GÉNESIS 39:7-10
GÉNESIS 39:7-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
y sucedió después de esto que la mujer de su amo se fijó en él, y le dijo: —Acuéstate conmigo. Pero él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: —Mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mis manos todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer. ¿Cómo voy a cometer yo tal infamia y pecar contra Dios? Y, por más que ella insistía día tras día, José rechazaba su invitación de acostarse con ella, o de hacerle compañía
GÉNESIS 39:7-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Al cabo de algún tiempo la mujer de su amo se fijó en José y un día le propuso: —Acuéstate conmigo. Pero José rehusó diciendo a la mujer de su amo: —Mira, mi amo ha dejado a mi cargo todo lo que posee y cuenta conmigo hasta el punto de no preocuparse de nada; en esta casa mando tanto como él; tú eres lo único que me está prohibido, por ser su mujer. ¿Cómo voy a cometer yo tal infamia y pecar contra Dios? Y, por más que ella insistía día tras día, José rechazaba su invitación a cortejarla y a acostarse con ella.
GÉNESIS 39:7-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
así fue que al cabo de algún tiempo la esposa de su amo se fijó en él, y un día le dijo: –Acuéstate conmigo. Pero José no quiso, y le contestó: –Mira, mi amo ha dejado a mi cargo todo lo que posee, y estando yo aquí no tiene de qué preocuparse. En esta casa nadie es más que yo; mi amo no me ha negado nada, sino solo a ti misma, que eres su esposa; así que, ¿cómo podría yo hacer algo tan malo y pecar contra Dios? Y aunque la mujer insistía todos los días en que José se acostara con ella y estuviera a su lado, él no le hacía caso.
GÉNESIS 39:7-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de algún tiempo, la esposa de su patrón empezó a echarle el ojo y le propuso: ―Acuéstate conmigo. Pero José no quiso saber nada, sino que le contestó: ―Mira, señora: mi patrón ya no tiene que preocuparse de nada en la casa, porque todo me lo ha confiado a mí. En esta casa no hay nadie más importante que yo. Mi patrón no me ha negado nada, excepto meterme contigo, que eres su esposa. ¿Cómo podría yo cometer tal maldad y pecar así contra Dios? Y por más que ella lo acosaba día tras día para que se acostara con ella y le hiciera compañía, José se mantuvo firme en su rechazo.