HEBREOS 7:11-17
HEBREOS 7:11-17 La Palabra (versión española) (BLP)
El pueblo israelita recibió la ley con la colaboración del sacerdocio levítico. Ahora bien, si alcanzar la perfección estuviera en manos de ese sacerdocio, ¿qué necesidad habría de que surgiese un sacerdote distinto según el rango de Melquisedec? Bastaba con un sacerdote según el rango de Aarón. Porque un sacerdocio distinto lleva necesariamente consigo una ley distinta. Y aquel de quien se dice todo esto, es decir, Jesús, pertenece a una tribu dentro de la cual nadie estuvo al servicio del altar, pues todos saben que nuestro Señor desciende de Judá, y de esa tribu nada dijo Moisés en relación con los sacerdotes. La cosa es aún más clara si surge otro sacerdote que, como Melquisedec, no lo es en virtud de un sistema de leyes terrenas, sino es en virtud de una vida indestructible. Así lo testifica la Escritura: Tú eres sacerdote para siempre según el rango de Melquisedec.
HEBREOS 7:11-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Si hubiera sido posible alcanzar la perfección mediante el sacerdocio levítico (pues bajo este se le dio la ley al pueblo), ¿qué necesidad había de que más adelante surgiera otro sacerdote, según el orden de Melquisedec y no según el de Aarón? Porque cuando cambia el sacerdocio, también tiene que cambiarse la ley. En efecto, Jesús, de quien se dicen estas cosas, era de otra tribu, de la cual nadie se ha dedicado al servicio del altar. Es evidente que nuestro Señor procedía de la tribu de Judá, respecto a la cual nada dijo Moisés con relación al sacerdocio. Y lo que hemos dicho resulta aún más evidente si, a semejanza de Melquisedec, surge otro sacerdote que ha llegado a serlo no conforme a un requisito legal respecto a linaje humano, sino conforme al poder de una vida indestructible. Pues de él se da testimonio: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec».
HEBREOS 7:11-17 Reina Valera 2020 (RV2020)
Pues bien, si la perfección se alcanzara por medio del sacerdocio levítico —bajo el cual el pueblo recibió la ley—, ¿qué necesidad habría aún de que se levantara otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuera llamado según el orden de Aarón? Porque un cambio de sacerdocio también demanda necesariamente un cambio de ley. Y aquel, de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. Porque es bien sabido que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual Moisés nada dijo con relación al sacerdocio. Y esto es aún más evidente, si se levanta un nuevo sacerdote semejante a Melquisedec, que no es nombrado de acuerdo con una ley meramente humana, sino según el poder de una vida indestructible, pues se da testimonio de él
HEBREOS 7:11-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
El pueblo de Israel recibió la ley por medio de los sacerdotes levitas, descendientes de Aarón. Ahora bien, si en verdad estos hubieran podido hacer perfectos a los que seguían la ley, no habría sido necesario que apareciera otro sacerdote, ya no de la clase de Aarón sino de la clase de Melquisedec. Porque al cambiar el sacerdocio se tiene que cambiar también la ley; y nuestro Señor, de quien la Escritura dice esto, pertenece a otra tribu de Israel, de la que no ha salido ningún sacerdote. Porque es bien sabido que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, y Moisés no dijo nada de esa tribu cuando habló del sacerdocio. Esto es aún más claro si el nuevo sacerdote que aparece es uno como Melquisedec. Este no fue sacerdote según una ley que establece de qué familia debe venir, sino según el poder de una vida indestructible. Porque esto es lo que Dios dice de él: “Tú eres sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec.”