GÉNESIS 37:12-20
GÉNESIS 37:12-20 La Palabra (versión española) (BLP)
En cierta ocasión, los hermanos de José se fueron a Siquén a apacentar las ovejas de su padre. Entonces Israel dijo a José: —Tus hermanos están apacentando las ovejas en Siquén, y he pensado que podías ir a verlos. Él respondió: —Estoy a tu disposición. Su padre le dijo: —Vete, pues, a ver cómo están tus hermanos y el rebaño, y luego tráeme noticias. Así que lo envió desde el valle de Hebrón, y José se dirigió a Siquén. Un hombre lo encontró perdido en el campo y le preguntó: —¿Qué andas buscando? José respondió: —Ando buscando a mis hermanos. ¿Podrías indicarme dónde están pastoreando? Y aquel hombre le respondió: —Ya se han marchado de aquí, pero les oí decir que iban a Dotán. José siguió buscando a sus hermanos, y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron venir de lejos, y antes de que se acercara tramaron un plan para matarlo. Se dijeron unos a otros: —¡Ahí viene el de los sueños! Vamos a matarlo y a echarlo en uno de estos aljibes; después diremos que alguna fiera salvaje lo devoró, y veremos en qué paran sus sueños.
GÉNESIS 37:12-20 Reina Valera 2020 (RV2020)
Un día, sus hermanos fueron a apacentar las ovejas de su padre en Siquem. Entonces Israel dijo a José: —Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem. Ven y te enviaré a ellos. —Aquí me tienes —respondió él. —Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la noticia —dijo Israel. Lo envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José llegó a Siquem. Lo halló un hombre, mientras iba él errante por el campo; y aquel hombre le preguntó: —¿Qué buscas? —Busco a mis hermanos; te ruego que me indiques dónde están apacentando —respondió José. —Ya se han ido de aquí; pero yo les oí decir: «Vamos a Dotán » —dijo el hombre. Entonces José fue tras sus hermanos y los halló en Dotán. Cuando ellos lo vieron de lejos, antes de que se les acercara, conspiraron contra él para matarlo. Se dijeron el uno al otro: —¡Ahí viene el soñador! Ahora pues, venid, matémoslo y echémoslo en una cisterna, y diremos: «Alguna mala bestia lo devoró». Veremos entonces qué será de sus sueños.
GÉNESIS 37:12-20 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Un día los hermanos de José fueron a Siquem, buscando pastos para las ovejas de su padre. Entonces Israel dijo a José: –Mira, tus hermanos están en Siquem cuidando las ovejas. Quiero que vayas a verlos. –Iré con mucho gusto –contestó José. –Bueno –dijo Israel–, ve y mira cómo están tus hermanos y las ovejas, y regresa luego a traerme noticias. Israel envió a José desde el valle de Hebrón, pero cuando José llegó a Siquem, se perdió por el campo. Entonces un hombre lo encontró, y le preguntó: –¿Qué andas buscando? –Ando buscando a mis hermanos –respondió José–. ¿Podrías decirme dónde están cuidando las ovejas? –Ya se han ido de aquí –dijo el hombre–. Les oí decir que se iban a Dotán. José fue en busca de sus hermanos, y los encontró en Dotán. Ellos le vieron venir de lejos, y antes de que se acercara hicieron planes para matarlo. Se dijeron unos a otros: –¡Mirad, ahí viene el de los sueños! Venid, matémoslo; luego lo echaremos a un pozo y diremos que un animal salvaje se lo comió. ¡Y a ver qué pasa con sus sueños!
GÉNESIS 37:12-20 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En cierta ocasión, los hermanos de José se fueron a Siquén para apacentar las ovejas de su padre. Israel le dijo a José: ―Tus hermanos están en Siquén apacentando las ovejas. Quiero que vayas a verlos. ―Está bien —contestó José. Israel continuó: ―Vete a ver si tus hermanos y el rebaño están bien, y tráeme noticias frescas. Y lo envió desde el valle de Hebrón. Cuando José llegó a Siquén, un hombre lo encontró perdido en el campo y le preguntó: ―¿Qué andas buscando? ―Ando buscando a mis hermanos —contestó José—. ¿Podrías tú indicarme dónde están apacentando el rebaño? ―Ya se han marchado de aquí —le informó el hombre—. Les oí decir que se dirigían a Dotán. José siguió buscando a sus hermanos, y los encontró cerca de Dotán. Como ellos lo vieron desde lejos, antes de que se acercara tramaron un plan para matarlo. Se dijeron unos a otros: ―Ahí viene ese soñador. Ahora sí que le llegó la hora. Vamos a matarlo y echarlo en una de estas cisternas, y diremos que lo devoró un animal salvaje. ¡Y a ver en qué terminan sus sueños!