 20:12-21
2 REYES 20:12-21 Reina Valera 2020 (RV2020)
En aquel tiempo, Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió mensajeros con cartas y presentes a Ezequías, porque había oído que Ezequías había caído enfermo. Ezequías los atendió y les mostró toda la casa de sus tesoros, la plata y el oro, las especias y ungüentos preciosos, su depósito de armas y todo lo que había en sus tesoros. Ninguna cosa quedó que Ezequías no les mostrara, tanto en su casa como en todos sus dominios. Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías, y le preguntó: —¿De dónde han venido esos hombres y qué te han dicho? Ezequías le respondió: —De lejanas tierras han venido, de Babilonia. Isaías le volvió a preguntar: —¿Qué han visto en tu casa? Ezequías respondió: —Han visto todo lo que había en mi casa. Nada queda en mis tesoros que no les haya mostrado. Entonces Isaías dijo a Ezequías: —Oye esta palabra del Señor: «Vienen días en que todo lo que está en tu casa y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dice el Señor. Y a algunos de los hijos que salgan de ti, que hayas engendrado, los tomarán para que sean eunucos en el palacio del rey de Babilonia». Entonces Ezequías dijo a Isaías: —La palabra que has hablado de parte del Señor es buena. Pues pensaba: «Al menos en mis días habrá paz y seguridad». Los demás hechos de Ezequías, sus proezas y cómo hizo el estanque y el canal para dotar de agua a la ciudad, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Cuando Ezequías murió, su hijo Manasés le sucedió como rey.
2 REYES 20:12-21 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por aquel tiempo, el rey Merodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, oyó decir que Ezequías había estado enfermo, y por medio de unos mensajeros le envió cartas y un regalo. Ezequías los atendió y les mostró su tesoro, la plata y el oro, los perfumes, el aceite fino y su depósito de armas, y todo lo que se encontraba en sus depósitos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que no les mostrara. Entonces fue el profeta Isaías a ver al rey Ezequías, y le preguntó: –¿De dónde vinieron esos hombres, y qué te dijeron? Ezequías, respondió: –Vinieron de un país lejano; vinieron de Babilonia. Isaías le preguntó: –¿Y qué vieron en tu palacio? Ezequías contestó: –Vieron todo lo que hay en él. No hubo nada en mis depósitos que yo no les mostrara. Isaías dijo entonces a Ezequías: –Escucha este mensaje del Señor: ‘Van a venir días en que todo lo que hay en tu palacio y todo lo que juntaron tus antepasados hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará aquí nada. Aun a algunos de tus propios descendientes se los llevarán a Babilonia, los castrarán y los pondrán como criados en el palacio del rey.’ Ezequías, pensando que al menos durante su vida habría paz y seguridad, respondió a Isaías: –El mensaje que me has traído de parte del Señor es favorable. El resto de la historia de Ezequías y de sus hazañas, y de cómo construyó el estanque y el canal para llevar el agua a la ciudad, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. Cuando murió Ezequías, reinó en su lugar su hijo Manasés.
2 REYES 20:12-21 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En aquel tiempo Merodac Baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, le envió cartas y un regalo a Ezequías, porque supo que había estado enfermo. Ezequías se alegró al recibir esto y les mostró a los mensajeros todos sus tesoros: la plata, el oro, las especias, el aceite fino, su arsenal y todo lo que había en ellos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que Ezequías no les mostrara. Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó: ―¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron? ―De un país lejano —respondió Ezequías—. Vinieron a verme desde Babilonia. ―¿Y qué vieron en tu palacio? —preguntó el profeta. ―Vieron todo lo que hay en él —contestó Ezequías—. No hay nada en mis tesoros que yo no les haya mostrado. Entonces Isaías le dijo: ―Oye la palabra del SEÑOR: Sin duda vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio, y todo lo que tus antepasados atesoraron hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada —dice el SEÑOR—. Y algunos de tus hijos, tus propios descendientes, serán llevados para servir como eunucos en el palacio del rey de Babilonia. ―El mensaje del SEÑOR que tú me has traído es bueno —respondió Ezequías. Y es que pensaba: «Al menos, mientras yo viva, sin duda que habrá paz y seguridad». Los demás acontecimientos del reinado de Ezequías, y todo su poderío y cómo construyó el estanque y el acueducto que llevaba agua a la ciudad, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. Ezequías murió, y su hijo Manasés le sucedió en el trono.
2 REYES 20:12-21 La Palabra (versión española) (BLP)
Por entonces el rey de Babilonia, Merodac Baladán, hijo de Baladán, mandó una carta y un regalo a Ezequías, pues se había enterado de que estaba enfermo. Ezequías atendió a los mensajeros y les mostró el palacio y sus tesoros: la plata y el oro, las especias y perfumes, la armería y todo lo que había en sus depósitos. Ezequías no dejó nada sin enseñarles de su palacio y de todos sus dominios. Luego el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó: —¿Qué te dijeron esos hombres? ¿De dónde han venido? Ezequías respondió: —Han venido de Babilonia, un país lejano. Isaías preguntó de nuevo: —¿Y qué han visto en tu palacio? Ezequías le dijo: —Todo lo que hay en palacio. No ha quedado nada de mis tesoros por enseñarles. Entonces Isaías le dijo: —Escucha este mensaje del Señor: «Llegará un día en que se llevarán a Babilonia todo lo que hay en tu palacio, todo lo que tus antepasados han reunido hasta hoy, y no quedará nada, dice el Señor. Incluso a algunos de los hijos que tienes y que has engendrado, los emplearán como eunucos en el palacio del rey de Babilonia». Ezequías dijo: —Me parece bien la palabra del Señor que me has anunciado. Pues pensaba que durante su vida, al menos, habría paz y seguridad. El resto de la historia de Ezequías y todas sus hazañas, la alberca y el canal que hizo para llevar las aguas a la ciudad, está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá. Cuando Ezequías murió, su hijo Manasés le sucedió como rey.