Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

EZEQUIEL 36:16-38

EZEQUIEL 36:16-38 La Palabra (versión española) (BLP)

El Señor me dirigió la palabra: —Hijo de hombre, los israelitas contaminaron su tierra con su conducta y sus acciones; su conducta me resultaba impura como una menstruación femenina. Entonces derramé sobre ellos mi cólera, a causa de la sangre que derramaron sobre el país, al que contaminaron con sus acciones. Los dispersé por las naciones y los aventé por otras tierras: los juzgué como merecía su conducta y sus acciones. Cuando llegaron a esas naciones profanaron mi santo nombre hasta el punto de que se decía de ellos: «Son el pueblo del Señor y han tenido que salir de su tierra». Así que tuve que defender mi santo nombre, profanado por Israel en todas las naciones por donde había ido. Por eso, di a los israelitas: Esto dice el Señor Dios: No hago esto por consideración a vosotros, pueblo de Israel, sino por mi santo nombre, que habéis profanado en las naciones por donde habéis ido. Santificaré mi nombre glorioso, profanado por vosotros entre las naciones, y reconocerán las naciones que yo soy el Señor —oráculo del Señor Dios— cuando vean que me sirvo de vosotros para manifestar mi santidad. Os tomaré de entre las naciones, os reuniré de entre todos los países y os traeré a vuestra tierra. Os rociaré con agua pura y os purificaré de todas vuestras impurezas; pienso purificaros de todos vuestros ídolos. Os daré un corazón nuevo y derramaré un espíritu nuevo en medio de vosotros; os arrancaré del cuerpo el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Derramaré mi espíritu en medio de vosotros y haré que os portéis conforme a mis normas: respetaréis y cumpliréis mis leyes. Habitaréis en el país que di a vuestros antepasados; seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Os pondré a salvo de todas vuestras inmundicias; haré que el grano abunde y se multiplique, y no dejaré que paséis hambre. Multiplicaré los frutos de los árboles y la cosecha del campo, para que no tengáis que soportar de nuevo entre las naciones el oprobio que supone pasar hambre. Entonces os acordaréis de vuestra conducta indigna y de vuestras malas acciones, y sentiréis asco de vosotros mismos, de vuestros pecados y de vuestras abominaciones. Que quede claro que no haré eso por consideración a vosotros —oráculo del Señor Dios—; avergonzaos y abochornaos de vuestra conducta, pueblo de Israel. Esto dice el Señor Dios: El día en que os purifique de todos vuestros pecados, repoblaré las ciudades y serán reconstruidas las ruinas; la tierra devastada será cultivada, dejará de ser aquella desolación que contemplaban todos cuantos pasaban. Y la gente dirá: Aquella tierra devastada se ha convertido en un jardín de Edén, y las ciudades arruinadas, devastadas y demolidas se han transformado en fortalezas habitadas. Y las naciones que han sobrevivido en torno a vosotros reconocerán que yo, el Señor, he reconstruido lo demolido y he replantado lo devastado. Yo, el Señor, lo digo y lo hago. Esto dice el Señor Dios: Todavía dejaré que me busquen los israelitas, de modo que yo los multiplique como si fueran un rebaño humano, un rebaño de reses consagradas, como el rebaño que se concentra en Jerusalén con ocasión de las grandes festividades. De manera parecida, las ciudades arruinadas se llenarán de un rebaño humano. Y reconocerán que yo soy el Señor.

EZEQUIEL 36:16-38 Reina Valera 2020 (RV2020)

