OSEAS 10:2-15
OSEAS 10:2-15 Reina Valera 2020 (RV2020)
Su corazón está dividido. Ahora serán hallados culpables. El Señor demolerá sus altares y destruirá sus ídolos. Seguramente dirán ahora: «No tenemos rey porque no temimos al Señor. Pero, ¿qué haría el rey por nosotros?». Ellos pronuncian palabras, juran en vano al hacer un pacto; por tanto, el juicio florecerá como ajenjo en los surcos del campo. Por las becerras de Bet-avén serán atemorizados los habitantes de Samaria. Sí, su pueblo se lamentará a causa del becerro, lo mismo que los sacerdotes que se regocijaban de su gloria, la cual será disipada. El propio becerro será llevado a Asiria como presente al gran rey. Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su consejo. Samaria y su rey desaparecerán como la espuma de la superficie de las aguas. Los lugares altos de Avén, donde pecaba Israel, serán destruidos; sobre sus altares crecerán espinos y cardos. Y dirán a los montes: «¡Cubridnos!»; y a los collados: «¡Caed sobre nosotros!». Desde los días de Gabaa, tú has pecado, Israel. ¡Allí se han quedado! ¿No tomará la guerra en Gabaa a estos inicuos? Los castigaré cuando lo desee; los pueblos se juntarán contra ellos cuando sean castigados por su doble crimen. Efraín es como una novilla domada a la que le gusta trillar. Mas yo pasaré el yugo sobre su lozana cerviz; yo unciré a Efraín, Judá tendrá que arar y Jacob quebrará sus terrones. Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho, porque es el momento de buscar al Señor, hasta que venga y os enseñe justicia. Habéis arado impiedad y cosechasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira. Porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes, en medio de tus pueblos se levantará un alboroto; todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando fue destrozada la madre con sus hijos. Así hará con vosotros Bet-el, por causa de vuestra gran maldad: al despuntar el día desaparecerá para siempre el rey de Israel.
OSEAS 10:2-15 La Palabra (versión española) (BLP)
Tienen el corazón dividido y ahora lo van a pagar. El Señor romperá sus altares y destruirá sus estelas. Ahora andan diciendo: «Nos hemos quedado sin rey por no haber respetado al Señor; pero ¿qué haría por nosotros el rey?». Pronuncian discursos, juran en falso, hacen pactos; pero el derecho es planta venenosa que crece en los surcos del campo. Los habitantes de Samaría tiemblan por el becerro de Bet-Avén; el pueblo y sus sacerdotes hacen duelo por él, por su gloria, ahora que ha sido deportado. También a él lo llevan a Asiria, como ofrenda para el gran rey. Efraín cargará con su vergüenza e Israel se avergonzará de su acción. Desaparecerá el rey de Samaría como astilla que arrastra el agua. Los altozanos de la iniquidad, lugar del pecado de Israel, serán completamente destruidos; cardos y espinas crecerán en sus altares. Dirán a las montañas: «Cubridnos», y a las colinas: «Caed sobre nosotros». Desde los días de Guibeá has seguido pecando, Israel. ¡Han persistido en su pecado! ¿No será entonces en Guibeá donde la guerra alcance a los inicuos? Se han hecho reos de doble culpa y seré yo quien los castigue reuniendo pueblos contra ellos. Efraín era novilla bien domada a quien le gustaba trillar. Pues bien, yo pondré el yugo sobre su hermosa cerviz; unciré a Efraín para que are y, mientras Judá abre los surcos, a Jacob le tocará rastrillar. Sembrad justicia y cosecharéis amor; preparad el barbecho para el cultivo, porque es tiempo de buscar al Señor; [esperad] hasta que él venga y derrame sobre vosotros salvación. Pero como sembrasteis maldad, cosechasteis iniquidad y comisteis el fruto de la mentira. Porque confiaste en tu poder, en la multitud de tus guerreros, un clamor de guerra se alza contra tu pueblo; todas tus fortalezas serán asoladas, como Salmán asoló a Bet-Arbel aquel día de la batalla, cuando, junto con sus hijos, fue estrellada la madre [contra el suelo]. Es lo que os acarreará Betel a causa de vuestra extrema maldad. Y al nacer el día, morirá el rey de Israel.
