2 TESALONICENSES 3:8-18
2 TESALONICENSES 3:8-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser una carga a ninguno de vosotros; no porque no tuviéramos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo a seguir. Y cuando estábamos con vosotros os ordenábamos esto: el que no quiera trabajar, que tampoco coma. Ahora hemos oído que algunos de entre vosotros viven desordenadamente, no trabajan en nada, y se entrometen en lo ajeno. A estas personas mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo que vivan con tranquilidad y trabajen para ganarse su propio pan. Pero vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien. Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ese señaladlo y no os juntéis con él, para que se avergüence. Pero no lo tengáis por enemigo, sino amonestadlo como a hermano. Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz y en todas sus formas. El Señor sea con todos vosotros. El saludo es de mi puño y letra. Así yo, Pablo, firmo todas mis cartas. Así es como yo escribo. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
2 TESALONICENSES 3:8-18 La Palabra (versión española) (BLP)
ni comimos de balde el pan de nadie. Al contrario, trabajamos día y noche hasta casi extenuarnos, con el fin de no ser gravosos a ninguno de vosotros. ¡Y teníamos derecho a ello! Pero quisimos ofreceros un ejemplo que imitar. Estando entre vosotros os inculcamos ya esta norma: el que no quiera trabajar, que tampoco coma. Y es que nos hemos enterado de que algunos viven ociosamente entre vosotros: en lugar de trabajar, se entrometen en todo. De parte de Jesucristo, el Señor, los instamos y exhortamos a que trabajen y coman su propio pan sin perturbar a nadie. Por vuestra parte, hermanos, no os canséis de hacer el bien. Y si alguien no hace caso a lo que os decimos en esta carta, tomad nota de él y hacedle el vacío, a ver si se avergüenza. Pero no lo tratéis como enemigo; corregidlo, más bien, como a un hermano. Que el Señor de la paz os conceda la paz siempre y en todas sus formas. El Señor esté con todos vosotros. El saludo es de mi puño y letra. Así firmo yo, Pablo, en todas mis cartas; esta es mi letra. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.
2 TESALONICENSES 3:8-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
ni hemos comido el pan de nadie sin pagarlo. Al contrario, trabajamos y luchamos día y noche para no serle una carga a ninguno de vosotros. Y aunque ciertamente teníamos el derecho de pediros que nos ayudaseis, trabajamos para daros un ejemplo a seguir. Estando aún entre vosotros os dimos esta regla: quien no quiera trabajar, que tampoco coma. Pero hemos sabido que algunos de vosotros viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. A estos mandamos y encargamos, por la autoridad del Señor Jesucristo, que trabajen tranquilamente para ganarse la vida. Hermanos, no os canséis de hacer el bien. Si alguno no hace caso a lo que decimos en esta carta, fijaos en quién es y no os juntéis con él, para que se avergüence. Pero no lo tengáis por enemigo, sino aconsejadle como a hermano. Y que el mismo Señor de paz os dé paz en todo tiempo y en todas las ocasiones. Que el Señor esté con todos vosotros. Yo, Pablo, os escribo este saludo de mi propio puño y letra. Así firmo todas mis cartas. Así escribo. Que nuestro Señor Jesucristo derrame su gracia sobre todos vosotros.
2 TESALONICENSES 3:8-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
ni comimos el pan de nadie sin pagarlo. Al contrario, día y noche trabajamos arduamente y sin descanso para no ser una carga a ninguno de vosotros. Y lo hicimos así no porque no tuviéramos derecho a tal ayuda, sino para daros buen ejemplo. Porque, incluso cuando estábamos con vosotros, os ordenamos: «El que no quiera trabajar, que tampoco coma». Nos hemos enterado de que entre vosotros hay algunos que andan haciendo el vago, sin trabajar en nada, y que solo se meten en lo que no les importa. A tales personas les ordenamos y exhortamos en el Señor Jesucristo que tranquilamente se pongan a trabajar para ganarse la vida. Hermanos, no os canséis de hacer el bien. Si alguno no obedece las instrucciones que os damos en esta carta, denunciadlo públicamente y no os relacionéis con él, para que se avergüence. Sin embargo, no lo tengáis por enemigo, sino amonestadlo como a hermano. Que el Señor de paz os conceda su paz siempre y en todas las circunstancias. El Señor sea con todos vosotros. Yo, Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Esta es la señal distintiva de todas mis cartas; así escribo yo. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros.