Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

DANIEL 4:25-34

DANIEL 4:25-34 Reina Valera 2020 (RV2020)

Que te echarán de entre los hombres y con las bestias del campo habitarás; con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere. Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, después de que reconozcas que es el cielo el que gobierna. Por tanto, mi rey, acepta mi consejo: redime tus pecados con justicia, y tus iniquidades con misericordia para con los oprimidos, pues tal vez sea eso una prolongación de tu tranquilidad. Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor: Al cabo de doce meses, mientras paseaba por el palacio real de Babilonia, dijo el rey: —¿No es esta la gran Babilonia que yo he edificado para residencia real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: —A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino te ha sido quitado; de entre los hombres te arrojarán, con las bestias del campo será tu habitación y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. En ese mismo instante se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor: Fue echado de entre los hombres, comía hierba como los bueyes y su cuerpo se empapaba del rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila y sus uñas como las de las aves. Al fin del tiempo, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo y recuperé la cordura; bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre

Compartir
Lee DANIEL 4

DANIEL 4:25-34 La Palabra (versión española) (BLP)

Esto fue lo que le sucedió al rey Nabucodonosor. Transcurridos doce meses, mientras paseaba por la terraza del palacio real de Babilonia, el rey iba pensando: «Esta es la gran Babilonia, construida por mí como residencia real, obra de mi poder y manifestación de mi magnificencia». Todavía andaba el rey con estos pensamientos, cuando una voz bajó del cielo: —Contigo hablo, rey Nabucodonosor: has sido desposeído de tu reino. Serás retirado de en medio de las personas y vivirás con las bestias del campo; comerás hierba como los toros, y tendrán que transcurrir siete años hasta que reconozcas que el Altísimo tiene poder sobre los reinos humanos y que los da a quien le place. En aquel mismo momento se cumplieron en Nabucodonosor las palabras pronunciadas: dejó de vivir entre personas y empezó a comer hierba como los toros, su cuerpo quedó empapado por el rocío del cielo, los cabellos le crecieron como plumas de águila y le salieron uñas como las de las aves. Pasado el tiempo fijado, yo, Nabucodonosor, alcé los ojos al cielo y recobré la razón. Bendije entonces al Altísimo, alabé y glorifiqué al que vive eternamente, cuyo poder es eterno y cuyo reino no tiene fin. Ante él nada son los habitantes de la tierra, y hace lo que quiere con el ejército del cielo y con los habitantes de la tierra. Nadie puede detenerle la mano ni pedirle cuentas de lo que hace. En aquel momento recobré la razón. También recuperé el honor y la majestad, para gloria de mi reino. Mis consejeros y ministros me reclamaron, se me devolvió el reino y se acrecentó mi poder. Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y reconozco la gloria del Rey del cielo: todas sus obras son verdaderas; todas sus formas de actuar, justas. Él tiene poder para humillar a las personas arrogantes.

Compartir
Lee DANIEL 4

DANIEL 4:25-34 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Su Majestad será separado de la gente y vivirá con los animales, comerá hierba, como los bueyes, y el rocío empapará su cuerpo. Así vivirá Su Majestad durante siete años, hasta que reconozca que el Dios altísimo tiene poder sobre todos los reinos humanos, y que es él quien pone como gobernante a quien él quiere. La orden de que se dejara en la tierra el tronco y sus raíces, significa que se devolverá a Su Majestad el reino cuando Su Majestad haya reconocido que Dios es quien tiene el poder. Por tanto, siga Su Majestad mi consejo: actúe con rectitud y no peque más; ponga fin a sus maldades y ocúpese de ayudar a los pobres. Tal vez así pueda seguir viviendo Su Majestad en paz y prosperidad.’ ” Todas estas cosas anunciadas al rey Nabucodonosor, se cumplieron. Un año después, mientras el rey se paseaba por la terraza de su palacio de Babilonia, dijo: “¡Mirad qué grande es Babilonia! Yo, con mi gran poder, la edifiqué como capital de mi reino, para dejar muestra de mi grandeza.” Todavía estaba hablando el rey, cuando se oyó una voz del cielo, que decía: “Oye esto, rey Nabucodonosor. Tu reino ya no te pertenece. Vas a ser separado de la gente y vivirás entre los animales. Durante siete años comerás hierba, como los bueyes, hasta que reconozcas que el Dios altísimo tiene poder sobre todas las naciones de la tierra, y que es él quien pone como gobernante a quien él quiere.” En aquel mismo instante se cumplió la sentencia anunciada, y Nabucodonosor fue separado de la gente. Comía hierba, como los bueyes, y el rocío empapaba su cuerpo; hasta el pelo y las uñas le crecieron como plumas y garras de águila. “Cuando el tiempo de la sentencia se cumplió, yo, Nabucodonosor, miré al cielo y me sentí curado de mi locura. Entonces bendije al Dios altísimo y alabé con estas palabras al que vive para siempre

Compartir
Lee DANIEL 4

DANIEL 4:25-34 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Serás apartado de la gente y habitarás con los animales salvajes; comerás pasto como el ganado, y te empaparás con el rocío del cielo. Siete años pasarán hasta que reconozcas que el Altísimo es el Soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere. La orden de dejar el tocón y las raíces del árbol quiere decir que recibirás nuevamente el reino, cuando hayas reconocido que el verdadero reino es el del cielo. Por lo tanto, oh rey, yo te ruego que aceptes el consejo que te voy a dar: Renuncia a tus pecados y actúa con justicia; renuncia a tu maldad y sé bondadoso con los oprimidos. Tal vez entonces tu prosperidad vuelva a ser la de antes». En efecto, todo esto le sucedió al rey Nabucodonosor. Doce meses después, mientras daba un paseo por la terraza del palacio real de Babilonia, exclamó: «¡Mirad la gran Babilonia que he construido como capital del reino! ¡La he construido con mi gran poder, para mi propia honra!» No había terminado de hablar cuando se escuchó una voz que desde el cielo decía: «Este es el decreto en cuanto a ti, rey Nabucodonosor. Tu autoridad real se te ha quitado. Serás apartado de la gente y vivirás entre los animales salvajes; comerás pasto como el ganado, y siete años transcurrirán hasta que reconozcas que el Altísimo es el Soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere». Y al instante se cumplió lo anunciado a Nabucodonosor. Lo separaron de la gente, y comió pasto como el ganado. Su cuerpo se empapó con el rocío del cielo, y hasta el pelo y las uñas le crecieron como plumas y garras de águila. Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo, y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre: Su dominio es eterno; su reino permanece para siempre.

Compartir
Lee DANIEL 4