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2 REYES 6:8-17

2 REYES 6:8-17 Reina Valera 2020 (RV2020)

Estaba el rey de Siria en guerra contra Israel, y en consejo con sus siervos dijo: —En tal y tal lugar estará mi campamento. Entonces el hombre de Dios envió a decir al rey de Israel: —No pases por tal lugar, porque los sirios van hacia allá. De manera que el rey de Israel enviaba gente a aquel lugar que el hombre de Dios le había dicho. Así lo hizo una y otra vez con el fin de protegerse. El corazón del rey de Siria se turbó por esto, así que llamó a sus siervos y les dijo: —¿No me descubriréis vosotros quién de los nuestros está de parte del rey de Israel? Uno de los siervos respondió: —No, rey y señor mío; el profeta Eliseo, que está en Israel, es el que hace saber al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu habitación más secreta. El rey ordenó: —Id y ved dónde está, para que yo envíe a apresarlo. Alguien le dijo: —Está en Dotán. Y el rey envió allí gente de a caballo, carros y un gran ejército, que llegaron de noche y sitiaron la ciudad. El criado que servía al hombre de Dios se levantó de mañana y salió. Al ver que el ejército tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros, dijo a Eliseo: —¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? Eliseo respondió: —No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo: —Te ruego, Señor, que abras sus ojos para que vea. El Señor abrió entonces los ojos del criado, y este vio que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

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2 REYES 6:8-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

El rey de Siria estaba en guerra con Israel y, en un consejo que celebró con sus oficiales, dijo en qué lugares planeaba acampar. Entonces Eliseo mandó a decir al rey de Israel que procurase no pasar por aquellos lugares, porque los sirios iban hacia allá. De esa manera el rey de Israel envió su ejército al lugar que el profeta le había dicho al prevenirle, y así se salvó en varias ocasiones. El rey de Siria, muy confuso por este motivo, llamó a sus oficiales y les dijo: –¡Decidme quién de los nuestros está del lado del rey de Israel! Uno de ellos contestó: –Nadie, Majestad. Pero Eliseo, el profeta que está en Israel, hace saber al rey de Israel todo lo que dice Su Majestad incluso en la intimidad de su dormitorio. Entonces el rey de Siria ordenó: –Averiguad dónde está, para que yo envíe unos hombres a capturarlo. Cuando le dijeron que estaba en Dotán, envió un destacamento de caballería, carros de combate y mucha infantería, que llegaron de noche a Dotán y rodearon la ciudad. A la mañana siguiente se levantó el criado de Eliseo, y al salir vio aquel ejército que rodeaba la ciudad con caballería y carros de combate; entonces fue a decirle a Eliseo: –Y ahora, maestro, ¿qué vamos a hacer? Eliseo le respondió: –No tengas miedo, porque son más los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo al Señor, diciendo: “Te ruego, Señor, que abras sus ojos, para que vea.” El Señor abrió entonces los ojos del criado, y este vio que la montaña estaba llena de caballería y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

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2 REYES 6:8-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

El rey de Siria, que estaba en guerra con Israel, deliberó con sus ministros y les dijo: «Vamos a acampar en tal lugar». Pero el hombre de Dios le envió este mensaje al rey de Israel: «Procura no pasar por tal sitio, pues los sirios te han tendido allí una emboscada». Así que el rey de Israel envió a reconocer el lugar que el hombre de Dios le había indicado. Y en varias otras ocasiones Eliseo le avisó al rey, de modo que este tomó precauciones. El rey de Siria, enfurecido por lo que estaba pasando, llamó a sus ministros y les preguntó: ―¿Queréis decirme quién está informando al rey de Israel? ―Nadie, mi señor y rey —respondió uno de ellos—. El responsable es Eliseo, el profeta que está en Israel. Es él quien le comunica todo al rey de Israel, incluso lo que tú dices en el interior de tu alcoba. ―Pues entonces averiguad dónde está —ordenó el rey—, para que mande a capturarlo. Cuando le informaron de que Eliseo estaba en Dotán, el rey envió allí un destacamento grande, con caballos y carros de combate. Llegaron de noche y cercaron la ciudad. Por la mañana, cuando el criado del hombre de Dios se levantó para salir, vio que un ejército con caballos y carros de combate rodeaba la ciudad. ―¡Ay, mi señor! —exclamó el criado—. ¿Qué vamos a hacer? ―No tengas miedo —respondió Eliseo—. Los que están con nosotros son más que los que están con ellos. Entonces Eliseo oró: «SEÑOR, ábrele a Guiezi los ojos para que vea». El SEÑOR así lo hizo, y el criado vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

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