HECHOS 3:11-26
HECHOS 3:11-26 Reina Valera 2020 (RV2020)
El cojo que había sido sanado se agarró a Pedro y a Juan, entonces todo el pueblo, lleno de asombro, se apiñó rápidamente alrededor de ellos en el pórtico que llaman «de Salomón». Al ver esto Pedro, les habló así: —Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiera sido nuestro poder o nuestra piedad lo que ha hecho andar a este hombre? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando este ya había decidido ponerlo en libertad. Mas vosotros negasteis al santo y al justo para pedir a cambio la libertad de un asesino, y así matasteis al autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Y por la fe en su nombre, Jesús ha restablecido a este hombre a quien vosotros veis y conocéis. La fe que obra por medio de Jesús le ha devuelto totalmente la salud ante todos vosotros. Pero, hermanos, sé, que tanto vosotros, como vuestros gobernantes, lo habéis hecho por ignorancia. Pero Dios ha cumplido así lo que había anunciado por medio de todos sus profetas: que su Cristo habría de padecer. Así que arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan tiempos de consuelo procedentes del Señor y os envíe a Cristo Jesús, que ya os fue anunciado. Ciertamente, es necesario que el cielo reciba a Jesús hasta el momento en que todas las cosas sean restauradas, lo cual Dios ya ha anunciado desde los tiempos antiguos por medio de sus santos profetas. Pues Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios hará surgir un profeta de entre vuestros hermanos, como hizo conmigo. Debéis prestar atención a todas las cosas que os diga, y todo aquel que no preste atención a ese profeta, deberá ser eliminado del pueblo. Desde Samuel en adelante, todos los profetas que han hablado también han anunciado la llegada de estos días. Vosotros sois los hijos de los profetas y del pacto que Dios hizo con nuestros padres cuando dijo a Abrahán: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. Dios, tras haber resucitado a su Siervo, os lo ha enviado primeramente a vosotros para que os bendiga, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.
HECHOS 3:11-26 La Palabra (versión española) (BLP)
Como aquel hombre no se separaba de Pedro y de Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, se congregó en tropel alrededor de ellos en el pórtico que llaman «de Salomón». Pedro, al ver esto, habló así al pueblo: —Israelitas, ¿por qué os sorprendéis de este suceso? ¿Por qué nos miráis como si hubiera sido nuestro poder o nuestra religiosidad lo que ha hecho andar a este hombre? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha colmado de honor a Jesús, su siervo, a quien, por cierto, vosotros mismos entregasteis a las autoridades y rechazasteis ante Pilato cuando ya este había decidido ponerlo en libertad. Rechazasteis al santo y al justo, para pedir a cambio la libertad de un asesino. Matasteis así al autor de la vida; pero Dios lo ha resucitado, y nosotros somos testigos de ello. Pues bien, por creer en Jesús se le han fortalecido las piernas a este hombre que estáis viendo y que vosotros conocéis. La fe en Jesús le ha devuelto totalmente la salud, como podéis comprobar. No obstante, hermanos, sé que tanto vosotros como vuestros dirigentes actuasteis por ignorancia. Pero Dios cumplía de este modo lo que había anunciado por medio de los profetas en lo que se refiere a los sufrimientos que su Mesías había de padecer. Por tanto, convertíos y volved a Dios, para que vuestros pecados os sean borrados. Así hará venir el Señor una era de tranquilidad, y enviará de nuevo al Mesías que previamente os había destinado, es decir, a Jesús. Pero ahora es preciso que Jesús permanezca en el cielo hasta que llegue el momento en que todo sea restaurado, según declaró Dios en época precedente por medio de sus santos profetas. Ya Moisés dijo al respecto: El Señor, vuestro Dios, os va a suscitar un profeta de entre vosotros mismos, como hizo conmigo. Tenéis que prestar atención a todo lo que os diga, pues quien no haga caso a ese profeta será arrancado del pueblo. También todos los profetas, de Samuel en adelante, pronosticaron los acontecimientos actuales. Y vosotros sois los herederos de los profetas y de la alianza que Dios estableció con vuestros antepasados cuando dijo a Abrahán: Tu descendencia será fuente de bendición para toda la humanidad. Así que Dios, después de resucitar a su siervo, os lo ha enviado primero a vosotros a fin de que se os convierta en bendición y todos y cada uno os apartéis del mal.
