ESTER 3:1-6
ESTER 3:1-6 Reina Valera 2020 (RV2020)
Después de estas cosas, el rey Asuero engrandeció a Amán hijo de Hamedata, el agagueo. Lo honró y puso su silla por encima de las de todos los príncipes que estaban con él. Todos los siervos del rey que estaban a la puerta real se arrodillaban y se inclinaban ante Amán, porque así lo había mandado el rey; pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba. Entonces los siervos del rey, que estaban a la puerta real, preguntaron a Mardoqueo: —¿Por qué desobedeces el mandamiento del rey? Así le hablaban cada día, pero él no los escuchaba, debido a lo cual lo denunciaron a Amán, para ver si Mardoqueo se mantendría firme en su dicho, pues él ya les había manifestado que era judío. Cuando Amán vio que Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba delante de él, se llenó de ira. Pero no contento con castigarlo solamente, y como ya le habían informado cuál era el pueblo de Mardoqueo, procuró Amán destruir a todo el pueblo de Mardoqueo, es decir a todos los judíos que había en el reino de Asuero.
ESTER 3:1-6 La Palabra (versión española) (BLP)
Algún tiempo después, el rey Asuero elevó a un alto cargo a Amán, hijo de Hamdatá, de la región de Agag, dándole preeminencia sobre el resto de los oficiales como él. A su paso, todos los servidores del palacio se arrodillaban e inclinaban la cabeza ante él, porque así lo había ordenado el rey. Pero Mardoqueo no se arrodillaba ni inclinaba la cabeza a su paso. Entonces los guardias reales que custodiaban la puerta del palacio le preguntaron a Mardoqueo: —Y tú, ¿por qué desobedeces el mandato real? Y como todos los días le preguntaban lo mismo, y él no les hacía caso, lo denunciaron a Amán, para ver si valían sus excusas, pues les había declarado que era judío. Al comprobar Amán que Mardoqueo no se arrodillaba ni inclinaba la cabeza a su paso, montó en cólera. Y al saber que Mardoqueo era judío, decidió no solo castigarlo a él, sino exterminar con él a todos los de su raza, a todos los judíos que vivían en el reino de Asuero.
ESTER 3:1-6 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Algún tiempo después, el rey Asuero elevó a Amán, hijo de Hamedata, descendiente de Agag, al cargo de jefe de gobierno de la nación. Todos los que servían al rey en su palacio, se ponían de rodillas e inclinaban la cabeza cuando pasaba Amán o cuando estaban delante de él, porque así lo había mandado el rey; pero Mardoqueo no quiso obedecer aquella orden. Entonces los funcionarios del rey preguntaron a Mardoqueo por qué no cumplía la orden dada por el rey. Todos los días le preguntaban lo mismo, pero él no les hacía caso. Entonces fueron a contárselo a Amán, para ver si Mardoqueo sostendría sus palabras, pues ya les había dicho que era judío. Cuando Amán comprobó que Mardoqueo no se arrodillaba ni inclinaba la cabeza a su paso, se llenó de ira; y como ya le habían dicho de qué raza era Mardoqueo, pareciéndole que no bastaría con castigarlo solo a él, se puso a pensar en cómo acabar con todos los judíos que vivían en el reino de Asuero.
ESTER 3:1-6 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de estos acontecimientos, el rey Asuero honró a Amán hijo de Hamedata, el descendiente de Agag, ascendiéndolo a un puesto más alto que el de todos los demás funcionarios que estaban con él. Todos los servidores de palacio asignados a la puerta del rey se arrodillaban ante Amán, y le rendían homenaje, porque así lo había ordenado el rey. Pero Mardoqueo no se arrodillaba ante él ni le rendía homenaje. Entonces los servidores de palacio asignados a la puerta del rey le preguntaron a Mardoqueo: «¿Por qué desobedeces la orden del rey?» Día tras día se lo repetían; pero él no les hacía caso. Por eso lo denunciaron a Amán para ver si seguía tolerándose la conducta de Mardoqueo, ya que este les había confiado que era judío. Cuando Amán se dio cuenta de que Mardoqueo no se arrodillaba ante él ni le rendía homenaje, se enfureció. Y, cuando le informaron a qué pueblo pertenecía Mardoqueo, desechó la idea de matarlo solo a él y buscó la manera de exterminar a todo el pueblo de Mardoqueo, es decir, a los judíos que vivían por todo el reino de Asuero.