HABACUC 1:1-5
HABACUC 1:1-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Mensaje que el profeta Habacuc recibió en una visión. ¿Hasta cuándo, Señor, he de pedir ayuda sin que tú me escuches, y he de clamar a ti contra la violencia sin que tú me salves? ¿Por qué me haces ver tanta iniquidad y, sin más, contemplas la opresión? Ante mí veo violencia y destrucción; surge la querella y se alza la contienda. La ley se ha vuelto inoperante, ya no prevalece el derecho; el impío puede acorralar al justo, cuyo derecho queda conculcado. Mirad a las naciones, observad y quedaréis asombrados: en vuestros días actuaré de forma tal que, cuando se os cuente, no lo creeréis.
HABACUC 1:1-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Profecía que el profeta Habacuc recibió en una visión ¿Hasta cuándo, Señor, gritaré sin que tú escuches, y clamaré a causa de la violencia sin que tú salves? ¿Por qué me haces ver iniquidad y haces que contemple tanta maldad? Ante mí solo hay destrucción y violencia; pleito y contienda se levantan. Por eso la ley se debilita y el juicio no se ajusta a la verdad; el impío asedia al justo, y así se tuerce la justicia. Mirad entre las naciones, ved y asombraos, porque haré una obra en vuestros días, que, aun cuando se os contara, no la creeríais.
HABACUC 1:1-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Este es el mensaje que el Señor reveló al profeta Habacuc. Señor, ¿hasta cuándo gritaré pidiendo ayuda sin que tú me escuches? ¿Hasta cuándo clamaré a causa de la violencia sin que vengas a librarnos? ¿Por qué me haces ver tanta angustia y maldad? Estoy rodeado de violencia y destrucción; por todas partes hay pleitos y luchas. No se aplica la ley, se pisotea el derecho, el malo persigue al bueno y se tuerce la justicia. “Mirad a las naciones que os rodean; miradlas y llenaos de espanto. Estoy a punto de hacer cosas tales, que no las creeríais si alguien os las contara.
HABACUC 1:1-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Esta es la profecía que el profeta Habacuc recibió en visión. ¿Hasta cuándo, SEÑOR, he de pedirte ayuda sin que tú me escuches? ¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos salves? ¿Por qué me haces presenciar calamidades? ¿Por qué debo contemplar el sufrimiento? Veo ante mis ojos destrucción y violencia; surgen riñas y abundan las contiendas. Por lo tanto, se entorpece la ley y no se da curso a la justicia. El impío acosa al justo, y las sentencias que se dictan son injustas. SEÑOR «¡Mirad a las naciones! ¡Contempladlas y quedaos asombrados! Voy a hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creeréis aunque alguien os las explique.