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ESDRAS 2:40-70

ESDRAS 2:40-70 La Palabra (versión española) (BLP)

En cuanto a los levitas, setenta y cuatro eran descendientes de Josué y de Cadmiel, descendientes a su vez de Jodavías. Entre los cantores, ciento veintiocho que eran descendientes de Asaf; y entre los porteros, ciento treinta y nueve que eran descendientes de Salún, Ater, Talmón, Acub, Jatitá y Sobay. Entre los donados estaban los descendientes de Sijá, Jasufá, Tabaot, Querós, Sía, Padón, Lebaná, Jagabá, Acub, Jagab, Salmay, Janán, Guidel, Gájar, Reaías, Resín, Necodá, Gazán, Uzá, Paséaj, Besay, Asná, Meunín, Nefusín, Bacbuc, Jacufá, Jarjur, Baslut, Mejidá, Jarsá, Barcós, Siserá, Temá, Nezía y Jatifá. Entre los descendientes de los siervos de Salomón estaban los descendientes de Sotay, Soféret, Perudá, Jaalá, Darcón, Guidel, Sefatías, Hatil, Poquéret-Hasebáin y Amí. Los donados y los siervos de Salomón sumaban en total trescientos noventa y dos. Y de los que regresaron de Tel-Mélaj, Tel-Jarsá, Querub, Adán e Imer y no pudieron probar que su familia y su linaje procedían de Israel, estaban seiscientos cincuenta y dos descendientes de Delaiá, Tobías y Necodá. A estos descendientes de los sacerdotes hay que sumar los descendientes de Jobaías, Cos y Barzilay; este último se había casado con una hija del galaadita Barzilay de quien recibió el nombre. Todos estos buscaron su respectivo registro genealógico, pero no lo encontraron; así que se los excluyó del sacerdocio. El gobernador les prohibió comer de las cosas sagradas hasta que se presentase un sacerdote para [consultar] el Urín y el Tumín. Toda la comunidad, en conjunto, constaba de cuarenta y dos mil trescientas sesenta y seis personas, aparte de los siete mil trescientos treinta y siete siervos y siervas. Asimismo había doscientos cantores y cantoras. Poseía, además, setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas, cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos. Algunos de los cabezas de familia, al llegar al Templo del Señor en Jerusalén, entregaron espontáneamente donativos para que el Templo de Dios fuera reconstruido en su lugar. Conforme a sus posibilidades dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil minas de plata y cien túnicas sacerdotales. Los sacerdotes, los levitas y una parte del pueblo se establecieron en Jerusalén, los cantores, los porteros y los donados en las ciudades que les correspondía; el resto de Israel habitó en sus respectivas ciudades.

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ESDRAS 2:40-70 Reina Valera 2020 (RV2020)

Levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro. Cantores: los hijos de Asaf, ciento veintiocho. Porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; en total, ciento treinta y nueve. Sirvientes del templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot, los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón, los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub, los hijos de Hagab, los hijos de Salmai, los hijos de Hanán, los hijos de Gidel, los hijos de Gahar, los hijos de Reaía, los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam, los hijos de Uza, los hijos de Paseah, los hijos de Besai, los hijos de Asena, los hijos de Meunim, los hijos de Nefusim, los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur, los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa, los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema, los hijos de Nezía, los hijos de Hatifa. Hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Peruda, los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel, los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Ami. Total de los sirvientes del templo y de los hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos. Estos fueron los que volvieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer, que no pudieron demostrar si la casa de sus padres y su linaje eran de Israel: los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos. Y entre los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, el cual tomó por mujer a una de las hijas de Barzilai, el galaadita, de quien adoptó el nombre. Estos buscaron su registro genealógico, pero como no lo hallaron, fueron excluidos del sacerdocio. A estos el gobernador les dijo que no comieran de las cosas más santas, hasta que hubiera sacerdote que consultara con Urim y Tumim. Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, sin contar sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete. Había también doscientos cantores y cantoras. Tenían setecientos treinta y seis caballos, y doscientas cuarenta y cinco mulas. Asimismo, cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos. Algunos de los jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa del Señor que estaba en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para reedificarla en su sitio. Según sus posibilidades, dieron al tesorero de la obra cuatrocientos ochenta y ocho kilos de oro, dos mil setecientos cincuenta kilos de plata, y cien túnicas para los sacerdotes. Los sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros y los sirvientes del templo habitaron en sus ciudades. Todo Israel habitó, pues, en sus ciudades.

