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HEBREOS 1:3-14

HEBREOS 1:3-14 La Palabra (versión española) (BLP)

El Hijo, que siendo reflejo resplandeciente de la gloria del Padre e imagen perfecta de su ser, sostiene todas las cosas mediante su palabra poderosa y que, después de habernos purificado del pecado, se sentó junto al trono de Dios en las alturas y ha venido a ser un valedor tanto más poderoso que los ángeles, cuanto es más excelente el título que ha recibido en herencia. En efecto, jamás dijo Dios a ningún ángel: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy . Ni tampoco: Seré para él un padre, y él será un hijo para mí. Asimismo, al introducir a su Hijo primogénito en el mundo dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios . Y mientras que de los ángeles dice la Escritura: Dios hace espíritus a sus ángeles, y llamas ardientes a sus ministros , del Hijo, en cambio, dice: Tu trono, oh Dios, permanece para siempre y gobiernas tu reino con rectitud. Has amado la justicia y odiado la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría haciéndote sobresalir más que tus compañeros. Y dice también: Tú, Señor, pusiste al comienzo los cimientos de la tierra, y hechura de tus manos son los cielos. Ellos perecerán; tú, en cambio, permaneces. Como traje que envejece serán todos; como si de un manto se tratara, los doblarás y como ropa que se muda cambiarán. Pero tú eres siempre el mismo y tus años no tendrán fin. ¿A qué ángel, en fin, dijo alguna vez: Siéntate junto a mí hasta que yo ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? ¿No son todos ellos espíritus enviados con la función de servir a los que han de heredar la salvación?

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HEBREOS 1:3-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas. Así llegó a ser superior a los ángeles en la misma medida en que el nombre que ha heredado supera en excelencia al de ellos. Porque, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: «Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado»; y en otro pasaje: «Yo seré su padre, y él será mi hijo»? Además, al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios». En cuanto a los ángeles dice: «Él hace de los vientos sus ángeles, y de las llamas de fuego sus servidores». Pero con respecto al Hijo dice: «Tu trono, oh Dios, permanece por los siglos de los siglos, y el cetro de tu reino es un cetro de justicia. Has amado la justicia y odiado la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con aceite de alegría, exaltándote por encima de tus compañeros». También dice: «En el principio, oh Señor, tú afirmaste la tierra, y los cielos son la obra de tus manos. Ellos perecerán, pero tú permaneces para siempre. Todos ellos se desgastarán como un vestido. Los doblarás como un manto, y cambiarán como ropa que se muda; pero tú eres siempre el mismo, y tus años no tienen fin». ¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás: «Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies»? ¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación?

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HEBREOS 1:3-14 Reina Valera 2020 (RV2020)

Este, que es el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con su palabra poderosa, después de haber efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, y ha llegado a ser superior a los ángeles, ya que heredó un nombre más excelente que el de ellos. Porque, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy . Ni tampoco: Yo seré un padre para él, y él será un hijo para mí ? Y otra vez, cuando envió a su Hijo primogénito al mundo, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios . Y ciertamente, al hablar de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego . Pero del Hijo dice: Tu trono, Dios, permanece por siglos y siglos. Cetro de equidad es el cetro de tu Reino. Has amado la justicia y odiado la maldad, por lo cual te ungió Dios, tu Dios, con óleo de alegría más que a tus compañeros . También dice: Tú, Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces. Todos ellos se envejecerán como un vestido. Los enrollarás como un manto, y serán cambiados. Pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán . ¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies ? ¿No son todos espíritus enviados con la función de servir a los que serán herederos de la salvación?

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HEBREOS 1:3-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Él es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma del ser de Dios; y es él quien sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de limpiarnos de nuestros pecados se ha sentado en el cielo, a la derecha del trono de Dios. Así el Hijo de Dios ha llegado a ser superior a los ángeles, pues ha recibido en herencia un título mucho más alto que el de ellos. Porque Dios nunca dijo a ningún ángel: “Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.” Ni tampoco dijo de ningún ángel: “Yo seré un padre para él y él será un hijo para mí.” En cambio, en otro lugar, al presentar a su Hijo primogénito en el mundo, ordena: “Que todos los ángeles de Dios lo adoren.” Dios dice respecto de los ángeles: “Hace que sus ángeles sean como vientos y como llamas de fuego sus servidores.” Pero respecto del Hijo afirma: “Tu reinado, oh Dios, es eterno y es un reinado de justicia. Has amado lo bueno y odiado lo malo; por eso te ha escogido Dios, tu Dios, y te ha colmado de alegría más que a tus compañeros.” También dice: “Tú, oh Señor, afirmaste la tierra desde el principio; tú mismo hiciste el cielo. Todo ello dejará de ser, pero tú permaneces para siempre. Todo ello se envejecerá como la ropa, ¡lo doblarás como se dobla un vestido, lo cambiarás como quien se cambia de ropa! Pero tú eres el mismo, tu vida no tiene fin.” Dios nunca dijo a ninguno de sus ángeles: “Siéntate a mi derecha hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies.” Porque todos los ángeles son espíritus al servicio de Dios, enviados en ayuda de quienes han de recibir en herencia la salvación.

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