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2 SAMUEL 7:1-13

2 SAMUEL 7:1-13 Reina Valera 2020 (RV2020)

Aconteció que cuando ya el rey habitaba en una casa, después que el Señor le había dado paz con todos sus enemigos de alrededor, dijo el rey al profeta Natán: —Mira ahora, yo habito en casa de cedro, mientras que el arca de Dios está entre cortinas. Natán respondió al rey: —Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque el Señor está contigo. Aconteció aquella noche, que vino palabra del Señor a Natán: —Ve y di a mi siervo David: «Así ha dicho el Señor: ¿Tú me has de edificar una casa en la que yo more? Ciertamente, no he habitado en casas desde el día en que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he peregrinado en una tienda que me servía de santuario. En todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, yo no he dicho a ninguna de las tribus de Israel, a la que haya mandado apacentar a mi pueblo de Israel: ¿Por qué no me habéis edificado una casa de cedro?». Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: «Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueras príncipe de mi pueblo Israel; y he estado contigo dondequiera que has ido; he exterminado delante de ti a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra. Además, yo fijaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré allí, para que habite en él y nunca más sea removido, ni los inicuos lo aflijan más, como antes, en el tiempo en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te haré descansar de todos tus enemigos. Asimismo, el Señor te hace saber que él te edificará una casa. Y cuando tus días se hayan cumplido y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual saldrá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará una casa para mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.

2 SAMUEL 7:1-13 La Palabra (versión española) (BLP)

Una vez que David se hubo instalado en su casa y el Señor le concedió un respiro frente a todos sus enemigos de los alrededores, dijo el rey al profeta Natán: —Mira, yo estoy viviendo en una casa de cedro, mientras que el Arca de Dios está en una tienda. Natán le respondió: —Haz lo que estás pensando, que el Señor está contigo. Pero aquella misma noche Natán recibió este mensaje del Señor: —Ve a decir a mi siervo David: «Esto dice el Señor: No serás tú quien me construya a mí una casa para vivir en ella. Yo nunca he vivido en una casa desde el día en que saqué de Egipto a los israelitas hasta hoy, sino que he estado peregrinando de un sitio a otro en una tienda como morada. Y en todo el tiempo en que estuve viajando de un sitio a otro con los israelitas, nunca le hablé a ninguno de los jueces que elegí para pastorear a mi pueblo, Israel, de construirme una casa de cedro». Ahora, pues, dile a mi siervo David: «Esto dice el Señor del universo: Yo te saqué de los pastos y de cuidar rebaños para ser el jefe de mi pueblo, Israel; te he acompañado por dondequiera que has ido, te he librado de tus enemigos y pienso hacerte tan famoso como los más famosos de la tierra. Asignaré un lugar a mi pueblo, Israel, y lo asentaré en él para que lo habite sin sobresaltos y sin que los malvados vuelvan a oprimirlo como lo oprimieron al principio, cuando nombré jueces en mi pueblo, Israel. Además te he hecho vivir en paz con todos tus enemigos. Pues bien, ahora el Señor te anuncia que te fundará una dinastía. Cuando tu vida se acabe y descanses con tus antepasados, mantendré a tu descendencia, a un vástago salido de tus entrañas, y consolidaré su reino. Él construirá una casa en mi honor y yo consolidaré para siempre su trono real.

2 SAMUEL 7:1-13 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Una vez que el rey David se hubo establecido en su palacio, el SEÑOR le dio descanso de todos los enemigos que lo rodeaban. Entonces el rey le dijo al profeta Natán: ―Como puedes ver, yo habito en un palacio de cedro, mientras que el arca de Dios se encuentra bajo el toldo de una tienda de campaña. ―Bien —respondió Natán—. Haz lo que tu corazón te dicte, pues el SEÑOR está contigo. Pero aquella misma noche la palabra del SEÑOR vino a Natán y le dijo: «Ve y dile a mi siervo David que así dice el SEÑOR: “¿Serás tú acaso quien me construya una casa para que yo la habite? Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto, y hasta el día de hoy, no he habitado en casa alguna, sino que he andado de acá para allá, en una tienda de campaña a manera de santuario. Todo el tiempo que anduve con los israelitas, cuando mandé a sus gobernantes que pastorearan a mi pueblo Israel, ¿acaso le reclamé a alguno de ellos el no haberme construido una casa de cedro?” »Pues bien, dile a mi siervo David que así dice el SEÑOR Todopoderoso: “Yo te saqué del redil para que, en vez de cuidar ovejas, gobernaras a mi pueblo Israel. Yo he estado contigo por dondequiera que has ido, y he aniquilado a todos tus enemigos. Y ahora voy a hacerte tan famoso como los más grandes de la tierra. También voy a designar un lugar para mi pueblo Israel, y allí los plantaré para que puedan vivir sin sobresaltos. Sus malvados enemigos no volverán a humillarlos como lo han hecho desde el principio, desde el día en que nombré gobernantes sobre mi pueblo Israel. Y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. »”Pero ahora el SEÑOR te hace saber que será él quien te construya una casa. Cuando tu vida llegue a su fin y vayas a descansar entre tus antepasados, yo pondré en el trono a uno de tus propios descendientes, y afirmaré su reino. Será él quien construya una casa en mi honor, y yo afirmaré su trono real para siempre.

2 SAMUEL 7:1-13 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Cuando el rey David estaba ya instalado en su palacio, y el Señor le había concedido la paz con todos sus enemigos de alrededor, dijo a Natán, el profeta: –Como puedes ver, yo vivo en un palacio de cedro, mientras que el arca de Dios está en medio de simples cortinas. Natán le contestó: –Pues haz todo lo que te has propuesto, porque cuentas con el apoyo del Señor. Pero aquella misma noche, el Señor se dirigió a Natán y le dijo: “Ve y habla con mi siervo David, y comunícale que yo, el Señor, he dicho: ‘No serás tú quien me construya un templo para que habite en él. Desde el día en que saqué de Egipto a los israelitas, hasta el presente, nunca he habitado en templos, sino que he andado en simples tiendas de campaña. En todo el tiempo que anduve con ellos, jamás pedí a ninguno de sus caudillos, a quienes puse para que gobernaran a mi pueblo Israel, que me construyera un templo de madera de cedro.’ Por lo tanto, dile a mi siervo David que yo, el Señor todopoderoso, le digo: ‘Yo te saqué del redil y te quité de andar tras el rebaño para que fueras el jefe de mi pueblo Israel; te he acompañado por dondequiera que has ido, he acabado con todos los enemigos que se te enfrentaron y te he dado gran fama, como la que tienen los hombres importantes de este mundo. Además he preparado un lugar para mi pueblo Israel, y allí los he instalado para que vivan en un sitio propio, donde nadie los moleste ni los malhechores los opriman como al principio, cuando puse caudillos que gobernaran a mi pueblo Israel. Yo haré que te veas libre de todos tus enemigos. Y te hago saber que te daré descendientes, y que cuando tu vida llegue a su fin y mueras, yo estableceré a uno de tus descendientes y lo confirmaré en el reino. Él me construirá un templo, y yo afirmaré su reino para siempre.