GÉNESIS 45:5-8
GÉNESIS 45:5-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Pero no os aflijáis ni os reprochéis el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me ha enviado aquí antes que a vosotros, para salvar vidas. Ya van dos años de hambre en el país y todavía faltan cinco años más en que no habrá labranza ni cosecha. Por eso Dios me envió por delante de vosotros para salvaros de modo admirable y asegurar vuestra supervivencia sobre la tierra. Así que no fuisteis vosotros quienes me enviasteis aquí, sino Dios. Él me ha constituido consejero del faraón, señor de su casa y gobernador de todo el país de Egipto.
GÉNESIS 45:5-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
Ahora, pues, no os entristezcáis ni os pese haberme vendido acá, porque para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los que no habrá siembra ni cosecha. Dios me envió delante de vosotros para que podáis sobrevivir sobre la tierra, para daros vida por medio de una gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón, por señor de toda su casa y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
GÉNESIS 45:5-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
pero, por favor, no os aflijáis ni os enojéis con vosotros mismos por haberme vendido, pues Dios me envió antes que a vosotros para salvar vidas. Ya van dos años de hambre en el país, y todavía durante cinco años más no se cosechará nada, aunque se siembre. Pero Dios me envió antes que a vosotros para hacer que os queden descendientes sobre la tierra, y para salvaros la vida de una manera extraordinaria. Así que fue Dios quien me envió a este lugar, y no vosotros; él me ha puesto por consejero del faraón y amo de toda su casa, y como gobernador de todo Egipto.
GÉNESIS 45:5-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Pero ahora, por favor no os aflijáis más ni os reprochéis el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de vosotros para salvar vidas. Desde hace dos años la región está sufriendo de hambre, y todavía faltan cinco años más en que no habrá siembras ni cosechas. Por eso Dios me envió delante de vosotros: para salvaros la vida de manera extraordinaria y de ese modo aseguraros descendencia sobre la tierra. Fue Dios quien me envió aquí, y no vosotros. Él me ha puesto como asesor del faraón y administrador de su casa, y como gobernador de todo Egipto.