DEUTERONOMIO 31:14-30
DEUTERONOMIO 31:14-30 La Palabra (versión española) (BLP)
El Señor dijo a Moisés: —Mira, se acerca la hora de tu muerte. Llama a Josué y presentaos en la Tienda del encuentro, para que le dé mis órdenes. Moisés y Josué se presentaron, y allí se les apareció el Señor en una columna de nube que se situó a la entrada de la Tienda; y le dijo el Señor a Moisés: —Pronto irás a reunirte con tus antepasados, y este pueblo me será infiel y dará culto a los dioses de la tierra en la que vais a entrar. Me rechazará y romperá la alianza que hice con él. Ese día mi furor se encenderá contra él, lo abandonaré y no me acordaré de él; será presa fácil [para sus enemigos] y le sobrevendrán multitud de desgracias y calamidades. Aquel día se preguntará si esas desgracias le han venido porque el Señor su Dios ya no está con él. Pero cuando llegue ese momento, seguiré sin acordarme de él, pues se portó mal al irse tras otros dioses. Y ahora, escribid este cántico, enseñádselo a los israelitas y haced que lo reciten, para que sea un testimonio contra ellos. Porque cuando yo haya introducido a este pueblo en la tierra que prometí darle según juré a sus antepasados, tierra que mana leche y miel, comerá hasta saciarse y engordará; entonces se volverá hacia otros dioses para rendirles culto, rechazándome a mí y rompiendo mi alianza. Pero cuando le sobrevengan desgracias y calamidades sin número, este cántico será un testimonio que los acusará, porque sus descendientes lo recordarán y lo recitarán. Y es que conozco sus malas intenciones, aun antes de introducirle en la tierra que juré darle. Aquel mismo día Moisés escribió este cántico y se lo hizo aprender a los israelitas. Y el Señor le dio a Josué, hijo de Nun, estas órdenes: —Sé fuerte y decidido, porque tú harás entrar a los israelitas a la tierra que juré darles. Yo estaré contigo. Cuando Moisés terminó completamente de escribir en un libro todas las palabras de esta ley, ordenó esto a los levitas que transportaban el Arca de la alianza del Señor: —Tomad este libro de la ley y ponedlo junto al Arca de la alianza del Señor vuestro Dios; que quede allí como testimonio contra ti, pues sé que eres rebelde y obstinado. Si hoy, que aún estoy con vosotros, sois rebeldes al Señor, ¡cuánto más lo seréis cuando ya no esté! Reunid ante mí a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros oficiales, para que pueda comunicarles personalmente estas cosas y poner al cielo y a la tierra como testigos de su responsabilidad. Yo sé que después de mi muerte os pervertiréis y os desviaréis del camino que os he trazado; por eso al cabo del tiempo os sobrevendrán calamidades, ya que habréis hecho lo que desagrada al Señor, provocando su ira con vuestra conducta. Entonces Moisés recitó hasta el final este cántico, mientras la asamblea de Israel escuchaba.
DEUTERONOMIO 31:14-30 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El SEÑOR le dijo a Moisés: «Ya se acerca el día de tu muerte. Llama a Josué, y preséntate con él en la Tienda de reunión para que reciba mis órdenes». Fue así como Moisés y Josué se presentaron allí. Entonces el SEÑOR se apareció a la entrada de la Tienda de reunión, en una columna de nube, y le dijo a Moisés: «Tú irás a descansar con tus antepasados, y muy pronto esta gente me será infiel con los dioses extraños del territorio al que van a entrar. Me rechazarán y quebrantarán el pacto que hice con ellos. Cuando esto haya sucedido, se encenderá mi ira contra ellos y los abandonaré; ocultaré mi rostro, y serán presa fácil. Entonces les sobrevendrán muchos desastres y adversidades, y se preguntarán: “¿No es verdad que todos estos desastres nos han sobrevenido porque nuestro Dios ya no está con nosotros?” Y ese día yo ocultaré aún más mi rostro, por haber cometido la maldad de irse tras otros dioses. »Escribid, pues, este cántico, y enseñádselo al pueblo para que lo cante y sirva también de testimonio contra ellos. »Cuando yo conduzca a los israelitas a la tierra que juré darles a sus antepasados, tierra donde abundan la leche y la miel, comerán hasta saciarse y engordarán; se irán tras otros dioses y los adorarán, despreciándome y quebrantando mi pacto. Y cuando les sobrevengan muchos desastres y adversidades, este cántico servirá de testimonio contra ellos, porque sus descendientes lo recordarán y lo cantarán. Yo sé lo que mi pueblo piensa hacer, aun antes de introducirlo en el territorio que juré darle». Entonces Moisés escribió ese cántico aquel día, y se lo enseñó a los israelitas. Y el SEÑOR le dio a Josué hijo de Nun esta orden: «Esfuérzate y sé valiente, porque tú conducirás a los israelitas al territorio que juré darles, y yo mismo estaré contigo». Moisés terminó de escribir en un libro todas las palabras de esta ley. Luego dio esta orden a los levitas que transportaban el arca del pacto del SEÑOR: «Tomad este libro de la ley, y ponedlo junto al arca del pacto del SEÑOR vuestro Dios. Allí permanecerá como testigo contra vosotros los israelitas, pues sé cuán tercos y rebeldes sois. Si fuisteis rebeldes contra el SEÑOR mientras viví con vosotros, ¡cuánto más lo seréis después de mi muerte! Reunid ante mí a todos los ancianos y los líderes de vuestras tribus, para que yo pueda comunicarles estas palabras y las escuchen claramente. Pongo al cielo y a la tierra por testigos contra vosotros, porque sé que después de mi muerte os pervertiréis y os apartaréis del camino que os he mostrado. En días venideros os sobrevendrán calamidades, porque haréis lo que ofende al SEÑOR y con vuestros detestables actos provocaréis su ira». Y este fue el cántico que recitó Moisés de principio a fin, en presencia de toda la asamblea de Israel
DEUTERONOMIO 31:14-30 Reina Valera 2020 (RV2020)