OSEAS 10:2-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Israel tiene el corazón dividido y ahora va a pagar por su pecado. El Señor destruirá sus altares y derribará sus piedras sagradas. Ahora este pueblo dirá: “No tenemos rey porque no tenemos reverencia al Señor. Pero ¿qué podría hacer un rey por nosotros? Tan solo hablar y hablar, prometer en falso y firmar pactos; su justicia sería como una planta venenosa que crece entre los surcos del campo.” La gente de Samaria tiembla; llora la pérdida del becerro de Bet-avén. Por él se están lamentando el pueblo y los sacerdotes, porque su gloria ha desaparecido. Aun el propio becerro será llevado a Asiria para ofrecérselo al gran rey. Así Efraín quedará avergonzado: Israel se avergonzará de su ídolo. Desaparecerá el rey de Samaria como una astilla que flota sobre el agua. Serán destruidos los santuarios paganos, donde el pueblo de Israel pecaba. Sobre sus altares crecerán cardos y espinos, y la gente dirá a los montes: “¡Cubridnos!”, y a los cerros: “¡Caed sobre nosotros!” Dice el Señor: “Israel no ha dejado de pecar desde que comenzó a hacerlo en Guibeá. ¡En su pecado persisten! Por eso, la guerra alcanzará a esos malvados en Guibeá. Castigaré a este pueblo cuando yo quiera. Contra él se juntarán naciones cuando yo lo castigue por su gran maldad. “Efraín era como una novilla domada que gustaba de trillar el grano. Yo he puesto yugo ahora sobre su hermoso cuello, para que tire del carro. Judá tirará del arado y Jacob tirará del rastrillo. Les dije: Sembrad justicia y recoged cosecha de amor. Preparad la tierra para un nuevo cultivo, porque es tiempo de buscar al Señor, hasta que él venga y traiga lluvia de salvación sobre vosotros. Pero vosotros habéis cultivado la maldad, habéis cosechado la injusticia y habéis comido los frutos de la mentira. “Por haber confiado en tus carros de guerra y en tus muchos guerreros, habrá alboroto entre tu gente y todas tus fortalezas serán asoladas, como asoló a Bet-arbel el rey Salmán el día de la batalla, cuando aplastaron a la madre con los hijos. Eso mismo os pasará a vosotros, habitantes de Betel, por causa de vuestra gran maldad. ¡El rey de Israel morirá al nacer el día!
OSEAS 10:2-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Su corazón es escurridizo, pero tendrá que cargar con su culpa. El SEÑOR destrozará sus altares y devastará sus piedras sagradas. Tal vez dirán: «No hemos temido al SEÑOR, y por eso no tenemos rey. Pero, aun si lo tuviéramos, ¿qué podría hacer por nosotros?» Hablan solo por hablar; juran en falso y hacen tratos; ¡por eso florecen los pleitos como la mala yerba en el campo! Temen los moradores de Samaria por el becerro que adoran en Bet Avén. El pueblo del becerro hará duelo por él, lo mismo que sus sacerdotes idólatras. Harán lamentos por su esplendor, porque se lo llevarán al destierro. El becerro será llevado a Asiria como tributo para el gran rey. Efraín quedará avergonzado; Israel se avergonzará de sus ídolos. Samaria y su rey desaparecerán como rama arrastrada por el agua. Serán destruidos sus santuarios paganos, lugares de pecado de Israel. ¡Cardos y espinos crecerán sobre sus altares! Entonces dirán a las montañas: «¡Cubridnos!», y a las colinas: «¡Caed sobre nosotros!» «Tú, Israel, has venido pecando desde los días de Guibeá, y allí te has mantenido. ¡En Guibeá, la guerra tomará por sorpresa a los malvados! Cuando yo quiera, los castigaré; entonces las naciones se juntarán contra ellos para aprisionarlos por su doble perversión. Efraín es una novilla adiestrada a la que le gusta trillar, pero yo no quise ponerle el yugo. Pero ahora voy a uncir a Efraín, y Judá tendrá que arar, y Jacob emparejará la tierra». ¡Sembrad para vosotros justicia! ¡Cosechad el fruto del amor, y poneos a labrar el barbecho! ¡Ya es tiempo de buscar al SEÑOR!, hasta que él venga y os envíe lluvias de justicia. Pero vosotros sembrasteis maldad, cosechasteis crímenes y comisteis el fruto de la mentira, porque confiasteis en vuestros carros y en la multitud de vuestros guerreros. Un estruendo de guerra se levantará contra tu pueblo, y todas tus fortalezas serán devastadas, como devastó Salmán a Bet Arbel en el día de la batalla, cuando las madres fueron destrozadas junto con sus hijos. Esto es lo que Betel os hizo a vosotros, a causa de vuestra extrema maldad. ¡Pues el rey de Israel será destruido por completo en cuanto amanezca!