2 TIMOTEO 2:22-26
2 TIMOTEO 2:22-26 Reina Valera 2020 (RV2020)
Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las discusiones necias y mal informadas, pues sabes que producen peleas. Y el siervo del Señor no debe ser amigo de peleas, sino que debe ser amable con todos, apto para enseñar y ser sufrido. Debe corregir con ternura a los que se oponen, por si acaso Dios les conceda que se arrepientan, conozcan la verdad y escapen del lazo del diablo que los tiene cautivos y sometidos a su voluntad.
2 TIMOTEO 2:22-26 La Palabra (versión española) (BLP)
Huye de los excesos juveniles y esfuérzate en llevar una vida de rectitud, de fe, de amor y de paz en unión con los que invocan limpia y sinceramente al Señor. Evita las controversias estúpidas e ineducadas que solo engendran altercados. Quien sirve al Señor no puede ser pendenciero; al contrario, debe ser amable con todos, sufrido, buen educador y capaz de corregir con dulzura a los contradictores. ¡Quién sabe si no les concederá Dios ocasión de convertirse y conocer la verdad, escapando así de la trampa en que el diablo los tiene atrapados y sometidos a su antojo!
2 TIMOTEO 2:22-26 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Huye, pues, de las pasiones de la juventud y vive con rectitud, fe, amor y paz, junto con todos los que de limpio corazón invocan al Señor. No hagas caso de discusiones sin ton ni son; ya sabes que traen disgustos. Y un siervo del Señor no debe andar en peleas; al contrario, debe ser amable con todos. Debe ser apto para enseñar; debe tener paciencia y corregir con corazón humilde a los rebeldes. Acaso Dios les conceda volverse a él y conocer la verdad. Así se despertarán, y escaparán de la trampa en la que el diablo los tiene presos y sometidos a su voluntad.
2 TIMOTEO 2:22-26 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio. No tengas nada que ver con discusiones necias y sin sentido, pues ya sabes que terminan en pleitos. Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse. Así, humildemente, debe corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de modo que se despierten y escapen de la trampa en la que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad.