ÉXODO 3:2-5
ÉXODO 3:2-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Allí se le apareció el ángel del Señor como una llama de fuego, en medio de una zarza. Se fijó y quedó sorprendido al ver que la zarza ardía, pero no se consumía. Entonces Moisés se dijo: —Voy a acercarme para observar este extraño fenómeno, y ver por qué no se consume la zarza. Al ver el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: —¡Moisés! ¡Moisés! —Aquí estoy —respondió Moisés. Dios le dijo: —No te acerques; quítate las sandalias, porque estás pisando un lugar sagrado.
ÉXODO 3:2-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Estando allí, el ángel del SEÑOR se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía, así que pensó: «¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza». Cuando el SEÑOR vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: ―¡Moisés, Moisés! ―Aquí me tienes —respondió. ―No te acerques más —le dijo Dios—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa.
ÉXODO 3:2-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Allí se le apareció el ángel del Señor como una llama de fuego, en medio de una zarza. Al fijarse, vio que la zarza ardía, pero no se consumía. Entonces Moisés se dijo: —Iré a ver qué es este extraño fenómeno, por qué causa la zarza no se quema. Cuando el Señor vio que él se acercaba, le llamó desde la zarza: —¡Moisés, Moisés! —Aquí estoy —respondió él. Dios le dijo: —No te acerques; quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
ÉXODO 3:2-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Allí el ángel del Señor se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Moisés miró atentamente y se dio cuenta de que la zarza ardía en el fuego, pero no se consumía. Entonces pensó: “¡Qué cosa tan extraña! Voy a ver por qué no se consume la zarza.” Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, le llamó desde la zarza: –¡Moisés! ¡Moisés! –Aquí estoy –contestó Moisés. Entonces Dios le dijo: –No te acerques. Y descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado.