GÉNESIS 49:2-10
GÉNESIS 49:2-10 Reina Valera 2020 (RV2020)
Acercaos y oíd, hijos de Jacob; escuchad a vuestro padre Israel. Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza y el principio de mi vigor; el primero en dignidad, el primero en poder. Impetuoso como las aguas, ya no serás el primero, por cuanto subiste al lecho de tu padre; entonces te envileciste, al subir a mi lecho. Simeón y Leví son hermanos; armas de maldad son sus armas. En su consejo no entre mi alma, ni mi espíritu se junte en su compañía, porque en su furor mataron hombres y en su temeridad desjarretaron toros. Maldito sea su furor, que fue fiero, y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, los esparciré en Israel. Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano estará sobre el cuello de tus enemigos; los hijos de tu padre se inclinarán a ti. Cachorro de león, Judá; de la presa has subido, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, como león viejo: ¿quién lo despertará? No será quitado el cetro de Judá ni el bastón de mando de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos.
GÉNESIS 49:2-10 La Palabra (versión española) (BLP)
Agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob; escuchad a vuestro padre Israel: Rubén, tú eres mi primogénito, mi fuerza y primicia de mi virilidad, el primero en rango, el primero en poder. Impetuoso como un torrente, ya no tendrás la primacía, porque deshonraste el lecho de tu padre, profanando mi cama con tu acción. Simeón y Leví son hermanos, instrumento de violencia son sus armas. No querría estar presente en sus reuniones, ni comprometer mi honor en sus asambleas, pues cuando se enfurecieron mataron hombres, y en su crueldad desjarretaron bueyes. Maldita su ira tan violenta, y su furor tan feroz. Yo los dividiré en Jacob, los dispersaré en Israel. A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, doblegarás el cuello de tus enemigos; los hijos de tu padre se postrarán ante ti. Cachorro de león es mi hijo Judá que vuelve de hacer presa; cuando se echa y se recuesta como león o como leona, ¿quién lo desafiará? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien obedecerán los pueblos.
GÉNESIS 49:2-10 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
“Acercaos para oir, hijos de Jacob; escuchad a vuestro padre Israel. “Tú, Rubén, eres mi primogénito, mi fuerza y primer fruto de mi vigor, el primero en honor y en poder. Pero no serás más el primero, tú que eres como un torrente incontenible, pues deshonraste mi cama al acostarte con mi concubina. “Simeón y Leví son hermanos; sus armas son instrumentos de violencia. ¡Jamás querría estar presente en el lugar de sus reuniones! Pues cuando se enfurecieron mataron gentes, y por puro capricho rompieron las patas a los toros. ¡Maldito, sí, maldito sea su furor salvaje! ¡Yo los dispersaré por completo en todo el pueblo de Israel! “Judá, tus hermanos te alabarán. Tomarás por el cuello a tus enemigos y tus propios hermanos te harán reverencias. ¡Tú, Judá, hijo mío!, eres como un cachorro de león cuando deja de devorar a su víctima: se agacha, se echa en el suelo, como si fuera un león adulto. ¿Quién se atreverá a molestarlo? Nadie le quitará el poder a Judá ni el cetro que tiene en las manos, hasta que venga el dueño del cetro, a quien los pueblos obedecerán.
GÉNESIS 49:2-10 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
»Hijos de Jacob: acercaos y escuchad; prestad atención a vuestro padre Israel. »Tú, Rubén, eres mi primogénito, primer fruto de mi fuerza y virilidad, primero en honor y en poder. Impetuoso como un torrente, ya no serás el primero: te acostaste en mi cama; profanaste la cama de tu propio padre. »Simeón y Leví son chacales; sus espadas son instrumentos de violencia. ¡No quiero participar de sus reuniones, ni arriesgar mi honor en sus asambleas! En su furor mataron hombres, y por capricho mutilaron toros. ¡Malditas sean la violencia de su enojo y la crueldad de su furor! Los dispersaré en el país de Jacob, los desparramaré en la tierra de Israel. »Tú, Judá, serás alabado por tus hermanos; dominarás a tus enemigos, y tus propios hermanos se inclinarán ante ti. Mi hijo Judá es como un cachorro de león que se ha nutrido de la presa. Se tiende al acecho como león, como leona que nadie se atreve a molestar. El cetro no se apartará de Judá, ni de entre sus pies el bastón de mando, hasta que llegue el verdadero rey, quien merece la obediencia de los pueblos.