HECHOS 4:16-20
HECHOS 4:16-20 Reina Valera 2020 (RV2020)
en estos términos: —¿Qué haremos con estos hombres? Porque, ciertamente por medio de ellos se ha obrado un milagro evidente y notorio a todos los que viven en Jerusalén. No lo podemos negar. Sin embargo, con el fin de que no se divulgue más este asunto entre el pueblo, amenacémoslos para que no le hablen a nadie acerca de este nombre. Así pues, los llamaron y les prohibieron terminantemente que hablaran de Jesús o enseñaran en su nombre. Pero Pedro y Juan respondieron: —Juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
HECHOS 4:16-20 La Palabra (versión española) (BLP)
—¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Está claro para todos los habitantes de Jerusalén que, efectivamente, se ha realizado un milagro manifiesto por mediación de ellos; es algo que no podemos negar. Sin embargo, para evitar que esto siga propagándose entre el pueblo, vamos a advertirles, bajo amenaza, que no hablen más a nadie de tal individuo. Así que los llamaron y les prohibieron terminantemente que hablaran de Jesús o enseñaran en su nombre. Pero Pedro y Juan les respondieron: —¿Os parece justo delante de Dios que os obedezcamos a vosotros antes que a él? Por nuestra parte, no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.
HECHOS 4:16-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Decían: –¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Todos los habitantes de Jerusalén saben que han hecho esta señal milagrosa, y no lo podemos negar. Pero a fin de que este asunto no siga corriendo de boca en boca, vamos a amenazarlos, para que de aquí en adelante a nadie hablen del nombre de Jesús. Así que los llamaron y les ordenaron que no hablaran ni enseñaran nada acerca del nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan les contestaron: –Pensad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros en lugar de obedecerle a él. No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.
HECHOS 4:16-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
«¿Qué vamos a hacer con estos sujetos? Es un hecho que por medio de ellos ha ocurrido un milagro evidente; todos los que viven en Jerusalén lo saben, y no podemos negarlo. Pero, para evitar que este asunto siga divulgándose entre la gente, vamos a amenazarlos para que no vuelvan a hablar de ese nombre a nadie». Los llamaron y les ordenaron terminantemente que dejaran de hablar y enseñar acerca del nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan replicaron: ―¿Es justo delante de Dios obedeceros a vosotros en vez de obedecerlo a él? ¡Juzgadlo vosotros mismos! Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.