HECHOS 12:11-14
HECHOS 12:11-14 La Palabra (versión española) (BLP)
Pedro entonces volvió en sí y exclamó: —Ahora me doy cuenta de que el Señor ha enviado su ángel para librarme de las garras de Herodes y de la trama organizada contra mí por el pueblo judío. Después de orientarse, se encaminó hacia la casa de María, la madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde había muchas personas reunidas en oración. Llamó a la puerta principal; una joven sirviente llamada Rode se acercó a ver quién era y, al reconocer la voz de Pedro, se puso tan alegre que, en lugar de abrir la puerta, corrió al interior para avisar que Pedro estaba en el zaguán.
HECHOS 12:11-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pedro comprendió entonces y dijo: “Ahora veo que realmente el Señor ha enviado a su ángel para librarme de Herodes y de todo lo que querían hacerme los judíos.” Al darse cuenta de esto, Pedro se dirigió a casa de María, la madre de Juan, también llamado Marcos, donde muchas personas estaban reunidas en oración. Llamó a la puerta de la calle, y una muchacha llamada Rode salió a ver quién era. Al reconocer la voz de Pedro, fue tanta su alegría que en vez de abrir corrió adentro a avisar que Pedro estaba a la puerta.
HECHOS 12:11-14 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces Pedro volvió en sí y dijo: —Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel y me ha librado de la mano de Herodes y de todo lo que el pueblo judío esperaba. Mientras cavilaba en estas cosas llegó a casa de María, la madre de Juan, por sobrenombre Marcos. Había allí muchas personas reunidas y orando. Pedro llamó a la puerta del patio; una muchacha llamada Rode salió a ver quién era y, al reconocer la voz de Pedro, se puso tan alegre que, en lugar de abrir la puerta, corrió al interior para avisar que Pedro estaba a la puerta.
HECHOS 12:11-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces Pedro volvió en sí y se dijo: «Ahora estoy completamente seguro de que el Señor ha enviado a su ángel para librarme del poder de Herodes y de todo lo que el pueblo judío esperaba». Consciente de lo sucedido, fue a casa de María, la madre de Juan, apodado Marcos, donde muchas personas estaban reunidas orando. Llamó a la puerta de la calle, y salió a responder una criada llamada Rode. Al reconocer la voz de Pedro, se puso tan contenta que volvió corriendo sin abrir. ―¡Pedro está a la puerta! —exclamó.