ECLESIASTÉS 11:7-10
ECLESIASTÉS 11:7-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Suave ciertamente es la luz y agradable a los ojos ver el sol; pero aunque una persona viva muchos años, y en todo ese tiempo viva feliz, debe recordar que los días de las tinieblas serán muchos, y que todo cuanto viene es vanidad. Alégrate, joven, en tu juventud, y deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Déjate llevar por donde tu corazón y tus ojos quieran llevarte, pero recuerda que de todo esto Dios te pedirá cuentas. Quita, pues, de tu corazón el enojo y aparta de tu carne el mal, porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
ECLESIASTÉS 11:7-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Dulce es la luz y un placer para los ojos ver el sol. Por muchos años que viva el ser humano, que los disfrute todos, y tenga en cuenta que los días oscuros aún han de ser muchos: todo lo que se avecina es ilusión. Disfruta, joven, en tu adolescencia y sé feliz en tus días de juventud; sigue los sentimientos de tu corazón y lo que es atractivo a tus ojos; pero debes saber que por todo esto Dios te pedirá cuentas. Aleja las penas de tu corazón y aparta el sufrimiento de tu cuerpo, porque efímera es la juventud.
ECLESIASTÉS 11:7-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Muy agradable es la luz, y es bueno que los ojos vean el sol; pero aunque uno viva muchos años y disfrute de todos ellos, debe recordar que los días de oscuridad serán muchos y que todo lo que está por venir es vana ilusión. Diviértete, joven, ahora que estás lleno de vida; disfruta de lo bueno ahora que puedes. Déjate llevar por los impulsos de tu corazón y por todo lo que ves, pero recuerda que de todo ello Dios te pedirá cuentas. Aleja de tu mente las preocupaciones y echa fuera de ti el sufrimiento, porque aun los mejores días de la juventud son vana ilusión.
ECLESIASTÉS 11:7-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Grata es la luz, y qué bueno que los ojos disfruten del sol. Mas si el hombre vive muchos años, y todos ellos los disfruta, debe recordar que los días tenebrosos serán muchos y que lo venidero será un absurdo. Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero ten en cuenta que Dios te juzgará por todo esto. Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo.