GÉNESIS 32:24-28
GÉNESIS 32:24-28 Reina Valera 2020 (RV2020)
Así se quedó Jacob solo; y alguien luchó con él hasta que rayaba el alba. Cuando aquel hombre vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras luchaba con él. Y dijo: —Déjame, porque raya el alba. Jacob le respondió: —No te dejaré, si no me bendices. —¿Cuál es tu nombre? —le preguntó el hombre. —Jacob —respondió él. Entonces aquel hombre dijo: —Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
GÉNESIS 32:24-28 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando Jacob se quedó solo, un hombre luchó con él hasta el amanecer; pero como el hombre vio que no podía vencer a Jacob, le golpeó en la coyuntura de la cadera, y esa parte se le dislocó a Jacob mientras luchaba. Entonces el hombre le dijo: –Suéltame, porque ya está amaneciendo. –Si no me bendices, no te soltaré –contestó Jacob. –¿Cómo te llamas? –preguntó aquel hombre. –Me llamo Jacob –respondió él. Entonces el hombre le dijo: –Ya no te llamarás Jacob. Tu nombre será Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
GÉNESIS 32:24-28 La Palabra (versión española) (BLP)
Los hizo pasar al otro lado del río llevando consigo todo lo que tenía. Y se quedó Jacob solo. Entonces un desconocido luchó con él hasta despuntar el alba. Viendo el desconocido que no podía vencer a Jacob, lo golpeó en la coyuntura de la cadera, y esta parte quedó dislocada mientras luchaban. Y el desconocido le dijo: —Suéltame, que ya despunta el alba. Y Jacob respondió: —No te soltaré hasta que me bendigas. El desconocido le preguntó: —¿Cómo te llamas? Respondió: —Jacob.
GÉNESIS 32:24-28 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
quedándose solo. Entonces un hombre luchó con él hasta el amanecer. Cuando ese hombre se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera, y esta se le dislocó mientras luchaban. Entonces el hombre le dijo: ―¡Suéltame, que ya está por amanecer! ―¡No te soltaré hasta que me bendigas! —respondió Jacob. ―¿Cómo te llamas? —le preguntó el hombre. ―Me llamo Jacob —respondió. Entonces el hombre le dijo: ―Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.