HECHOS 22:26-29
HECHOS 22:26-29 La Palabra (versión española) (BLP)
Al oír esto, el oficial fue a informar al comandante: —Cuidado con lo que vas a hacer; ese hombre es ciudadano romano. El comandante llegó junto a Pablo y le preguntó: —Dime, ¿eres tú ciudadano romano? —Sí —contestó Pablo. —A mí me ha costado una fortuna adquirir esa ciudadanía —afirmó el comandante. —Pues yo la tengo por nacimiento —contestó Pablo. Al momento se apartaron de él los que iban a someterlo a tortura, y el propio comandante tuvo miedo al saber que había mandado encadenar a un ciudadano romano.
HECHOS 22:26-29 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al comandante diciendo: —¿Y ahora qué vas a hacer? ¡Este hombre es ciudadano romano! Vino el comandante y le dijo: —Dime, ¿eres ciudadano romano? Él respondió: —Sí. Replicó el comandante: —A mí me costó una fortuna adquirir la ciudadanía. Entonces Pablo dijo: —Pues yo la tengo por nacimiento. De inmediato, los que iban a interrogarle, se apartaron de él. Incluso el propio comandante tuvo miedo al saber que había mandado encadenar a un ciudadano romano.
HECHOS 22:26-29 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Al oir esto, el centurión fue a dar aviso al comandante, diciéndole: –¿Qué vas a hacer? ¡Ese hombre es ciudadano romano! Entonces el comandante se acercó a Pablo y le preguntó: –¿Es cierto que tú eres ciudadano romano? –Sí –le contestó Pablo. El comandante le dijo: –A mí me costó mucho dinero hacerme ciudadano romano. Pablo respondió: –Pues yo lo soy por nacimiento. Con esto, los que iban a azotar a Pablo se apartaron de él; y aun el propio comandante, al darse cuenta de que era ciudadano romano, tuvo miedo por haberle encadenado.
HECHOS 22:26-29 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Al oír esto, el centurión fue y avisó al comandante. ―¿Qué vas a hacer? Resulta que ese hombre es ciudadano romano. El comandante se acercó a Pablo y le dijo: ―Dime, ¿eres ciudadano romano? ―Sí, lo soy. ―A mí me costó una fortuna adquirir mi ciudadanía —le dijo el comandante. ―Pues yo la tengo de nacimiento —replicó Pablo. Los que iban a interrogarlo se retiraron en seguida. Al darse cuenta de que Pablo era ciudadano romano, el comandante mismo se asustó de haberlo encadenado.