ÉXODO 2:11-22
ÉXODO 2:11-22 Reina Valera 2020 (RV2020)
Moisés creció, y un día salió a ver a sus hermanos. Los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de sus hermanos hebreos. Entonces miró a todas partes, y al ver que no había nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió, vio a dos hebreos que reñían, y preguntó al que maltrataba al otro: —¿Por qué golpeas a tu prójimo? Él respondió: —¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y pensó: «No cabe duda de que esto ha sido descubierto». Cuando Faraón se enteró de este hecho, buscó a Moisés para matarlo; pero Moisés huyó de la presencia de Faraón y habitó en la tierra de Madián. Allí se sentó junto a un pozo. El sacerdote de Madián tenía siete hijas, que fueron a sacar agua para llenar los abrevaderos y dar de beber a las ovejas de su padre. Pero llegaron unos pastores y las echaron de allí; entonces Moisés se levantó, las defendió y dio de beber a sus ovejas. Cuando ellas volvieron a donde estaba Reuel, su padre, este les preguntó: —¿Por qué habéis venido hoy tan pronto? —Un egipcio nos defendió de los pastores, y además nos ha sacado el agua y ha dado de beber a las ovejas —respondieron ellas. Preguntó entonces Reuel a sus hijas: —¿Dónde está? ¿Por qué habéis dejado marchar a ese hombre? Llamadlo para que coma. Y Moisés aceptó vivir en casa de aquel hombre; y este le dio a su hija Séfora por mujer. Ella le dio a luz un hijo, y él le puso por nombre Gersón, pues dijo: «Forastero soy en tierra ajena».
ÉXODO 2:11-22 La Palabra (versión española) (BLP)
Hecho ya un hombre, Moisés salió un día a visitar a sus hermanos y vio sus penalidades. También fue testigo de cómo un egipcio maltrataba a un hebreo, hermano suyo de raza. Miró a uno y otro lado y, viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente volvió a salir y vio a dos hebreos que se estaban peleando. Le dijo al agresor: —¿Por qué golpeas a tu compañero? Y este le respondió: —¿Quién te ha nombrado jefe y juez entre nosotros? ¿Acaso pretendes matarme, como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, pues pensó: «Sin duda el asunto se ha hecho público». Y, en efecto, el faraón se enteró de lo que había ocurrido y ordenó que lo buscaran y lo ajusticiasen. Pero Moisés, huyendo de él, se refugió en la región de Madián, y allí se sentó junto a un pozo. El sacerdote de Madián tenía siete hijas. Vinieron estas a sacar agua y, mientras estaban llenando el abrevadero para dar de beber al rebaño de su padre, llegaron unos pastores y las echaron de allí. Entonces Moisés salió en su defensa y abrevó el rebaño. Cuando regresaron a casa de su padre Reuel, este les preguntó: —¿Cómo es que hoy habéis regresado tan pronto? A lo cual respondieron: —Un egipcio nos libró de los pastores, sacó agua y abrevó el rebaño. Reuel continuó preguntando: —¿Y dónde está ese hombre? ¿Cómo habéis dejado que se marche? Salid e invitadlo a que se hospede aquí. Moisés se quedó a vivir en casa de Reuel, el cual le dio a su hija Séfora por esposa. Ella dio a luz un niño y Moisés lo llamó Guersón, porque dijo: «Soy un extranjero en una tierra extraña».
ÉXODO 2:11-22 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Un día, cuando ya Moisés era mayor de edad, fue a ver a sus hermanos de sangre y pudo observar sus penurias. De pronto, vio que un egipcio golpeaba a uno de sus hermanos, es decir, a un hebreo. Miró entonces a uno y otro lado y, al no ver a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente volvió a salir y, al ver que dos hebreos peleaban entre sí, le preguntó al culpable: ―¿Por qué golpeas a tu compañero? ―¿Y quién te nombró a ti gobernante y juez sobre nosotros? —respondió aquel—. ¿Acaso piensas matarme a mí, como mataste al egipcio? Esto le causó temor a Moisés, pues pensó: «¡Ya se supo lo que hice!» Y, en efecto, el faraón se enteró de lo sucedido y trató de matar a Moisés; pero Moisés huyó del faraón y se fue a la tierra de Madián, donde se asentó junto a un pozo. El sacerdote de Madián tenía siete hijas, las cuales solían ir a sacar agua para llenar los abrevaderos y dar de beber a las ovejas de su padre. Pero los pastores llegaban y las echaban de allí. Un día, Moisés intervino en favor de ellas: las puso a salvo de los pastores y dio de beber a sus ovejas. Cuando las muchachas volvieron a la casa de Reuel, su padre, este les preguntó: ―¿Por qué volvisteis hoy tan temprano? ―Porque un egipcio nos libró de los pastores —le respondieron—. ¡Hasta nos sacó el agua del pozo y dio de beber al rebaño! ―¿Y dónde está ese hombre? —les contestó—. ¿Por qué lo dejasteis solo? ¡Invitadlo a comer! Moisés convino en quedarse a vivir en casa de aquel hombre, quien le dio por esposa a su hija Séfora. Ella tuvo un hijo, y Moisés le puso por nombre Guersón, pues razonó: «Soy un extranjero en tierra extraña».
ÉXODO 2:11-22 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Moisés, siendo ya adulto, salió un día a visitar a sus hermanos de raza, y se dio cuenta de que sus trabajos eran muy duros. Y vio que un egipcio estaba golpeando a uno de sus hermanos hebreos. Entonces miró bien por todas partes y, no viendo a nadie por allí, mató al egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente volvió a salir, y vio que dos hebreos se estaban peleando. Entonces preguntó al que maltrataba al otro: –¿Por qué golpeas a uno de tu propia raza? Aquel hebreo le contestó: –¿Y quién te ha puesto a ti por jefe y juez entre nosotros? ¿Acaso piensas matarme, como mataste al egipcio? Al oir esto, Moisés tuvo miedo, pues se dio cuenta de que ya se había descubierto la muerte del egipcio. Y en efecto, en cuanto el faraón supo que Moisés había dado muerte a un egipcio, lo mandó buscar para matarlo; pero Moisés huyó y se fue a vivir a la región de Madián. Allí se sentó cerca de un pozo. Reuel, sacerdote de Madián, tenía siete hijas. Aquel día, ellas habían ido al pozo a sacar agua para llenar los bebederos y dar de beber a las ovejas de su padre, pero unos pastores vinieron y las echaron de allí. Entonces Moisés se levantó a defenderlas, y dio de beber a las ovejas. Cuando ellas volvieron a donde estaba su padre, este les preguntó: –¿Cómo es que hoy habéis regresado tan pronto? Ellas le contestaron: –Un egipcio nos defendió de los pastores, y luego sacó el agua por nosotras y dio de beber a las ovejas. Entonces Reuel les dijo: –¿Y dónde está ese hombre? ¿Por qué le dejasteis solo? ¡Id a llamarle, para que venga a comer! Y así Moisés aceptó quedarse a vivir en la casa de Reuel. Después Reuel le dio a su hija Séfora por esposa, y ella tuvo un hijo al que Moisés llamó Guersón, porque dijo: “Soy un extranjero en tierra extraña.”