ECLESIASTÉS 2:10-11
ECLESIASTÉS 2:10-11 La Palabra (versión española) (BLP)
No negué a mis ojos nada de cuanto deseaban, ni me privé de alegría alguna, pues disfrutaba de todos mis afanes, y esa era la recompensa de todas mis fatigas. Entonces reflexioné sobre todas mis obras y sobre la fatiga que me habían costado, y concluí que todo era ilusión y vano afán, pues no se saca ninguna ganancia bajo el sol.
ECLESIASTÉS 2:10-11 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Nunca me negué ningún deseo; jamás me negué ninguna diversión. Gocé de corazón con todos mis trabajos, y ese gozo fue mi recompensa. Me puse luego a considerar mis propias obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y me di cuenta de que todo era vana ilusión, un querer atrapar el viento, y de que no hay nada de provecho en este mundo.
ECLESIASTÉS 2:10-11 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
No les negué a mis ojos ningún deseo, ni privé a mi corazón de placer alguno. Mi corazón disfrutó de todos mis afanes. ¡Solo eso saqué de tanto afanarme! Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida.
ECLESIASTÉS 2:10-11 Reina Valera 2020 (RV2020)
No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni privé a mi corazón de placer alguno, porque mi corazón se gozaba de todo lo que hacía. Esta fue la recompensa de todas mis fatigas. Miré luego todas las obras de mis manos y el trabajo que me había tomado para hacerlas; y todo era vanidad y aflicción de espíritu, sin provecho bajo el sol.