Vino a mí palabra del Señor: —Hijo de hombre, mientras la casa de Israel habitaba en su tierra, la contaminó con su mala conducta y con sus obras. A mis ojos, su manera de actuar fue tan repugnante como si estuvieran menstruando. Y derramé mi ira sobre ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra, porque con sus ídolos la contaminaron. Los esparcí por las naciones y fueron dispersados por los países; conforme a su conducta y conforme a sus obras los juzgué. Y cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, de modo que se dijo de ellos: «Son pueblo del Señor y han tenido que salir de su tierra». Pero he sentido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones adonde fueron. Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho el Señor: No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. Santificaré mi gran nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas. Y sabrán las naciones que yo soy el Señor, dice el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. Y yo os tomaré de las naciones, os recogeré de todos los países y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Yo os guardaré de todas vuestras impurezas. Llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no os expondré más al hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones. Os acordaréis de vuestra mala conducta y de vuestras obras que no fueron buenas, y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. No lo hago por vosotros, dice el Señor, sabedlo bien. ¡Avergonzaos y cubríos de deshonra por vuestras iniquidades, casa de Israel! Así ha dicho el Señor: El día que os purifique de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas. La tierra asolada será labrada, después de haber permanecido asolada ante los ojos de todos los que pasaban. Y dirán: «Esta tierra desolada se ha convertido en un huerto de Edén, y estas ciudades arruinadas, desoladas y destruidas, están fortificadas y habitadas». Y las naciones que queden en vuestros alrededores sabrán que yo reedifiqué lo que estaba derribado y planté lo que estaba desolado; yo, el Señor, he hablado, y lo haré. Así ha dicho el Señor: Aún me suplicará la casa de Israel, para que les haga esto: multiplicaré el número de sus habitantes como se multiplican los rebaños. Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus fiestas solemnes, así las ciudades arruinadas serán llenas de rebaños de seres humanos. Y sabrán que yo soy el Señor.

EZEQUIEL 36:16-38 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

El Señor se dirigió a mí y me dijo: “Cuando los israelitas vivían en su tierra, la profanaron con sus malas acciones. Su manera de vivir era para mí algo sucio y repugnante. Entonces descargué mi ira sobre ellos por los asesinatos que cometieron en el país y por la manera en que lo profanaron adorando a los ídolos, y en castigo de sus malas acciones los dispersé entre los demás países y naciones. Pero en todos los pueblos a donde llegaban ofendían mi santo nombre, pues la gente decía: ‘Estos son el pueblo del Señor, pero tuvieron que salir de su país.’ Entonces me dolió el ver que, por culpa de Israel, mi santo nombre era profanado en cada nación a donde llegaban. “Por eso, dile al pueblo de Israel: ‘Esto dice el Señor: Lo que voy a realizar no es por causa vuestra, israelitas, sino por mi santo nombre, que vosotros habéis ofendido entre las naciones a donde habéis ido. Yo mostraré ante las naciones la santidad de mi gran nombre, que habéis ofendido entre ellas; y cuando lo haga, reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor, lo afirmo. Yo os sacaré de todas esas naciones y países; os reuniré y os haré volver a vuestra tierra. Os lavaré con agua pura, os limpiaré de todas vuestras impurezas, os purificaré del contacto con vuestros ídolos y pondré en vosotros un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de vosotros ese corazón duro como la piedra y os pondré un corazón dócil. Pondré en vosotros mi espíritu y haré que cumpláis mis leyes y decretos; viviréis en el país que di a vuestros padres, y seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Os libraré de todo lo que os manche. Haré que el trigo abunde y no volveré a enviaros hambre. Haré también que los árboles y los campos den más fruto, para que no volváis a pasar vergüenza delante de las otras naciones por causa del hambre. Y cuando os acordéis de vuestra mala conducta y vuestras malas acciones, sentiréis vergüenza de vosotros mismos por vuestros pecados y malas acciones. Yo, el Señor, lo afirmo: Sabed, israelitas, que no hago esto porque vosotros os lo merezcáis; ¡sentid vergüenza y confusión por vuestra conducta! ‘Yo, el Señor, digo: Cuando os purifique de todos vuestros pecados, haré que viváis en vuestras ciudades y que reconstruyáis las ruinas. La tierra que había quedado desierta, en vez de seguir desierta será cultivada a la vista de todos los que pasan. Y se dirá: Esta tierra, que había quedado desierta, ahora se parece al jardín de Edén; las ciudades que habían sido destruidas, arrasadas y convertidas en ruinas, ahora son fortalezas y están habitadas. Entonces los pueblos vecinos que queden con vida reconocerán que yo, el Señor, reconstruyo lo destruido y vuelvo a sembrar lo arrasado. Yo, el Señor, lo he dicho y lo realizaré. ‘Yo, el Señor, digo: Aún haré algo más. Concederé al pueblo de Israel lo que me pida que haga por ellos; multiplicaré su gente como un rebaño. Las ciudades en ruinas se llenarán de tanta gente, que se parecerán a las ovejas que en las fiestas se llevan a Jerusalén para ofrecerlas en sacrificio. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.’ ”

