ESDRAS 9:3-5
ESDRAS 9:3-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Al oír esto rasgué mi túnica y mi manto, me arranqué el pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté completamente desolado. A causa de esta infidelidad de los que habían regresado del exilio, se congregaron junto a mí todos los que respetaban las palabras del Dios de Israel. Yo permanecí sentado y desolado hasta la ofrenda de la tarde. A esa hora superé mi aflicción y, con mi túnica y mi manto rasgados, doblé mis rodillas y extendí mis manos al Señor, mi Dios
ESDRAS 9:3-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Al escuchar esta noticia, me rasgué la ropa, me arranqué los pelos y la barba en señal de dolor, y me senté completamente abatido. Todos los que temían el castigo del Dios de Israel por causa del pecado de los que habían vuelto del destierro, se unieron a mí; pero yo seguí sentado y abatido hasta la hora del sacrificio de la tarde. A esa hora me recuperé de mi abatimiento y, todavía con la ropa rasgada, comencé a orar al Señor mi Dios
ESDRAS 9:3-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando escuché esto, me rasgué la túnica y el manto, me arranqué los pelos de la cabeza y de la barba, y me postré muy angustiado. Entonces, por causa del pecado cometido por los repatriados, se reunieron a mi alrededor todos los que obedecían la palabra de Dios. Y yo seguí angustiado hasta la hora del sacrificio de la tarde. A la hora del sacrificio me recobré de mi abatimiento y, con la túnica y el manto rasgados, caí de rodillas, extendí mis manos hacia el SEÑOR mi Dios
ESDRAS 9:3-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando oí esto, rasgué mi vestidura y mi manto, me arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté muy angustiado. Todos los que temían las palabras del Dios de Israel se reunieron en torno a mí, a causa de la infidelidad de quienes habían regresado de la cautividad; pero estuve muy angustiado hasta la hora del sacrificio de la tarde. Entonces, salí de mi aflicción y, rasgados mi vestidura y mi manto, me postré de rodillas, extendí mis manos al Señor, mi Dios