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ESDRAS 2:40-70 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Los levitas descendientes de Josué y de Cadmiel, que a su vez eran descendientes de Hodavías, setenta y cuatro. Los cantores, descendientes de Asaf, ciento veintiocho. Los porteros eran los descendientes de Salum, los de Ater, los de Talmón, los de Acub, los de Hatitá y los de Sobai. En total, ciento treinta y nueve. Los sirvientes del templo eran los descendientes de Zihá, los de Hasufá, los de Tabaot, los de Querós, los de Siahá, los de Padón, los de Lebaná, los de Hagabá, los de Acub, los de Hagab, los de Salmai, los de Hanán, los de Guidel, los de Gáhar, los de Reaías, los de Resín, los de Necodá, los de Gazam, los de Uzá, los de Paséah, los de Besai, los de Asná, los de Meunim, los de Nefusim, los de Bacbuc, los de Hacufá, los de Harhur, los de Baslut, los de Mehidá, los de Harsá, los de Barcós, los de Sísara, los de Temá, los de Nesíah y los de Hatifá. Los descendientes de los sirvientes de Salomón eran los descendientes de Sotai, los de Soféret, los de Perudá, los de Jaalá, los de Darcón, los de Guidel, los de Sefatías, los de Hatil, los de Poquéret-hasebaím y los de Amón. El total de los sirvientes del templo y de los descendientes de los sirvientes de Salomón era de trescientos noventa y dos. Los que llegaron de Tel-mélah, Tel-harsá, Querub, Adón e Imer, que no pudieron demostrar si eran israelitas de raza o por parentesco, fueron: los descendientes de Delaías, los de Tobías y los de Necodá, que eran seiscientos cincuenta y dos. Y de los parientes de los sacerdotes: los descendientes de Habaías, los de Cos y los de Barzilai, que se casó con una de las hijas de Barzilai, el de Galaad, y tomó el nombre de ellos. Estos buscaron su nombre en el registro familiar, pero como no lo encontraron allí, fueron excluidos del sacerdocio. Además, el gobernador les ordenó que no comieran de los alimentos consagrados hasta que un sacerdote decidiera la cuestión por medio del Urim y el Tumim. La comunidad se componía de un total de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas, sin contar sus esclavos y esclavas, que eran siete mil trescientas treinta y siete personas. Tenían también doscientos cantores y cantoras. Tenían además setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas, cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos. Algunos jefes de familia, al llegar al templo del Señor en Jerusalén, entregaron donativos para reconstruir en su sitio el templo de Dios. Y dieron para el fondo de reconstrucción, conforme a sus posibilidades, cuatrocientos ochenta y ocho kilos de oro, dos mil setecientos cincuenta kilos de plata y cien túnicas sacerdotales. Los sacerdotes, los levitas y algunos del pueblo se quedaron a vivir en Jerusalén, y los cantores, porteros y sirvientes del templo, y los demás israelitas, se quedaron en sus propias ciudades.

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ESDRAS 2:40-70 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

De los levitas descendientes de Jesúa y de Cadmiel, que pertenecían a la familia de Hodavías 74 De los cantores descendientes de Asaf 128 De los porteros descendientes de Salún, Ater, Talmón, Acub, Jatitá y Sobay 139 Los servidores del templo eran de las familias de Zijá, Jasufá, Tabaot, Querós, Sigajá, Padón, Lebaná, Jagabá, Acub, Jagab, Salmay, Janán, Guidel, Gajar, Reaías, Rezín, Necoda, Gazán, Uza, Paseaj, Besay, Asena, Meunín, Nefusín, Bacbuc, Jacufá, Jarjur, Baslut, Mejidá, Jarsa, Barcós, Sísara, Temá, Neziaj y Jatifá. Los descendientes de los servidores de Salomón eran de las familias de Sotay, Soféret, Peruda, Jalá, Darcón, Guidel, Sefatías, Jatil, Poquéret Hasebayin y Amón. Los servidores del templo y de los descendientes de los servidores de Salomón 392 Los siguientes regresaron de Tel Melaj, Tel Jarsá, Querub, Adón e Imer, pero no pudieron demostrar ascendencia israelita: De los descendientes de Delaías, Tobías y Necoda 652 De entre los sacerdotes, los siguientes tampoco pudieron demostrar su ascendencia israelita: los descendientes de Jabaías, Cos y Barzilay (este último se casó con una de las hijas de un galaadita llamado Barzilay, del cual tomó su nombre). Estos buscaron sus registros genealógicos, pero, como no los encontraron, fueron excluidos del sacerdocio. A ellos el gobernador les prohibió comer de los alimentos sagrados hasta que un sacerdote decidiera su suerte por medio del urim y el tumim . El número total de los miembros de la asamblea era de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas, sin contar esclavos y esclavas, que sumaban siete mil trescientos treinta y siete; y tenían doscientos cantores y cantoras. Tenían además setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas, cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte burros. Cuando llegaron al templo del SEÑOR en Jerusalén, algunos jefes de familia dieron donativos para que se reconstruyera el templo de Dios en el mismo sitio. De acuerdo con sus capacidades económicas, dieron para la obra de reconstrucción cuatrocientos ochenta y ocho kilos de oro, dos mil setecientos cincuenta kilos de plata y cien túnicas sacerdotales. Los sacerdotes, los levitas y algunos del pueblo se establecieron en Jerusalén, en tanto que los cantores, los porteros, los servidores del templo y los demás israelitas se fueron a vivir a sus propias poblaciones.

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