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AMÓS 2:4-16

AMÓS 2:4-16 La Palabra (versión española) (BLP)

Esto es lo que dice el Señor: Son tantos los delitos de Judá que no los dejaré sin castigo. Por haber rechazado la ley del Señor y no haber cumplido sus mandamientos, por haberse dejado extraviar por ídolos a quienes ya sus antepasados adoraron, enviaré contra Judá un fuego que devorará los palacios de Jerusalén. Esto es lo que dice el Señor: Son tantos los delitos de Israel que no los dejaré sin castigo. Venden al inocente por dinero, al pobre por un par de sandalias; aplastan contra el polvo al desvalido y no imparten justicia al indefenso; padre e hijo acuden a la misma joven, profanando así mi santo nombre. Se tienden junto a cualquier altar sobre ropas tomadas en prenda, y beben en el templo de su dios vino comprado con multas injustas. Yo exterminé ante ellos al amorreo, alto como los cedros y fuerte como las encinas; extirpé sus raíces y malogré sus frutos. A vosotros, en cambio, os saqué de Egipto y os conduje cuarenta años por el desierto hasta conquistar el país de los amorreos. Suscité profetas entre vuestros hijos y nazareos entre vuestros jóvenes. ¿No es así, israelitas? —oráculo del Señor. Pero obligasteis a beber vino a los nazareos y no dejasteis profetizar a los profetas. Pues bien, yo haré que el suelo se os hunda como se hunde bajo un carro cargado de mies. Ni el más ligero podrá huir, ni al más fuerte le valdrán sus fuerzas, ni el más valiente salvará su vida; el arquero no conseguirá resistir, el ágil de piernas no escapará; el que monta a caballo no se salvará; y hasta el valiente más intrépido tendrá que huir desnudo aquel día, —oráculo del Señor.

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AMÓS 2:4-16 Reina Valera 2020 (RV2020)

Así ha dicho el Señor: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no revocaré su castigo: porque menospreciaron la ley del Señor, no guardaron sus ordenanzas y erraron por sus mentiras, tras las cuales anduvieron sus padres. Prenderé, por tanto, fuego a Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalén. Así ha dicho el Señor: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo: porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos. Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos y tuercen el camino de los humildes. El hijo y el padre se acuestan con la misma mujer, de modo que profanan mi santo nombre. Sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar, y beben en el templo de su dios el vino de las multas. Yo destruí delante de ellos a los amorreos que eran altos como los cedros y fuertes como las encinas; destruí su fruto arriba y sus raíces abajo. A vosotros os hice subir de la tierra de Egipto y os conduje por el desierto cuarenta años, para que tomarais posesión de la tierra del amorreo. Y suscité profetas entre vuestros hijos y nazareos entre vuestros jóvenes. ¿No es esto cierto, hijos de Israel?, dice el Señor. Mas vosotros disteis a beber vino a los nazareos, y a los profetas les ordenasteis: «No profeticéis». Por eso, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de gavillas: el ligero no podrá huir, al fuerte no le ayudará su fuerza ni el valiente salvará su vida; el que maneja el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies ni el jinete salvará su vida. Hasta el valiente más intrépido huirá desnudo aquel día, dice el Señor.

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AMÓS 2:4-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Así dice el Señor: “Los de Judá han cometido tantas maldades que no dejaré de castigarlos, pues rechazaron las enseñanzas del Señor y no obedecieron sus leyes, sino que adoraron a los mismos ídolos que sus padres habían adorado. Por eso pondré fuego a Judá, y ese fuego destruirá los palacios de Jerusalén.” Así dice el Señor: “Los de Israel han cometido tantas maldades que no dejaré de castigarlos, pues venden al inocente por dinero y al pobre por un par de sandalias. Oprimen y humillan a los pobres y se niegan a hacer justicia a los humildes. El padre y el hijo se acuestan con la misma mujer, profanando así mi santo nombre. Tendidos sobre ropas que recibieron en prenda, participan en comidas en honor de los ídolos; con dinero de multas injustas compran vino para beberlo en el templo de su dios. Yo, sin embargo, para abriros paso, destruí a los amorreos; los destruí por completo, aunque eran altos como cedros y fuertes como robles. Pero a vosotros os saqué de Egipto y os conduje cuarenta años por el desierto para daros la tierra de ellos. Y no podéis negar, israelitas, que, de entre vosotros, a algunos los hice profetas y a otros nazareos.” El Señor lo afirma. “Pero vosotros obligasteis a los nazareos a beber vino y prohibisteis a los profetas que hablaran en mi nombre. Pues bien, yo haré crujir la tierra bajo vuestros pies como cruje una carreta cargada de trigo. Por mucho que corráis, no escaparéis; al más fuerte le faltarán las fuerzas, y no se salvará ni el más valiente. El arquero no resistirá, y no se salvarán ni el que corra con pies ligeros ni el que huya a caballo. Aquel día, hasta el más valiente de los guerreros se despojará de sus armas para poder huir.” El Señor lo afirma.

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AMÓS 2:4-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Así dice el SEÑOR: «Los delitos de Judá han llegado a su colmo; por tanto, no revocaré su castigo: Porque, dejándose descarriar por sus mentiras, tras las cuales anduvieron sus antepasados, rechazaron la ley del SEÑOR y no obedecieron sus preceptos. Por eso yo enviaré fuego contra Judá, que consumirá las fortalezas de Jerusalén». Así dice el SEÑOR: «Los delitos de Israel han llegado a su colmo; por tanto, no revocaré su castigo: Venden al justo por monedas, y al necesitado, por un par de sandalias. Pisotean la cabeza de los desvalidos como si fuera el polvo de la tierra, y pervierten el camino de los pobres. Padre e hijo se acuestan con la misma mujer, profanando así mi santo nombre. Junto a cualquier altar se acuestan sobre ropa que tomaron en prenda, y el vino que han cobrado como multa lo beben en la casa de su Dios. »Todo esto, a pesar de que por ellos yo destruí a los amorreos; destruí su fruto arriba y sus raíces abajo, aunque eran altos como el cedro y fuertes como la encina. »Yo mismo os hice subir desde Egipto, y os conduje cuarenta años por el desierto, a fin de conquistar para vosotros la tierra de los amorreos. También levanté profetas de entre vuestros hijos y nazareos de entre vuestros jóvenes. ¿Acaso no fue así, israelitas? —afirma el SEÑOR—. Pero vosotros les hicisteis beber vino a los nazareos y les ordenasteis a los profetas que no profetizaran. »Pues bien, voy a aplastaros como aplasta una carreta cargada de trigo. Entonces no habrá escapatoria para el ágil, ni el fuerte podrá valerse de su fuerza, ni el valiente librará su vida. El arquero no resistirá, ni escapará con vida el ágil de piernas, ni se salvará el que monta a caballo. En aquel día huirá desnudo aun el más valiente de los guerreros», afirma el SEÑOR.

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