ÉXODO 2:5-8
ÉXODO 2:5-8 La Palabra (versión española) (BLP)
En esto, la hija del faraón bajó a bañarse al río, y mientras sus doncellas la seguían por la orilla, vio la canastilla entre los juncos y ordenó a su sierva que se la trajera. Al abrirla, encontró un niño que estaba llorando. Y con lástima exclamó: —¡Sin duda es un niño hebreo! Entonces, la hermana del niño dijo a la hija del faraón: —¿Quieres que vaya a buscarte una nodriza hebrea para que amamante al niño? La hija del faraón le respondió: —Hazlo. La muchacha fue a buscar a la madre del niño
ÉXODO 2:5-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
La hija de Faraón descendió a lavarse al río y, mientras sus doncellas se paseaban por la ribera del río, vio ella la canasta entre los juncos y envió una criada suya para que la recogiera. Cuando la abrió, vio al niño, que estaba llorando. Llena de compasión por él, exclamó: —¡Este es un niño de los hebreos! Entonces, la hermana del niño dijo a la hija de Faraón: —¿Quieres que llame a una nodriza de las hebreas para que te críe a este niño? —Ve —respondió la hija de Faraón. La joven fue y llamó a la madre del niño
ÉXODO 2:5-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Más tarde, la hija del faraón bajó a bañarse al río y, mientras sus sirvientas paseaban por la orilla, vio el canastillo entre los juncos. Entonces mandó a una de sus esclavas que se lo trajera. Al abrir el canastillo y ver que dentro había un niño llorando, la hija del faraón sintió compasión de él y dijo: –Este es un niño hebreo. Entonces la hermana del niño propuso a la hija del faraón: –¿Te parece bien que llame a una nodriza hebrea, para que le dé el pecho a este niño? –Ve por ella –contestó la hija del faraón. Entonces la muchacha fue a buscar a la madre del niño
ÉXODO 2:5-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En eso, la hija del faraón bajó a bañarse en el Nilo. Sus doncellas, mientras tanto, se paseaban por la orilla del río. De pronto la hija del faraón vio la cesta entre los juncos, y ordenó a una de sus esclavas que fuera por ella. Cuando la hija del faraón abrió la cesta y vio allí dentro un niño que lloraba, tuvo compasión de él y exclamó: ―¡Es un niño hebreo! La hermana del niño preguntó entonces a la hija del faraón: ―¿Quiere usted que vaya y llame a una nodriza hebrea, para que críe al niño por usted? ―Ve a llamarla —contestó. La muchacha fue y trajo a la madre del niño