DEUTERONOMIO 18:9-22
DEUTERONOMIO 18:9-22 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando entres a la tierra que el Señor, tu Dios, te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominable para el Señor cualquiera que hace estas cosas, y por estas cosas abominables el Señor, tu Dios, expulsa a estas naciones de tu presencia. Serás perfecto delante del Señor, tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, escuchan a agoreros y a adivinos, pero a ti no te ha permitido esto el Señor, tu Dios. Un profeta como yo te levantará el Señor, tu Dios, de en medio de ti, de tus hermanos; a él oiréis. Conforme a todo lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, al decir: «No vuelva yo a oír la voz del Señor, mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera». Y el Señor me dijo: «Bien está eso que han dicho». Un profeta como tú les levantaré en medio de sus hermanos; pondré mis palabras en su boca y él les dirá todo lo que yo le mande. Pero a cualquiera que no oiga las palabras que él pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuenta. El profeta que tenga la presunción de pronunciar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado pronunciar, o que hable en nombre de dioses ajenos, ese profeta morirá. Tal vez digas en tu corazón: «¿Cómo conoceremos que esta no es palabra del Señor?». Si el profeta habla en nombre del Señor, y no se cumple ni acontece lo que haya dicho, esa palabra no es del Señor. Por presunción habrá hablado ese presunto profeta; no tengas temor de él.
DEUTERONOMIO 18:9-22 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando hayas entrado en el país que el Señor tu Dios te va a dar, no imites las prácticas abominables de aquellas naciones. Que no haya entre vosotros quien inmole en el fuego a su hijo o a su hija, ni quien practique la adivinación, el sortilegio, la brujería o la hechicería; que nadie haga conjuros, consulte a espíritus y espectros, o evoque a los muertos. El Señor detesta a quienes practican estas artes. Precisamente por estas costumbres abominables, el Señor tu Dios expulsa de tu presencia a esas naciones. Sé completamente fiel al Señor tu Dios; es cierto que esas naciones, cuyo territorio vas a poseer, escuchan a hechiceros y adivinos, pero a ti te ha prohibido todo eso el Señor tu Dios. El Señor tu Dios suscitará en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo; a él deberéis escuchar. Eso fue lo que le pediste al Señor tu Dios en Horeb, el día de la asamblea, cuando le dijiste: «No quiero escuchar más la voz del Señor mi Dios ni quiero volver a contemplar aquel terrible fuego, para no morir». Entonces el Señor me dijo: «Tienen razón». Por eso yo suscitaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les comunicará todo lo que yo le mande. Y todo aquel que no preste oído a las cosas que el profeta diga en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas. Pero si un profeta se atreve a decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado decir o habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá. Y si te inquieta saber cómo puedes descubrir si un mensaje no viene del Señor, ten esto en cuenta: si lo que el profeta ha dicho en nombre del Señor no sucede ni se cumple, entonces es señal de que ese mensaje no viene del Señor. Ese profeta es un presuntuoso. No tengas respeto por una persona así.
DEUTERONOMIO 18:9-22 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“Cuando hayáis entrado en el país que el Señor vuestro Dios os va a dar, no imitéis las horribles costumbres de esas naciones. Que nadie de entre vosotros ofrezca en sacrificio a su hijo haciéndole pasar por el fuego, ni practique la adivinación, ni pretenda predecir el futuro, ni se dedique a la hechicería ni a los encantamientos, ni consulte a los adivinos y a los que invocan a los espíritus, ni consulte a los muertos. Porque al Señor le repugnan quienes hacen estas cosas. Y si el Señor vuestro Dios arroja de vuestra presencia a esas naciones, es precisamente porque tienen esas horribles costumbres. Vosotros debéis ser perfectos en vuestra relación con Dios. Esas naciones, cuyo territorio vais a poseer, hacen caso a quienes pretenden predecir el futuro, y a los adivinos, pero a vosotros el Señor vuestro Dios no os permite semejantes cosas. “El Señor vuestro Dios hará que salga de entre vosotros un profeta como yo, y deberéis obedecerle. Esto es en realidad lo que pedisteis al Señor vuestro Dios en el monte Horeb, el día en que todos os reunisteis allí y dijisteis: ‘No queremos oir otra vez la voz del Señor nuestro Dios, ni ver este gran fuego, para no morir.’ Entonces el Señor me dijo: ‘Está bien lo que han dicho. Yo haré que salga de entre ellos un profeta como tú, uno que sea compatriota suyo y que les diga lo que yo le ordene decir, y les repita lo que yo le mande. A todo aquel que no haga caso de lo que ese profeta diga en mi nombre, yo le pediré cuentas. Pero el profeta que presuma de hablar en mi nombre y diga algo que yo no le haya mandado decir, o hable en nombre de otros dioses, será condenado a muerte.’ Y si pensáis: ‘¿Cómo podremos saber que lo que él ha dicho no es la palabra del Señor?’, tened esto en cuenta: Si lo que el profeta ha dicho en nombre del Señor no se cumple, es señal de que el Señor no lo dijo, sino que el profeta habló movido solo por su orgullo; por lo tanto, no le tengáis miedo.
DEUTERONOMIO 18:9-22 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»Cuando entres en la tierra que te da el SEÑOR tu Dios, no imites las costumbres abominables de esas naciones. Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos. Cualquiera que practique estas costumbres se hará abominable al SEÑOR, y por causa de ellas el SEÑOR tu Dios expulsará de tu presencia a esas naciones. A los ojos del SEÑOR tu Dios serás irreprensible. »Las naciones cuyo territorio vas a poseer consultan a hechiceros y adivinos, pero a ti el SEÑOR tu Dios no te ha permitido hacer nada de eso. El SEÑOR tu Dios levantará de entre tus hermanos un profeta como yo. A él sí lo escucharás. Eso fue lo que le pediste al SEÑOR tu Dios en Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: “No quiero seguir escuchando la voz del SEÑOR mi Dios, ni volver a contemplar este enorme fuego, no sea que muera”. »Y me dijo el SEÑOR: “Está bien lo que ellos dicen. Por eso levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande. Si alguien no presta oído a las palabras que el profeta proclame en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas. Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre y diga algo que yo no le haya mandado decir morirá. La misma suerte correrá el profeta que hable en nombre de otros dioses”. »Tal vez te preguntes: “¿Cómo podré reconocer un mensaje que no provenga del SEÑOR?” Si lo que el profeta proclame en nombre del SEÑOR no se cumple ni se realiza, será señal de que su mensaje no proviene del SEÑOR. Ese profeta habrá hablado con presunción. No le temas.