HECHOS 3:11-26 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El cojo que había sido sanado no soltaba a Pedro y a Juan. Toda la gente, admirada, corrió a la parte del templo que se llama pórtico de Salomón, donde ellos se encontraban. Pedro, al ver la gente, les dijo: “¿Por qué os asombráis, israelitas? ¿Por qué nos miráis como si nosotros hubiéramos hecho andar a este hombre por nuestro propio poder o por nuestra devoción a Dios? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha dado el más alto honor a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis a las autoridades y a quien no permitisteis que Pilato pusiera en libertad. En vez de pedir la libertad de aquel que era santo y justo, pedisteis que se soltara a un criminal. Y así matasteis al que es autor de la vida. Pero Dios lo resucitó, y de ello nosotros somos testigos. Lo que ha hecho cobrar fuerzas a este hombre que veis y conocéis, es la fe en el nombre de Jesús. Esa fe en Jesús es la que le ha hecho sanar completamente, como todos podéis ver. “Ya sé, hermanos, que cuando vosotros y vuestros jefes matasteis a Jesús, lo hicisteis sin saber en realidad lo que estabais haciendo. Pero Dios cumplió de este modo lo que antes había anunciado por medio de todos sus profetas: que su Mesías tenía que morir. Por eso, volveos a Dios y convertíos, para que él borre vuestros pecados. Quizás entonces el Señor os mande tiempos de alivio, enviándoos a Jesús, a quien desde el principio había escogido como Mesías para vosotros. Aunque por ahora Jesucristo debe permanecer en el cielo, hasta que Dios ponga todas las cosas en orden, como dijo por medio de sus santos profetas que vivieron en los tiempos antiguos. Moisés anunció a vuestros antepasados: ‘El Señor vuestro Dios hará que salga de entre vosotros un profeta como yo. Obedecedle en todo lo que os diga, porque todo aquel que no haga caso a ese profeta será eliminado del pueblo.’ “Y todos los profetas, de Samuel en adelante, hablaron también de estos días. Vosotros sois los herederos de las promesas que Dios hizo por medio de los profetas, y sois también herederos del pacto hecho por Dios con nuestros antepasados. Pues Dios dijo a Abraham: ‘Todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.’ Cuando Dios resucitó a su Hijo, os lo envió primero a vosotros, para bendeciros, para que cada uno de vosotros se convierta de su maldad.”
HECHOS 3:11-26 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Mientras el hombre seguía aferrado a Pedro y a Juan, toda la gente, que no salía de su asombro, corrió hacia ellos al lugar conocido como Pórtico de Salomón. Al ver esto, Pedro les dijo: «Pueblo de Israel, ¿por qué os sorprende lo que ha pasado? ¿Por qué nos miráis como si por nuestro propio poder o virtud hubiéramos hecho caminar a este hombre? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha glorificado a su siervo Jesús. Vosotros lo entregasteis y lo rechazasteis ante Pilato, aunque este había decidido soltarlo. Rechazasteis al Santo y Justo, y pedisteis que se indultara a un asesino. Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo levantó de entre los muertos, y de eso nosotros somos testigos. Por la fe en el nombre de Jesús, él ha restablecido a este hombre a quien vosotros veis y conocéis. Esta fe que viene por medio de Jesús lo ha sanado por completo, como os consta. »Ahora bien, hermanos, yo sé que vosotros y vuestros dirigentes actuasteis así por ignorancia. Pero de este modo Dios cumplió lo que de antemano había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, para que sean borrados vuestros pecados, arrepentíos y volveos a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor, enviándoos el Mesías que ya había sido preparado para vosotros, el cual es Jesús. Es necesario que él permanezca en el cielo hasta que llegue el tiempo de la restauración de todas las cosas, como Dios lo ha anunciado desde hace siglos por medio de sus santos profetas. Moisés dijo: “El Señor vuestro Dios hará surgir para vosotros, de entre vuestros propios hermanos, a un profeta como yo; prestad atención a todo lo que os diga. Porque quien no le haga caso será eliminado del pueblo”. »En efecto, a partir de Samuel todos los profetas han anunciado estos días. Vosotros, pues, sois herederos de los profetas y del pacto que Dios estableció con nuestros antepasados al decirle a Abraham: “Todos los pueblos del mundo serán bendecidos por medio de tu descendencia”. Cuando Dios resucitó a su siervo, lo envió primero a vosotros para daros la bendición de que cada uno se convierta de sus maldades».