EZEQUIEL 3:24-27
EZEQUIEL 3:24-27 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces entró el espíritu en mí y me puse de pie, y me dijo: —Entra y enciérrate dentro de tu casa. En cuanto a ti, hijo de hombre, debes saber que pondrán cuerdas sobre ti, y con ellas te atarán y no podrás salir para estar entre ellos. Haré que se te pegue la lengua al paladar, y estarás mudo, y no serás para ellos un hombre que reprende, porque son una nación de rebeldes. Pero cuando yo te haya hablado, abriré tu boca y les dirás: «Así ha dicho el Señor»: El que escucha, que escuche; y el que no quiera escuchar, que no escuche, porque son una nación de rebeldes.
EZEQUIEL 3:24-27 La Palabra (versión española) (BLP)
El espíritu penetró en mí y me puso de pie; a continuación me habló así: —Vete y enciérrate en tu casa. Ten en cuenta que usarán cuerdas para atarte, y que no podrás soltarte. Voy a pegarte la lengua al paladar, y quedarás mudo; así no podrás recriminarles nada (ya sabes que son gente rebelde). Cuando yo te hable, abriré tu boca para que les anuncies: «Esto dice el Señor Dios»; el que quiera escuchar, que escuche; y el que no quiera, que no escuche. Ya te he dicho que son gente rebelde.
EZEQUIEL 3:24-27 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
pero el poder de Dios entró en mí y me hizo poner de pie. Entonces el Señor me habló de esta manera: “Ve y enciérrate en tu casa. Mira, te van a atar con cuerdas, de manera que no podrás salir y estar con el pueblo. Además yo haré que la lengua se te quede pegada al paladar, y que te quedes mudo. No podrás reprenderlos, aunque son un pueblo rebelde. Pero cuando yo quiera decirte algo, te devolveré el habla y entonces les dirás: ‘Esto dice el Señor.’ El que quiera oir, oirá, pero el que no quiera, no oirá. Porque son un pueblo rebelde.
EZEQUIEL 3:24-27 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces el Espíritu de Dios entró en mí, hizo que me pusiera de pie y me dijo: «Ve y enciérrate en tu casa. A ti, hijo de hombre, te atarán con sogas para que no puedas salir ni andar entre el pueblo. Yo haré que se te pegue la lengua al paladar, y así te quedarás mudo y no podrás reprenderlos, por más que sean un pueblo rebelde. Pero, cuando yo te hable, te soltaré la lengua y les advertirás: “Así dice el SEÑOR omnipotente”. El que quiera oír, que oiga; y el que no quiera, que no oiga, porque son un pueblo rebelde.