Luego el Señor dijo a Moisés: —Mira, se ha acercado el día de tu muerte. Llama a Josué y esperad en el tabernáculo de reunión para que yo le dé mis órdenes. Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo de reunión, y se apareció el Señor en el tabernáculo, en la columna de nube, la cual se puso sobre la puerta del tabernáculo. Entonces el Señor dijo a Moisés: —Vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará para prostituirse tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para vivir en medio de ella. Me dejará e invalidará el pacto que he concertado con él. Pero aquel día se encenderá mi furor contra él, los abandonaré y esconderé de ellos mi rostro; serán consumidos y vendrán sobre ellos muchos males y angustias. Dirán en aquel día: «¿Acaso no me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí?». Pero de verdad, yo esconderé mi rostro en aquel día por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos. Ahora pues, escribe este cántico y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en su boca, para que este cántico me sirva de testigo contra los hijos de Israel. Porque cuando yo los introduzca en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel, comerán hasta saciarse y engordarán, se volverán a dioses ajenos y los servirán, me enojarán e invalidarán mi pacto. Y cuando les vengan muchos males y angustias, entonces este cántico servirá de testigo contra él, pues será recordado por boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes de llevarlos a la tierra que juré darles. Moisés escribió este cántico aquel día y lo enseñó a los hijos de Israel. Luego dio esta orden a Josué hijo de Nun: —¡Esfuérzate y anímate!, pues tú llevarás a los hijos de Israel a la tierra que les juré, y yo estaré contigo. Cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirlo, Moisés dio estas órdenes a los levitas que llevaban el arca del pacto del Señor: —Tomad este libro de la ley y ponedlo al lado del arca del pacto del Señor, vuestro Dios; que esté allí como testigo contra ti. Porque yo conozco tu rebeldía y tu testarudez. Si aun mientras yo vivo con vosotros hoy, sois rebeldes al Señor; ¿cuánto más después de que yo haya muerto? Congregad junto a mí a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros oficiales; yo hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré como testigos contra ellos a los cielos y a la tierra. Porque yo sé que, después de mi muerte, sin duda os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado, y que la desgracia vendrá sobre vosotros en los días venideros, por haber hecho lo malo ante los ojos del Señor, por haberlo enojado con la obra de vuestras manos. Entonces pronunció Moisés a oídos de toda la congregación de Israel, de principio a fin, las palabras de este cántico
DEUTERONOMIO 31:14-30 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Luego el Señor dijo a Moisés: “Mira, ya se va acercando la hora de tu muerte. Así pues, llama a Josué y presentaos los dos en la tienda del encuentro, para que yo le dé mis órdenes.” Moisés y Josué fueron a la tienda del encuentro, y allí se les apareció el Señor en una columna de nubes que se situó sobre la entrada de la tienda. Entonces el Señor dijo a Moisés: “Ya pronto vas a morir, y este pueblo se corromperá con los dioses del país extranjero que va a ocupar; entonces me abandonará y romperá el pacto que he hecho con él. Pero mi furor se encenderá contra ellos y los abandonaré; no me preocuparé de ellos para nada, y serán tantos los males y aflicciones que les vendrán, que dirán finalmente: ‘¿No será que estamos sufriendo estos males porque nuestro Dios ya no está con nosotros?’ Pero cuando llegue ese momento, yo me apartaré de ellos aún más, por todo el mal que habrán hecho y por haber adorado a otros dioses. “Ahora pues, escribid este cántico y enseñádselo a los israelitas, para que lo canten y me sirva de testimonio contra ellos. Porque cuando yo les haya hecho entrar en la tierra que bajo juramento prometí a sus antepasados, una tierra donde la leche y la miel corren como el agua, y cuando hayan comido hasta estar satisfechos y engordar, entonces se irán tras otros dioses y los adorarán, y a mí me despreciarán y romperán mi pacto. Pero cuando les vengan muchos males y aflicciones, entonces este cántico será un testimonio contra ellos, pues sus descendientes lo recordarán y lo cantarán; porque desde antes de hacerles entrar en el país que les he prometido, sé muy bien hacia dónde se inclinan sus pensamientos.” Aquel mismo día escribió Moisés el cántico, e hizo que los israelitas lo aprendieran. A Josué, hijo de Nun, el Señor le dio la siguiente orden: “Ten valor y firmeza, porque tú eres quien hará entrar a los israelitas en el país que les he prometido, y yo estaré a tu lado.” Cuando Moisés terminó de escribir estas leyes en un libro, dijo a los levitas encargados de llevar el arca del pacto del Señor: “Tomad este libro de la ley y ponedlo al lado del arca del pacto del Señor vuestro Dios, para que esté allí como testimonio contra vosotros. Porque yo sé que sois un pueblo rebelde y testarudo; y si hoy, que todavía vivo entre vosotros, os habéis rebelado contra el Señor, ¿qué será después de mi muerte? Traed acá a todos los ancianos y jefes de vuestras tribus, para que yo les hable de estas cosas y ponga al cielo y a la tierra como testigos contra ellos. Porque yo sé que después de mi muerte os vais a corromper y vais a dejar el camino que os he ordenado seguir; y sé también que en el futuro os sobrevendrá la desgracia, por hacer lo malo a los ojos del Señor y provocar con ello su enojo.” Entonces Moisés pronunció este cántico, de principio a fin, ante todos los israelitas reunidos