2 SAMUEL 9:6-10
2 SAMUEL 9:6-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando Mefibóset, hijo de Jonatán y nieto de Saúl, llegó ante David, inclinó la cabeza e hizo una reverencia. David le preguntó: —¿Eres Mefibóset? Él contestó: —Aquí está tu servidor. David le dijo: —No temas, porque estoy dispuesto a favorecerte en memoria de tu padre, Jonatán. Te devolveré todas las tierras de tu abuelo Saúl y además comerás siempre a mi mesa. Él hizo una reverencia y dijo: —¿Quién es tu servidor, para que te fijes en un perro muerto como yo? El rey llamó a Sibá, el criado de Saúl, y le dijo: —Todas las posesiones de Saúl y su familia se las he entregado al hijo de tu amo. Tú, tus hijos y tus siervos le cultivaréis las tierras y le entregarás las cosechas para el mantenimiento de la familia de tu amo. Pero Mefibóset, el hijo de tu amo, comerá siempre a mi mesa. Sibá, que tenía quince hijos y veinte esclavos
2 SAMUEL 9:6-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
y cuando Mefi-bóset, hijo de Jonatán y nieto de Saúl, llegó ante David, se inclinó en señal de reverencia. –¡Mefi-bóset! –exclamó David. –A las órdenes de Su Majestad –respondió él. David le dijo: –No tengas miedo, porque yo te voy a tratar muy bien, en memoria de Jonatán, tu padre. Haré que se te devuelvan todas las tierras de tu abuelo Saúl, y comerás siempre a mi mesa. Pero Mefi-bóset se inclinó y dijo: –¿Por qué se fija Su Majestad en este siervo suyo, si soy como un perro muerto? Sin embargo, el rey llamó a Sibá, el antiguo sirviente de Saúl, y le dijo: –He entregado al nieto de tu amo todo lo que perteneció a él y a su familia. Por lo tanto tú, con tus hijos y tus criados, labrarás la tierra para él y almacenarás lo que produzca, para que así pueda mantenerse la familia de tu amo, aunque Mefi-bóset, su nieto, comerá siempre a mi mesa. Sibá, que tenía quince hijos y veinte criados
2 SAMUEL 9:6-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando Mefiboset, que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl, estuvo en presencia de David, se inclinó ante él rostro en tierra. ―¿Eres tú Mefiboset? —le preguntó David. ―A tus órdenes —respondió. ―No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa. Mefiboset se inclinó y dijo: ―¿Y quién es este tu siervo, para que te fijes en él? ¡Si no valgo más que un perros muerto! Pero David llamó a Siba, el administrador de Saúl, y le dijo: ―Todo lo que pertenecía a tu amo Saúl y a su familia se lo entrego a su nieto Mefiboset. Te ordeno que cultives para él la tierra y guardes la cosecha para el sustento de su casa. Que te ayuden tus quince hijos y tus veinte criados. En cuanto al nieto de tu amo, siempre comerá a mi mesa.