GÉNESIS 27:34-40
GÉNESIS 27:34-40 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, lanzó un grito atroz, lleno de amargura, y le suplicó: —Bendíceme también a mí, padre mío. Este le replicó: —Ha venido tu hermano con engaño y se ha llevado tu bendición. Esaú respondió: —Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura y ahora se ha llevado mi bendición. Y añadió: —¿No has reservado una bendición para mí? Isaac respondió a Esaú: —Yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino lo he provisto; ¿qué, pues, haré por ti ahora, hijo mío? Dijo entonces Esaú a su padre: —¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y se echó Esaú a llorar y a dar grandes gritos. Entonces Isaac, su padre, le dijo: Será tu morada lejos de la tierra fértil y del rocío que cae de los cielos. De tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; pero cuando te fortalezcas sacudirás su yugo de tu cerviz.
GÉNESIS 27:34-40 La Palabra (versión española) (BLP)
Al oír Esaú las palabras de su padre, lanzó un grito atroz, lleno de amargura, y le suplicó: —¡Dame tu bendición a mí también, padre! Pero Isaac le respondió: —Ha venido tu hermano con engaños y te ha robado tu bendición. Esaú exclamó: —¡Con razón le pusieron el nombre de Jacob! Ya van dos veces que me ha hecho trampa; primero me quitó mi primogenitura, y ahora me ha arrebatado mi bendición. ¿No te queda otra bendición para mí? Isaac le respondió: —Mira, lo he puesto por señor tuyo y he declarado siervos suyos a todos sus hermanos. Le he provisto de vino y trigo, ¿qué puedo hacer ya por ti, hijo mío? Pero Esaú insistió: —¿Es que solo tienes una bendición, padre? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y Esaú se puso a llorar y a dar grandes gritos. Entonces Isaac, su padre, le dijo: Vivirás lejos de la tierra fértil, lejos del rocío del cielo. Vivirás de tu espada y a tu hermano servirás. Pero cuando te rebeles, lograrás quitar su yugo de tu cuello.
GÉNESIS 27:34-40 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando Esaú oyó lo que su padre decía, se echó a llorar amargamente y gritó: –¡Dame también a mí tu bendición, padre mío! Pero Isaac le contestó: –Ya vino tu hermano, y me engañó y se llevó la bendición que era para ti. –¡Con razón le pusieron por nombre Jacob! –dijo Esaú–. ¡Ya son dos veces las que me ha hecho trampa! Primero me quitó mi primogenitura, y ahora me ha quitado la bendición que me correspondía. ¿No has guardado ninguna otra bendición para mí? Isaac le contestó: –Mira, yo le he dado a Jacob autoridad sobre ti; le he dado por siervos a todos sus parientes, y le he deseado que tenga mucho trigo y mucho vino. ¿Qué puedo hacer ahora por ti, hijo mío? Esaú insistió: –¿No puedes dar más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí! Y volvió a llorar a gritos. Entonces Isaac le dijo: “Vivirás lejos de las tierras fértiles y de la lluvia que cae del cielo. Tendrás que defenderte con tu espada y serás siervo de tu hermano; pero cuando te hagas fuerte, te librarás de él.”
GÉNESIS 27:34-40 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Al escuchar Esaú las palabras de su padre, lanzó un grito aterrador y, lleno de amargura, le dijo: ―¡Padre mío, te ruego que también a mí me bendigas! Pero Isaac le respondió: ―Tu hermano vino y me engañó, y se llevó la bendición que a ti te correspondía. ―¡Con toda razón le pusieron Jacob! —replicó Esaú—. Ya van dos veces que me engaña: primero me quita mis derechos de primogénito, y ahora se lleva mi bendición. ¿No te queda ninguna bendición para mí? Isaac le respondió: ―Ya lo he puesto por señor tuyo: todos sus hermanos serán siervos suyos; lo he sustentado con trigo y con vino. ¿Qué puedo hacer ahora por ti, hijo mío? Pero Esaú insistió: ―¿Acaso tienes una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí! Y se echó a llorar. Entonces su padre le dijo: «Vivirás lejos de las riquezas de la tierra, lejos del rocío que cae del cielo. Gracias a tu espada, vivirás y servirás a tu hermano. Pero, cuando te impacientes, te librarás de su opresión».