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HEBREOS 5:1-14

HEBREOS 5:1-14 Reina Valera 2020 (RV2020)

Porque todo sumo sacerdote es escogido entre los hombres para representar ante Dios a todos los demás, ofreciendo dones y sacrificios por los pecados. El sacerdote puede compadecerse de los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está sujeto a la debilidad humana. Por eso debe ofrecer sacrificios tanto por sus propios pecados como por los del pueblo. Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. Por eso, tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que fue Dios quien le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy . Como también dice en otro lugar de las Escrituras: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. Y Cristo, en los días de su vida terrena, ofreció ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que lo podía librar de la muerte; y fue oído a causa de su humilde obediencia. Y, aunque era Hijo, a través del sufrimiento aprendió lo que es la obediencia. Y después de haber alcanzado la perfección, llegó a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen, y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Acerca de esto tenemos mucho que decir, pero es difícil de explicar, porque sois muy lentos para entender. Aunque debíais ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar lo más elemental de las palabras de Dios. Vuestra situación es tal, que aún tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido. Y todo aquel que se alimenta de leche es inexperto en la palabra de justicia, porque no es más que un niño. El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

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HEBREOS 5:1-14 La Palabra (versión española) (BLP)

En efecto, todo sumo sacerdote es alguien escogido entre los hombres para representar ante Dios a todos los demás, ofreciendo dones y sacrificios por los pecados. Puesto que también él es presa de mil debilidades, está en disposición de ser compasivo con los ignorantes y extraviados, y debe ofrecer sacrificios tanto por los pecados del pueblo como por los suyos propios. Es esta, además, una dignidad que nadie puede hacer suya por propia iniciativa; solo Dios es quien llama como llamó a Aarón. Del mismo modo, no fue Cristo quien se arrogó la dignidad de sumo sacerdote, sino que fue Dios quien le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy . O como dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre según el rango de Melquisedec . Es el mismo Cristo, que durante su vida mortal oró y suplicó con fuerte clamor, acompañado de lágrimas, a quien podía liberarlo de la muerte; y ciertamente Dios lo escuchó en atención a su actitud de acatamiento. Y aunque era Hijo, aprendió en la escuela del dolor lo que cuesta obedecer. Alcanzada así la perfección, se ha convertido en fuente de salvación eterna para cuantos lo obedecen, y ha sido proclamado por Dios sumo sacerdote según el rango de Melquisedec. Sobre este tema es mucho lo que nos resta por decir, pero resulta complicado ya que os habéis vuelto reacios a escuchar. Después de tanto tiempo, deberíais ser ya maestros consumados. Pero no, aún tenéis necesidad de que se os enseñe cuáles son los rudimentos del mensaje divino. Vuestra situación es tal, que en lugar de alimento sólido, necesitáis leche todavía. Y todo el que aún se alimenta de leche, como si se tratara de un niño de pecho, es un desconocedor de la palabra salvadora. El alimento sólido, en cambio, es propio de adultos, de los que por la costumbre están entrenados para distinguir entre el bien y el mal.

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HEBREOS 5:1-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Todo sumo sacerdote es escogido entre los hombres, designado para representarlos delante de Dios y para presentar ofrendas y sacrificios por los pecados. Y como el sacerdote está sujeto a las debilidades humanas, puede tener compasión de los ignorantes y extraviados; y a causa de su propia debilidad tiene que ofrecer sacrificios por sus pecados tanto como por los pecados del pueblo. Nadie puede tomar este honor para sí mismo; es Dios quien llama y da el honor, como en el caso de Aarón. De la misma manera, Cristo no se designó sumo sacerdote a sí mismo, sino que Dios le dio ese honor cuando le dijo: “Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy.” Y también le dijo en otra parte de las Escrituras: “Tú eres sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec.” Cristo, mientras vivía en este mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarle de la muerte; y por su obediencia, Dios le escuchó. Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, por lo que sufrió aprendió a obedecer; y al perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen; y Dios lo designó sumo sacerdote de la misma clase que Melquisedec. Tenemos mucho que decir sobre este asunto, pero es difícil de explicar porque sois lentos para entender. Al cabo de tanto tiempo deberíais ser ya maestros; en cambio, necesitáis que se os expliquen de nuevo las cosas más sencillas de las enseñanzas de Dios. Habéis vuelto a ser tan débiles que, en vez de comida sólida, tenéis que tomar leche. Y los que se alimentan de leche son como niños de pecho, incapaces de juzgar rectamente. La comida sólida es para los adultos, para los que ya saben juzgar porque están acostumbrados a distinguir entre el bien y el mal.

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HEBREOS 5:1-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Todo sumo sacerdote es escogido de entre los hombres. Él mismo es nombrado para representar a su pueblo ante Dios, y ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Puede tratar con paciencia a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está sujeto a las debilidades humanas. Por tal razón se ve obligado a ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como también por los del pueblo. Nadie ocupa ese cargo por iniciativa propia; más bien, lo ocupa el que es llamado por Dios, como sucedió con Aarón. Tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que Dios le dijo: «Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado». Y en otro pasaje dice: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec». En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión. Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer; y, consumada su perfección, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen, y Dios lo nombró sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Sobre este tema tenemos mucho que decir, aunque es difícil explicarlo, porque lo que os entra por un oído os sale por el otro. En realidad, a estas alturas ya deberíais ser maestros, y sin embargo necesitáis que alguien vuelva a enseñaros las verdades más elementales de la palabra de Dios. Dicho de otro modo, necesitáis leche en vez de alimento sólido. El que solo se alimenta de leche es inexperto en el mensaje de justicia; es como un niño de pecho. En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual.

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