GÉNESIS 8:1-12
GÉNESIS 8:1-12 La Palabra (versión española) (BLP)
Entonces, Dios se acordó de Noé y de todos los animales, tanto de los salvajes como de los domésticos, que estaban con él en el arca; hizo pasar un viento fuerte sobre la tierra, y el nivel de las aguas comenzó a descender. Se cerraron las fuentes del océano y las compuertas del cielo, y la lluvia cesó. Poco a poco las aguas se fueron retirando de la tierra y, al cabo de ciento cincuenta días, ya había descendido tanto el nivel que el día diecisiete del mes séptimo el arca encalló sobre las montañas de Ararat. Las aguas continuaron bajando paulatinamente hasta el mes décimo; y el primer día de ese mes asomaron los picos de las montañas. Transcurridos cuarenta días, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca y soltó un cuervo que voló de acá para allá, hasta que se secaron las aguas sobre la tierra. Después soltó una paloma para comprobar si las aguas ya habían bajado del todo; pero la paloma no encontró dónde posarse y regresó al arca, pues la tierra aún estaba cubierta por las aguas. Así que Noé sacó la mano, tomó la paloma y la metió consigo en el arca. Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma desde el arca. Al atardecer, la paloma regresó portando en su pico una rama de olivo recién arrancada. Noé comprendió que las aguas iban desapareciendo. Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma, pero esta vez ya no volvió.
GÉNESIS 8:1-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces se acordó Dios de Noé y de todos los animales y todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra y disminuyeron las aguas. Se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida. Las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra, y se retiraron al cabo de ciento cincuenta días. Reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat. Las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo, cuando, el primer día del mes, se descubrieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho y envió un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. Envió también una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra. Pero no halló la paloma dónde posarse, y volvió a él, al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces Noé extendió la mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. Al atardecer, la paloma regresó con una hoja de olivo en el pico; y supo Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra. Esperó aún otros siete días, y envió la paloma, pero esta vez ya no volvió.
GÉNESIS 8:1-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales que estaban con él en el arca. Hizo que el viento soplara sobre la tierra, y el agua comenzó a bajar; se cerraron las fuentes del mar profundo y las compuertas del cielo. Dejó de llover, y el agua comenzó a bajar poco a poco. Al cabo de ciento cincuenta días, el agua ya iba baja; y el día diecisiete del mes séptimo, la barca se detuvo sobre las montañas de Ararat. El agua siguió bajando, y el primer día del mes décimo ya se podían ver las partes más altas de los montes. Después de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había construido, y soltó un cuervo; pero el cuervo volaba de un lado a otro, esperando que la tierra se secara. Después del cuervo, Noé soltó una paloma, para ver si la tierra ya estaba seca; pero la paloma regresó al arca porque no encontró lugar alguno donde descansar, pues la tierra todavía estaba cubierta de agua. Así que Noé sacó la mano, tomó la paloma y la hizo entrar en el arca. Noé esperó otros siete días, y volvió a soltar la paloma. Y ya empezaba a anochecer, cuando la paloma regresó. Traía una ramita de olivo en el pico, y así Noé comprendió que la tierra se iba secando. Esperó siete días más, y volvió a enviar la paloma; pero la paloma ya no regresó.
GÉNESIS 8:1-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra, y las aguas comenzaron a bajar. Se cerraron las fuentes del mar profundo y las compuertas del cielo, y dejó de llover. Poco a poco, las aguas se fueron retirando de la tierra. Al cabo de ciento cincuenta días, las aguas habían disminuido. El día diecisiete del mes séptimo, el arca se detuvo sobre las montañas de Ararat, y las aguas siguieron bajando hasta que el primer día del mes décimo pudieron verse las cimas de las montañas. Después de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había hecho y soltó un cuervo, el cual estuvo volando de un lado a otro, esperando a que se secara la tierra. Luego soltó una paloma, para ver si las aguas que cubrían la tierra ya se habían retirado. Pero la paloma no encontró un lugar donde posarse, y volvió al arca porque las aguas aún cubrían la tierra. Noé extendió la mano, tomó la paloma y la metió consigo en el arca. Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma fuera del arca. Caía la noche cuando la paloma regresó, trayendo en su pico una ramita de olivo recién cortada. Así Noé se dio cuenta de que las aguas habían bajado hasta dejar la tierra al descubierto. Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma, pero esta vez la paloma ya no regresó.