EZEQUIEL 36:16-38 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

El SEÑOR me habló otra vez diciendo: «Hijo de hombre, cuando los israelitas habitaban en su propia tierra, ellos mismos la contaminaron con su conducta y sus acciones. Su conducta ante mí era semejante a la impureza de una mujer en sus días de menstruación. Por eso, por haber derramado tanta sangre sobre la tierra y por haberla contaminado con sus ídolos, desaté mi furor contra ellos. Los dispersé entre las naciones, y quedaron esparcidos entre diversos pueblos. Los juzgué según su conducta y sus acciones. Pero, al llegar a las distintas naciones, ellos profanaban mi santo nombre, pues se decía de ellos: “Son el pueblo del SEÑOR, pero han tenido que abandonar su tierra”. Así que tuve que defender mi santo nombre, el cual los israelitas profanaban entre las naciones por donde iban. »Por eso, adviértele al pueblo de Israel que así dice el SEÑOR omnipotente: “Voy a actuar, pero no por vosotros, sino por causa de mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones por donde habéis ido. Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que habéis profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre vosotros, las naciones sabrán que yo soy el SEÑOR. Lo afirma el SEÑOR omnipotente. Os sacaré de entre las naciones, os reuniré de entre todos los pueblos, y os haré regresar a vuestra propia tierra. Os rociaré con agua pura, y quedaréis purificados. Os limpiaré de todas vuestras impurezas e idolatrías. Os daré un nuevo corazón, y os infundiré un espíritu nuevo; os quitaré ese corazón de piedra que ahora tenéis, y os pondré un corazón de carne. Infundiré mi Espíritu en vosotros, y haré que sigáis mis preceptos y obedezcáis mis leyes. Viviréis en la tierra que les di a vuestros antepasados, y vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Os libraré de todas vuestras impurezas. Haré que tengáis trigo en abundancia, y no permitiré que sufráis hambre. Multiplicaré el fruto de los árboles y las cosechas del campo para que no sufráis más entre las naciones el oprobio de pasar hambre. Así os acordaréis de vuestra mala conducta y de vuestras acciones perversas, y sentiréis vergüenza por vuestras propias iniquidades y prácticas detestables. Y quiero que sepáis que esto no lo hago por consideración a vosotros. Lo afirma el SEÑOR. ¡Oh pueblo de Israel, sentid vergüenza y confusión por vuestra conducta! »”Así dice el SEÑOR omnipotente: El día que yo os purifique de todas vuestras iniquidades, poblaré las ciudades y reconstruiré las ruinas. Se cultivará la tierra desolada, y ya no estará desierta a la vista de cuantos pasan por ella. Entonces se dirá: ‘Esta tierra, que antes yacía desolada, es ahora un jardín de Edén; las ciudades que antes estaban en ruinas, desoladas y destruidas, están ahora habitadas y fortificadas’. Entonces las naciones que quedaron a vuestro alrededor sabrán que yo, el SEÑOR, reconstruí lo que estaba derribado y replanté lo que había quedado como desierto. Yo, el SEÑOR, lo he dicho, y lo cumpliré”. »Así dice el SEÑOR omnipotente: Todavía he de concederle al pueblo de Israel que me suplique aumentar el número de sus hombres, hasta que sean como un rebaño. Entonces las ciudades desoladas se llenarán de mucha gente. Serán como las ovejas que, durante las fiestas solemnes, se llevan a Jerusalén para los sacrificios. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR».