GÉNESIS 40:1-22
GÉNESIS 40:1-22 La Palabra (versión española) (BLP)
Ocurrió, pasado algún tiempo, que el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor. Se encolerizó el faraón con sus dos cortesanos —el copero mayor y el panadero mayor— y los hizo poner bajo custodia en casa del capitán de la guardia, que era la misma cárcel donde se hallaba preso José. El capitán de la guardia encargó a José que los atendiera. Llevaban varios días en la cárcel, cuando en la misma noche, ambos —el copero y el panadero del rey de Egipto— tuvieron un sueño, cada uno el suyo, y cada sueño con su propio significado. Por la mañana, cuando José fue a verlos, los encontró preocupados; así que preguntó a los dos cortesanos del faraón que estaban presos con él en casa de su señor: —¿Qué os pasa hoy que tenéis tan mala cara? Ellos contestaron: —Hemos tenido un sueño, y no tenemos quien nos lo interprete. José les respondió: —Dios es quien interpreta los sueños; contádmelos. Entonces el copero mayor contó su sueño a José: —En mi sueño veía una vid delante de mí, que tenía tres sarmientos. La vid echó brotes y flores y las uvas iban madurando en los racimos. Con la copa del faraón en la mano, yo tomaba los racimos, los estrujaba en la copa y luego yo mismo la ponía en la mano del faraón. José le dijo: —Esta es la interpretación: los tres sarmientos son tres días. De aquí a tres días, el faraón revisará tu caso y te repondrá en tu cargo, y volverás a poner la copa del faraón en su mano como antes, cuando eras su copero. Solo te pido que te acuerdes de mí cuando todo se haya arreglado. Por favor, háblale de mí al faraón para que me saque de este lugar, pues me raptaron del país de los hebreos, y aquí no he hecho nada para que me tengan en la cárcel. Cuando el panadero mayor vio que José había acertado con la interpretación del sueño le dijo: —Pues yo soñé que llevaba tres canastillos de mimbre sobre mi cabeza. En el canastillo de arriba llevaba los pasteles que se hacen para el faraón, pero las aves venían a picotear de ese canastillo sobre mi cabeza. José le dijo: —Esta es la interpretación: Los tres canastillos son tres días. De aquí a tres días, el faraón revisará tu caso y te hará colgar de una horca, y las aves picotearán la carne de tu cuerpo. Efectivamente, al cabo de tres días, el faraón celebraba su cumpleaños y ofrecía un banquete a todos sus cortesanos. En presencia de estos, mandó sacar de la cárcel al copero mayor y al panadero mayor; al copero mayor lo repuso en el cargo, para que volviese a ser quien pusiera la copa en la mano del faraón; en cambio, mandó ahorcar al panadero mayor, tal como José había dicho.
GÉNESIS 40:1-22 Reina Valera 2020 (RV2020)
Aconteció después de estas cosas, que el copero y el panadero del rey de Egipto delinquieron contra su señor. Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso. El capitán de la guardia puso a José a cargo de ellos, y él los atendía. Llevaban varios días en la prisión, cuando una noche el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban allí arrestados, tuvieron cada uno un sueño, y cada sueño tenía su propio significado. Fue a ellos José por la mañana y vio que estaban tristes. Entonces les preguntó: —¿Por qué tenéis hoy tan mala cara? Ellos le dijeron: —Hemos tenido un sueño y no hay quien lo interprete. José les dijo: —¿Acaso no corresponde a Dios interpretar los sueños? Contádmelo ahora. Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José: —Yo soñaba que veía una vid delante de mí y en la vid, tres sarmientos; y ella echaba brotes, florecía y maduraban sus racimos de uvas. Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y ponía la copa en la mano de Faraón. José le dijo: —Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, te restituirá a tu puesto y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacer cuando eras su copero. Acuérdate, pues, de mí cuando te vaya bien; te ruego que tengas misericordia y hagas mención de mí a Faraón, y que me saques de esta casa, porque fui raptado de la tierra de los hebreos y nada he hecho aquí para que me pusieran en la cárcel. Al ver el jefe de los panaderos que aquella interpretación había sido para bien, dijo a José: —También yo he soñado que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza. En el canastillo más alto había toda clase de manjares de pastelería para Faraón, y las aves los comían del canastillo de sobre mi cabeza. Entonces respondió José: —Esta es su interpretación: Los tres canastillos son tres días. Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti. Te hará colgar en la horca, y las aves comerán la carne que te cubre. Al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, el rey ofreció un banquete a todos sus sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos en presencia de sus servidores. Hizo volver a su oficio al jefe de los coperos, y volvió este a poner la copa en la mano de Faraón. Pero hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como José lo había interpretado.
GÉNESIS 40:1-22 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Después de esto, el copero que servía el vino al rey de Egipto, y también el panadero, ofendieron a su amo el rey. Este, o sea el faraón, se enojó con los dos funcionarios, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, y los mandó presos a la casa del capitán de la guardia. Allí estaba la cárcel, donde también José se encontraba preso. El capitán de la guardia encargó a José que atendiera a aquellos funcionarios, los cuales pasaron mucho tiempo en la cárcel. Una noche, ambos presos, el copero y el panadero, tuvieron un sueño, cada uno el suyo, y cada sueño con su propio significado. Por la mañana, cuando José fue a verlos, los encontró muy preocupados; así que les preguntó: –¿Por qué tenéis hoy tan mala cara? –Hemos tenido un sueño, y no hay quien nos lo interprete –contestaron ellos. –¿Acaso no es Dios quien da las interpretaciones? –preguntó José–. Vamos, contadme lo que habéis soñado. Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José con estas palabras: –En mi sueño veía una vid que tenía tres sarmientos. La vid retoñaba y echaba flor, y la flor se convertía en racimos de uvas maduras. Yo tenía la copa del faraón en la mano, y tomaba las uvas y las exprimía en la copa. Luego, yo mismo ponía la copa en manos del faraón. José le dijo: –Tu sueño significa esto: los tres sarmientos son tres días, y dentro de tres días el faraón revisará tu caso, te pondrá de nuevo en tu trabajo y volverás a darle la copa al faraón, tal como antes hacías. Cuando esto suceda, acuérdate de mí y, por favor, habla de mí al faraón para que me saque de este lugar. ¡Compadécete de mí! A mí me raptaron de la tierra de los hebreos, y no merezco estar en la cárcel porque no he hecho nada malo. Cuando el jefe de los panaderos vio que José había dado una interpretación favorable, le dijo: –Por mi parte, yo soñé que tenía tres canastillos de pan blanco sobre mi cabeza. En el canastillo de arriba había un gran surtido de pasteles para el faraón, pero las aves venían a comer del canastillo que estaba sobre mi cabeza. Entonces José le contestó: –Tu sueño significa esto: los tres canastillos son tres días, y dentro de tres días el faraón revisará tu caso y hará que te cuelguen de un árbol, y las aves se comerán tu carne. Al tercer día era el cumpleaños del faraón, y él hizo una gran fiesta para todos sus funcionarios. Delante de sus invitados, el faraón mandó sacar de la cárcel al jefe de los coperos y al jefe de los panaderos. Al copero lo puso de nuevo en su trabajo, y él volvió a darle la copa al faraón, como antes; pero al panadero lo mandó ahorcar, tal como José lo había interpretado.
GÉNESIS 40:1-22 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de algún tiempo, el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor. El faraón se enojó contra estos dos funcionarios suyos, es decir, contra el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, así que los mandó presos a la casa del capitán de la guardia, que era la misma cárcel donde estaba preso José. Allí, el capitán de la guardia le encargó a José que atendiera a estos funcionarios. Después de haber estado algún tiempo en la cárcel, una noche los dos funcionarios, es decir, el copero y el panadero, tuvieron cada uno un sueño, cada sueño con su propio significado. A la mañana siguiente, cuando José fue a verlos, los encontró muy preocupados, y por eso les preguntó: ―¿Por qué andáis tan cabizbajos? ―Los dos tuvimos un sueño —respondieron—, y no hay nadie que nos lo interprete. ―¿Acaso no es Dios quien da la interpretación? —preguntó José—. ¿Por qué no me contáis lo que soñasteis? Entonces el jefe de los coperos le contó a José el sueño que había tenido: ―Soñé que frente a mí había una vid, la cual tenía tres ramas. En cuanto la vid echó brotes, floreció; y maduraron las uvas en los racimos. Yo tenía la copa del faraón en la mano. Tomé las uvas, las exprimí en la copa, y luego puse la copa en manos del faraón. Entonces José le dijo: ―Esta es la interpretación de tu sueño: Las tres ramas son tres días. Dentro de los próximos tres días, el faraón te indultará y volverá a colocarte en tu cargo. Tú volverás a poner la copa del faraón en su mano, tal como lo hacías antes, cuando eras su copero. Yo te ruego que no te olvides de mí. Por favor, cuando todo se haya arreglado, háblale tú de mí al faraón para que me saque de esta cárcel. A mí me trajeron por la fuerza, de la tierra de los hebreos. ¡Yo no hice nada aquí para que me echaran en la cárcel! Al ver que la interpretación había sido favorable, el jefe de los panaderos le dijo a José: ―Yo también tuve un sueño. En ese sueño, llevaba yo tres canastas de pan sobre la cabeza. En la canasta de arriba había un gran surtido de repostería para el faraón, pero las aves venían a comer de la canasta que llevaba sobre la cabeza. José le respondió: ―Esta es la interpretación de tu sueño: Las tres canastas son tres días. Dentro de los próximos tres días, el faraón mandará que a ti te decapiten y te cuelguen de un árbol, y las aves devorarán tu cuerpo. En efecto, tres días después el faraón celebró su cumpleaños y ofreció una gran fiesta para todos sus funcionarios. En presencia de estos, mandó sacar de la cárcel al jefe de los coperos y al jefe de los panaderos. Al jefe de los coperos lo restituyó en su cargo para que, una vez más, pusiera la copa en manos del faraón. Pero, tal como había predicho José, al jefe de los panaderos mandó que lo ahorcaran.